La toma perfecta del castillo de Almodóvar

La historia de la fortaleza medieval cordobesa, propiedad de la familia Solís, reconstruida en un libro de fotografías

Silueta de cuatro de las nueve torres del castillo de Almodóvar del Río Antonio del Junco
Javier Rubio

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El castillo de Almodóvar del Río , en Córdoba, ha resistido como fortaleza inexpugnable a todos los comandantes que han dirigido sus tropas contra la mole granítica del Redondo, coronada por un edificio que puede enorgullecerse de que nunca ha sido tomado al asalto en su historia de doce siglos. Ahora, un libro que firma el fotógrafo sevillano Antonio del Junco ha conseguido lo que hasta ahora se había revelado un imposible: la toma perfecta del castillo de al-Mudawwar , cuya silueta es visible desde la línea del ferrocarril Sevilla-Córdoba.

Lo paradójico es que ni el autor mismo es capaz de quedarse con una sola captura entre los tres mil disparos con sus cámaras durante los diez días completos y muchas tardes que ha pasado escrutando todos los rincones de la impresionante construcción a través del visor de sus Nikon D700, la preferida, y D810. La que eligió como portada, una panorámica de la silueta iluminada del castillo a la hora del lubricán, surgió casi improvisada en una de sus últimas visitas.

De esas miles, casi doscientas engrosan este volumen que pretende ser más que un libro de fotografías para convertirse en una reconstrucción del edificio con aportes sobre su historia, su arquitectura, las artes suntuarias y hasta el arte de la guerra encargado por la familia Solís-Beaumont, propietaria del castillo, cuya explotación turística realiza a través de la sociedad Castillo de Almodóvar.

Doscientas páginas

El resultado es un libro de doscientas páginas en versión bilingüe español-inglés del que se ha hecho una tirada inicial de 1.500 ejemplares para ponerlos a la venta en la tienda del propio recinto fortificado, que recibe visitas guiadas, turísticas y de escolares y acoge celebraciones, ceremonias y eventos de todo tipo a lo largo del año o escenario de rodajes cinematográficos y televisivos.

En cierto sentido, se trata de un hijo de la pandemia porque el autor comenzó a trabajar desde marzo con un permiso especial para poder desplazarse hasta Almodóvar del Río desde Sevilla cuando se formalizó el encargo del matrimonio formado por Fernando de Solís Tello y Eva Morejón, del que depende simbólicamente en última instancia el rastrillo de acceso a la fortaleza.

«A raíz del libro del Hospital de la Caridad , algunos amigos me recomendaron a los propietarios y me llamaron para proponerme el libro», explica Del Junco, quien ha investigado en los archivos de la familia , ha manejado planos, y consultado la bibliografía disponible.

Pero también ha rastreado rincones poco conocidos u olvidados de la impresionante mole incluidas galerías subterráneas, mazmorras y pasadizos, como el que lleva al río para huir, que no se utilizaban: «La gente me daba besos cuando se los descubría porque no los conocían y ahora están planeando hacerlos visitables», confiesa Antonio del Junco.

«Por dentro, tiene una volumetría tan complicada que parece laberíntico y te da la sensación de que sales del tiempo , de que dejas atrás el siglo XXI y te trasladas a otra época», explica todavía enamorado de la fortaleza.

«Tiene muchas torres y eso te permite cambiar constantemente de encuadre. Es un castillo muy elegante, que sobresale por espigado a diferencia de otros recintos amurallados», razona el artista, que se ha encargado también de los textos, el tratamiento del color y la maquetación de la obra.

Además de la plasticidad de las imágenes de hermosísimas puestas de sol y panorámicas sobrecogedoras, el libro viene a llenar un hueco evidente de información complementaria al visitante de la fortaleza que hasta ahora se atendía de forma insuficiente con un tríptico. Además de su evidente aportación didáctica, recopila una curiosa colección de memorabilia que tiene como centro la silueta del recinto amurallado en sellos, cupones, postales, tarjetas y diversos soportes.

Propiedad privada

El castillo de Almodóvar data del siglo VIII. Arrebatado a los moros, Felipe IV lo enajenó para allegar fondos a la Corona para la guerra de Flandes. El 23 de febrero de 1629, la posesión pasó a manos de Francisco del Corral y Guzmán , caballero de la orden de Santiago, que pagó quince millones de maravedíes por el castillo y la villa de Almodóvar. Desde entonces, ha permanecido en la familia propietaria, que lo mantiene abierto y en perfecto estado de conservación.

Reconstruido en el primer tercio del siglo XX por el arquitecto Adolfo Casanova , especialista en restauración histórica, por encargo del duodécimo conde de Torralva, que se encandiló con las posibilidades que le ofrecía la construcción histórica para convertirse en su vivienda habitual cuando la heredó a los 29 años.

El volumen se completa con un interesante glosario en el que se definen algunos de los elementos arquitectónicos de la época medieval.

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