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Plácido Domingo, en el Teatro Real entre María Bayo y Guiliano Carella - efe

Plácido Domingo: «No sé cuánto tiempo seguiré cantando»

El tenor vuelve al Teatro Real para ofrecer un pequeño concierto, en su primera actuación tras la muerte de su hermana

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El Teatro Real concluye su temporada operística con una singular velada, que las circunstancias han convertido en extraordinaria. En ella se unen dos títulos que aparentemente nada tienen que ver entre sí -«Goyescas», de Enrique Granados, y «Gianni Schicchi», de Giacomo Puccini-, hecho ya de por sí curioso. La renuncia de Plácido Domingo, por razones personales, a protagonizar la seguna de las óperas, y su decisión de compensar al público con un pequeño concierto, hace que sea excepcional. Se podrá ver los días 30 de junio y 3, 6, 9 y 12 de julio.

Plácido Domingo sufrió el 9 de junio la muerte de su hermana María José, a la que estaba muy unido.

La enfermedad ya le obligó a cancelar varios compromisos, y tras el fallecimiento no se vio con fuerzas para cantar «Gianni Schicchi» en el Teatro Real. «Me sentía como con una montaña ante mí -explicaba ayer el tenor-; no la podía interpretar en estas circunstancias. Es una comedia que juega mucho con la muerte; no sé si podría contener la emoción y estoy seguro de que no iba a dar lo mejor de mí mismo».

El tenor no quiso defraudar al teatro ni al público de «su» Madrid. La solución que se encontró fue ofrecer entre «Goyescas» -que se ofrece en versión concertante- y «Gianni Schicchi» -en versión escenificada- un pequeño concierto de aproximadamente media hora protagonizado por el tenor, y en el que está previsto que se interpreten obras de Giordano, Rossini y Verdi. «Finalmente va a cantar más -contó Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real- que si hubiera interpretado el papel de Gianni Schicchi».

Vuelta a la actividad

El primer ensayo de este concierto ha supuesto la vuelta a la actividad de Plácido Domingo, que revela que no ha cantado durante cinco semanas. «Cuando me tomo vacaciones apenas estoy dos o tres días sin cantar; al abrir la garganta, lo primero que hace la voz después de este tiempo es toser». Va a ser difícil, reconoce. «La voz es el instrumento más preciado porque lo llevamos con nosotros y todo lo afecta; todo se refleja en la garganta».

«Como se dice en el mundo del espectáculo, “the show must go on” (el espectáculo debe continuar), dice el tenor. Va a ser difícil para mí subirme al escenario más por cómo me sienta anímicamente que por cómo esté la voz. Pero a mi hermana le gustaría. Rezo por ella, para que nos ayude a seguir adelante, y lo mejor para hacerlo es tener la mente ocupada». Tiene proyectos, pero es sincero cuando dice: «Hoy en día, no sé cuánto tiempo seguiré cantando».

Extraña pareja de baile

«Goyescas» y «Gianni Schicchi» son una extraña pareja de baile. Pero tienen puntos en común; se escribieron en la misma época (entre 1916 y 1918), se estrenaron en el Metropolitan Opera House de Nueva York y son las últimas óperas completadas por sus autores (Puccini escribió después «Turandot», pero no la concluyó). Son además, según Joan Matabosch, antitéticas. «La ópera de Puccini es una obra maestra de la teatralidad, y la de Granados todo lo contrario».

Enrique Granados escribió la partitura de «Goyescas» a partir de su suite para piano. El compositor catalán encargó después a Fernando Periquet un libreto a la medida de la música. «Es un disparate bellísimo», dice Matabosch. Guillermo García Calvo, director musical de esta obra, dice que «presenta un género nuevo en sí mismo, con ideas geniales y dos partes muy diferenciadas. En la segunda, la "Tristán e Isolda" española, me atrevería a decir que hay un homenaje a Wagner a través de nuestra idiosincrasia». El «Intermedio» es su pieza más célebre.

«Goyescas» se estrenó en Nueva York el 28 de enero de 1916, en plena Primera Guerra Mundial. Tras su presentación, Granados volvía a España, vía Londres, en la nave «Sussex», que fue torpedeada por la armada alemana cuando atravesaba el Canal de la Mancha. El compositor murió en aquel ataque.

María Bayo y Andeka Gorrotxategi encabezan el reparto de «Goyescas», que completan Ana Ibarra, César San Martín y Albert Casals.

Gianni Schicchi

Giacomo Puccini escribió «Gianni Schicchi» entre 1917 y 1918, y se estrenó, también en el Metropolitan neoyorquino, el 14 de diciembre de 1918. El músico italiano, que con esta obra concluía su «Trittico» (las otras dos piezas son «Il Tabarro» y «Suor Angelica», no asistió al estreno a causa del conflicto bélico.

Dice Giuliano Carella, director musical de esta producción, que en la obra, «el final del camino espiritual que emprendió con su trilogía, Puccini regresa a la tierra, a la practicidad, a la humanidad. Tiene cuatro temas fundamentales, y sobre ellos construye la ópera, en la que están todos los colores de la música europea».

El joven barítono Nicola Alaimo ha asumido «el honor y la responsabilidad» de sustituir a Plácido Domingo en el papel titular (Lucio Gallo lo hará en dos de las funciones). Les acompañan Maite Alberola, Elena Zillio, Vicente Ombuena, Bruno Praticó, Eliana Bayón, Luis Cansino, María José Suárez, Francisco Santiago, Tomeu Babiloni, Francisco Crespo, Valeriano Lanchas, Federico de Michelis, Darío Barón y Gabi Nicolás.

«Gianni Schicchi» se presenta en una producción de la Ópera de Los Ángeles que ha supuesto la primera experiencia operística de Woody Allen, «un genio lleno de buenas ideas», en palabras de Plácido Domingo. Ya había intentado el tenor atraer al cineasta para este mundo, pero su agenda lo impidió. En esta ocasión, además, ha contado con un inesperado aliado: la falta de coro. «Creo que se decidió a aceptar cuando vio que no había coro en esta ópera».

La ópera narra los tejemanejes familiares en torno al lecho del moribundo Gianni Schicchi. Woody Allen la ha trasladado de la Florencia renacentista a la Italia del final de la Segunda Guerra Mundial, en el entorno de una familia mafiosa.

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