MÚSICA

Bunbury: «Mis fans más inflexibles miran con lupa lo que hago»

Publica «MTV Unplugged: el libro de las mutaciones» en CD+DVD y vinilo

MADRID Actualizado: Guardar
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Entrar en el club de los «desenchufados» de la MTV no está al alcance de cualquiera. Y menos siendo un artista hispanohablante. Bunbury ha aceptado el reto y el honor grabando un sensacional álbum en directo cuyo título hace alusión –al menos, esa es una interpretación– a las transformaciones que experimentaron las canciones seleccionadas para la ocasión.

—¿Cómo se ha gestado esta producción? ¿Cuánto tiempo llevó organizarlo todo? ¿Hubo muchas deliberaciones internas acerca de cómo afrontarla?

—Hacía unos pocos años que me habían propuesto la grabación de un MTV Unplugged, pero por diferentes motivos no cuadraba en mi calendario. Prioricé mis lanzamientos con nuevas canciones. Pensaba que para echar la vista atrás siempre habrá tiempo en el futuro. Esta vez me llamaron justo cuando mi propósito era para un tiempo, para componer con calma y dedicarme a otras pasiones cotidianas fuera del mundo de la música.

Así que sin gira prevista en el futuro inmediato, me parecía un buen momento para realizar una grabación de este tipo. Estuvimos tres meses ensayando y preparando los arreglos. Empezamos con algo más de una treintena de canciones, que poco a poco fuimos reduciendo hasta las quince finales que aparecen en el disco. Lo que más me costó fue precisamente llegar a la selección final de canciones. Rechacé la opción de hacer un grandes éxitos. Y en los ensayos, conforme íbamos eliminando canciones que creí que no aportaban mucho al proyecto, se fue perfilando el concepto sonoro del disco, que es el que me animó definitivamente a grabarlo.

—¿Cuál de los MTV Unplugged anteriores le dejó más huella? Ahora recuerdo, por ejemplo, el de Page y Plant con la orquesta árabe… ¿Cómo se siente formando parte de este club?

—He escuchado y visto bastantes. Algunos en su época, cuando se realizaron. Otros ahora, preparando el mío, para ver cómo lo habían enfocado otros compañeros. Sobre todo los latinoamericanos. El de Page & Plant es un disco fantástico, cierto. Y ahora que lo nombra me gusta pensar que se enfrentaron a algunos problemas similares, revisando y cambiando sustancialmente canciones que un núcleo de fans fundamentalistas no aceptaron. Entre mis favoritos están el de Soda Stéreo y el de Zoe. También me parece que Pepe Aguilar afrontó el suyo de manera muy inteligente. Evidentemente, es un honor que piensen que tú puedes formar parte de ese club tan exclusivo. Supongo que tienes que tener una carrera extensa y ser conocido en todo el continente americano para ser considerado. Sólo grabaron 25 artistas en español, en algo más de 20 años. Me siento muy agradecido.

—Hablando de fundamentalistas, llamó la atención que en su comunicado promocional dijera: «Espero que la policía de lo correcto se quede en casa». Tenía la sensación de que ese cuerpo estaba ya disuelto...

—Ya. Le entiendo. Pero me refiero sobre todo a cierto conservadurismo que habita en algunos de mis seguidores más inflexibles. Esos que miran con lupa donde empiezan y terminan las fronteras del rock, como si alguien les hubiera otorgado una placa y les pusieran a vigilar las grabaciones, en busca del riff o la inflexión que se sale de los cánones. En fin, es cierto que debería olvidarme de su existencia, pero no los considero una causa perdida todavía y pienso que en algún momento se darán cuenta de que hay vida fuera de los límites de su cajón.

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