En España se vendieron en 2014 260.000 unidades de obras musicales en vinilo
En España se vendieron en 2014 260.000 unidades de obras musicales en vinilo - roldán serrano

«Se vuelve al vinilo porque son como comprar un libro; los CDs son pobres»

En 2014 se vendieron más de 9 millones de discos en el viejo formato para tocadiscos

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La industria discográfica está entre la enhorabuena y el desconcierto. No en vano 2014 ha sido el año de la gran ruptura de tendencias. La primera es de beneficios y ventas, los españoles gastamos 149,9 millones de euros en compra de música en todos sus soportes (cd, vinilo y digital) cifra que, aunque lejos de las grandes cantidades facturadas en los noventa, supone un repunte importante en del sector y marca una tendencia insólita al alza. La segunda deja perplejo al sector: seis de cada cien álbumes vendidos en el mundo en 2014 son en vinilo.

Las agujas de diamante y el surco han vuelto a tener empleo cuando se daban por jubilados. En total han sido 9,2 millones de vinilos vendidos en todo el mundo (en España se ha vendido un 85,7% más vinilos que en 2013, si bien, en cifras redondas, este porcentaje son apenas 120.000 copias, es decir se vendieron 260.000 unidades), lo que supone un 53 por ciento más que en el ejercicio anterior y a años luz de, por ejemplo, 1993, año en que el CD ganaba la batalla definitivamente al plástico y la venta de álbumes en el viejo soporte tocaba suelo.

Y en medio, una rareza española, uno de los pocos países donde los unos y los ceros que hacen que los formatos digitales comiencen a imponerse a los físicos en medio mundo, hayan crecido menos que la venta de discos físicos. Frente al 55 por ciento que representa el mercado digital en Estados Unidos, España se queda en el 34,23 por ciento de las ventas.

En comparativa pura y dura el desastre es tangible: de 626 millones registrados 2001 a los 141 de 2014 hay una inmensa pérdida. Pero 2013 fue el último de una serie de años de caída libre que hacía presagiar lo peor.

Wah Wah, Barcelona y Radio City, Madrid

Claro que las macrocifras se notan menos a pie de calle. O eso cuenta Jesús Álvarez, propietario de Radio City, en Madrid (Calle Conde Duque, 14) «las ventas siguen siendo las que eran» y aunque admite que la fiebre por el vinilo es cierta,«ha incrementado, exactamente, en la misma proporción que cae la venta de cd,s».

Lo que sí se repite en la gráfica de ventas generales es su propia evolución. La caída viene produciéndose desde hace años «y pinta de mejorar, no tiene», vaticina Jesús. Si bien, su opinión no se refiere exclusivamente a su sector «no es que sea una aventura romántica montar una tienda de discos, es que lo es mantener cualquier aventura en el pequeño comercio», opina.

El perfil de los clientes de Radio City es tan variado que es imposible hacer un retrato robot de quienes han propiciado el repunte del viejo formato.«Hay quien jamás ha dejado de comprar vinilos, hay quienes han descubierto ahora el formato, pero también hay quienes toda la vida han comprado vinilos y se han pasado recientemente al CD, porque los viejos discos se comen mucho espacio», explica Jesús.

Un vinilo de 1.500 euros

El relato cambia, y mucho, hablando con Shakira Benavides, de Wah Wah Records, en Barcelona (C/ Riera Baixa, 14  ) donde «nunca hemos abandonado el vinilo» y donde, sin embargo, sí han notado el repunte en el viejo formato, acompañado de una caída en las ventas de CD.«Es que comprarse un disco es como comprarse un libro, mientras que un CD ha perdido todo valor porque es pobre, hoy la gente se baja la música y se la graba en un CD en su ordenador».

Los discos de vinilo «se tocan, se huelen son obras de arte», dice Benavides. Esta descripción define un poco el del comprador de vinilos, «aunque en realidad hay muchos tipos», aclara Shakira. «Hay mucha gente que viene todas las semanas, se compra un disco y se va a su casa a escucharlo despacio, como decía antes es como quien compra un libro», explica la responsable de Wah Wah a ABC.«Y también hay quien te encarga un lote de discos por puro afán de acumulación», dice recordando el caso de  Zero Freitas, un brasileño que dedica su tiempo y dinero a la compra compulsiva e indiscriminada de vinilos «que con toda seguridad no escucha».

En Wah Wah se pueden encontrar discos nuevos, reediciones de viejos vinilos y obras de segunda mano, lo que a su vez hace que el perfil del comprador vaya desde personas de «entre 30 y 40 años que han vuelto a los vinilos en que escucharon los primeros discos de su vida» a«nuevos compradores», jóvenes que quieren volver a tener esa sensación de tener algo verdaderamente valioso cuando compran música.

Nuevos y reediciones se venden por igual en la tienda barcelonesa. De los terceros, la segundamano, también hay mercado «y no es necesariamente caro», dice Benavides, antes de ser preguntada por la más cara de las piezas en su tienda:«una primera edición, por unos 1.500 euros», dice. «¿De quién?»: «Mejor que se pasen por la tienda si quieren saberlo», responde.

El renacimiento del vinilo es ya una realidad, ante los«pobres» cd,s y la lenta evolución de la compra por descarga en España.

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