Beethoven, retratado por Joseph Karl Stieler
Beethoven, retratado por Joseph Karl Stieler

Una arritmia cardiaca, secreto del talento de Beethoven

Esa dolencia puede estar detrás de algunas de las composiciones icónicas del compositor, según un estudio de investigadores norteamericanos

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La lista de enfermedades que se cree que sufrió Ludwig van Beethoven (1770-1827) es considerable: inflamación del intestino, enfermedad de Paget -provoca el deterioro de los huesos-, sífilis, problemas en el hígado y los riñones, abuso del alcohol y su célebre sordera, que en la última década de su vida fue completa. Quizá la profundidad y la expresividad de las obras de su último periodo -como la «Novena Sinfonía» o la «Missa Solemnis»- tuvieron que ver con su incapacidad para oír.

Ahora, un grupo de investigadores estadounidenses creen que el genio alemán tuvo otra dolencia que también influyó en sus composiciones: arritmia en el corazón. «Cuando el corazón late de forma irregular por una enfermedad cardiaca, lo hace con un patrón predecible», explica Joel Howell, profesor de medicina interna en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.

«Creemos que se pueden escuchar algunos de esos patrones en su música».

Howell es coautor de un estudio publicado en la revista «Perspectives in Biology and Medicine», que plantea la posibilidad de que algunas de las composiciones más famosas de Beethoven podrían reflejar los latidos irregulares de su corazón. El trabajo fue dirigido por Zachary Goldberger, cardiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, y también participó Steven Whiting, musicólogo y experto en Beethoven de la Universidad de Michigan.

Patrones rítmicos

El equipo analizó los patrones rítmicos de varias composiciones de Beethoven que pudieran dar señales de su arritmia, una enfermedad que hace que el corazón lata muy rápido, muy lento o de forma irregular. En la época de Beethoven no había manera de diagnosticar una dolencia de este tipo. Los investigadores han tenido que utilizar sus partituras como síntoma. Un ejemplo de ello es la «Cavatina», el movimiento final de la composición para cuarteto de cuerda en si menor, Opus 130. En mitad del movimiento, la clave cambia de repente a do sostenido mayor y acarrea un cambio de ritmo que evoca una oscuridad y una desorientación que han sido descritas como «falta de aliento».

En las instrucciones de Beethoven a los músicos que deberían tocar la pieza, esta parte es calificada como «beklemmt» una palabra que en alemán puede significar «tristeza», pero también una sensación de «opresión», algo que se relaciona con las dolencias cardiacas. «La naturaleza arrítmica de esta sección es incuestionable», dicen los científicos.

Los investigadores encontraron también huellas de la arritmia en otras composiciones, como la icónica sonata para piano en la menor, Opus 110, o en la sonata «Les Adieux», escrita durante el ataque de Napoleón a Viena en 1809. Estas piezas son «electrocardiogramas musicales», explica Goldberger, que piensa que los síntomas estudiados y el hecho de que las otras enfermedades que sufrió el compositor se asocian con un ritmo cardiaco anormal, «hacen razonable asumir que Beethoven sufrió arritmia. Aunque estas arritmias musicales podrían solo ser producto del genio de Beethoven, hay una posibilidad de que en algunas composiciones su pulso cardiaco estuviera detrás de algunas de las obras maestras más importantes de todos los tiempos».

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