Mark Knopfler, adonde lleve la carretera

El antiguo líder de Dire Straits presenta «Down The Road Wherever», su noveno álbum en solitario

El antiguo líder de Dire Straits Mark Knopfler
Nacho Serrano

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Amante de la creación más que de la recreación, Mark Knopfler ha desarrollado una envidiable carrera solista que, poco a poco, ha ido eliminando sutilmente los «hits» de Dire Straits de su repertorio en directo. Salvo ocasiones especiales, los conciertos del escocés se centran en su cancionero post-Straits, remozado a finales del año pasado con una nueva entrega discográfica que evoca los años en los que aún era un ignoto guitarrista que quería comerse el mundo.

No tuvo una juventud aburrida, el bueno de Knopfler. Ya se había casado y separado de su primera mujer cuando, en 1973, viajó a Londres para entrar a formar parte de los Brewer’s Droop , banda de pub-rock cuyo nombre aludía a la disfunción eréctil derivada de la borrachera. Allí conoció a su futuro baterista en Dire Straits, Pick Withers , y con ellos grabó el álbum «The Booze Brothers», que se quedó guardado en un cajón y no vio la luz hasta dieciseis años más tarde , cuando se pudo aprovechar el tirón del nombre Knopfler , ya una superestrella al frente de su propia banda.

Para entonces, el autor de «Sultans of Swing» ya se había casado con su segunda mujer , Lourdes Salomone, con quien había tenido dos hijos gemelos, Benji y Joseph (nacidos en 1987), antes de volver a divorciarse en 1993. Aquellos primeros noventa fueron años de total sequía creativa para Knopfler, que no volvería al estudio hasta 1996, para registrar el que sería su debut en solitario, «Golden Heart». El día de San Valentín del año siguiente volvió a contraer matrimonio , esta vez con la actriz y escritora británica Kitty Aldridge, y alcanzó una estabilidad emocional que se tradujo en una gran fertilidad creativa. Entre 2000 y 2009 publicó un disco cada dos años y, aunque ha bajado el ritmo en lo discográfico en esta década de los diez, su presencia en los escenarios sigue siendo bastante más habitual que la de otros de su quinta.

A bordo de un Maserati

Ahora sigue felizmente casado con Aldridge, con quien tiene dos hijas, Isabella y Katya Ruby Rose y, además de tener un estudio casero donde puede hacer las travesuras que le dé la gana, disfruta como un chaval con su afición a los coches deportivos clásicos. Desde el accidente de motocicleta que sufrió en 2003, ya no es tan fan de las dos ruedas, pero no es raro verle acudir a ferias y competiciones a bordo de su Maserati 300 Spyder , una joya de 1955 valorada en medio millón de euros.

Dylanita confeso desde su juventud, Knopfler comparte, además de calendario español en su gira de este año, muchas cosas con el bardo de Duluth. Entre ellas está la búsqueda constante, el rechazo a la comodidad. Pero sobre todo, el concepto de gira interminable , el «neverending tour» que debe guiar los pasos de quienes entregan su vida a la música y la convierten en su amor verdadero. Él lo ha expresado a su manera, con esa evocadora frase de «Down the road wherever» que titula su último disco. Allí, dondequiera que les lleve la carretera, será donde estos dos titanes seguirán encontrándose hasta que las muerte los separe.

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