Novedad editorial

«La mujer ha sido fuente de inspiración, de obsesión, de entrega y de locura no sólo en la música»

Juan Carlos León acaba de publicar el libro «Mujeres con nombre de canción» (West Indies Publishing Company)

Ilustración para la canción «Oh Yoko!», de John Lennon Enrique Crespo

Andrés González-Barba

Juan Carlos León (Jerez, 1970) acaba de publicar un nuevo libro, «Mujeres con nombre de canción» (West Indies Publishing Company) , un completo estudio en el que analiza aquellos temas que grandes músicos del rock, pop, jazz, blues, etc. han dedicado a mujeres. En este trabajo no faltan clásicos como «Eleanor Rigby» de The Beatles , «Suzanne» de Leonard Cohen o «Layla» , que popularizara Eric Clapton cuando formaba parte de .

¿Por qué crees que las mujeres han sido siempre tan importantes a la hora de inspirar canciones?

La mujer ha sido fuente de inspiración, de obsesión, de entrega y de locura no sólo en la música . Ha sido destinataria de cuadros, de estatuas, de poemas y, por supuesto, de canciones. Y, como digo en la introducción del libro, casi desde que existe la música, existen canciones dedicadas a mujeres.

Los Beatles, los Rolling Stones, Bob Dylan, Leonard Cohen… ¿Se puede decir que no hay un gran músico que no le haya dedicado un tema a una mujer?

Yo casi me atrevería a afirmarlo. Cualquiera de los que has mencionado o de los que puede estar pensando el lector seguro que ha encontrado su momento creativo para dirigirse a una mujer. No tiene por qué ser en el plano romántico o devocional, sino que puede haber descargado su ira, su desengaño o su arrepentimiento hacia una mujer a través de su creación, o sea, de su música.

De los Beatles incluyes «Dear Prudence», «Eleanor Rigby» y «Julia», y de John Lennon, «Oh Yoko!». ¿Qué papel desempeñaron las mujeres en los «fab four».

Si hablamos a nivel sentimental, salvo Ringo , todos tienen declaraciones musicales de amor a sus parejas. Incluso Ringo, en «English Garden» (2003), menciona a su amada Barbara (y a su perro Buster). Pero declaraciones de amor flagrantes podemos verlas en «Something» , de Harrison a Pattie Boyd , «Oh Yoko» , que es la que cierra el libro y cuyo autor no hay que especificar, y «Two of Us» (con los Beatles) o «The Lovely Linda» (en solitario), por citar dos de las muchas canciones que Macca le dedicó a Linda. Paul también le dedicó a su perra bobtail «Martha, My Dear» . Que ellos tienen también su corazoncito.

Hablando de los Beatles y de Paul McCartney, la primera canción que incluye tu libro cronológicamente es una dedicada a Linda Eastman compuesta por Jack Lawrence.

Sí, y me hace mucha gracia esa historia. Que ya con cuatro o cinco años fuese la destinataria de una canción, por obra y gracia de su pudiente padre, Lee Eastman , abogado a la sazón del compositor, Jack Lawrence . No creo que la pequeña Linda pudiese imaginar la de canciones que le quedaban por ser dedicadas en su vida.

Otro de los temas más interesantes que jamás se han compuesto es «Layla», quizás por el morbo que existía en el triángulo formado por Patty Boyd, George Harrison y Eric Clapton.

Escribir sobre «Layla» me daba cierto reparo porque es un lugar común a la hora de hablar de canciones dedicadas a mujeres y está ya todo dicho sobre el tema; pero creo que como referente y por la grandeza de la canción y de su autor, tenía que estar presente. Y, al final, creo que añadí algún aspecto no tan aireado sobre el tema, como puede ser el origen del nombre con el Clapton anonimiza a Pattie Boyd, «Layla», que viene del árabe, o cómo descubre la interesada la existencia de la canción y su mensaje. Por no hablar del chasco que se lleva la hermana de Pattie cuando descubre que a quien ama realmente el guitarrista es a su hermana. Pero para saber todas esas curiosidades habrá que agenciarse el libro.

Bob Dylan y las mujeres

Bob Dylan también tiene varias de sus canciones dedicadas a mujeres. ¿Qué me podrías decir de estos temas?

La relación de Dylan con las mujeres ha dado pie a no pocas canciones, incluso portadas de discos. Suze Rotolo le acompañó del brazo en la icónica foto tomada por Don Hunstein en West Village, Nueva York, para la portada de «The Freewhelin’ Bob Dylan» , y fue objeto de temazos como «Don't Think Twice, It's Alright» y «One Too Many Mornings» , entre otros. Una de sus primeras novias, Bonnie Becher , puede ser la destinataria de la maravillosa y frágil «Girl from the North Country» . Sara Lownds , su amor de los setenta, recibió «Love Minus Zero/No Limit », «Abandoned Love» , y «Sara» , con la cual aparece en mi libro. Joan Baez , quien también estuvo unida sentimentalmente al de Duluth… ¿Sigo?

Pero ciñéndonos al libro, aparte de «Sara», me gusta especialmente ese trabajo casi periodístico llamado «The lonesome death of Hatie Carroll» , la plasmación de una tragedia recién acaecida cuando Dylan la grabó. Un abuso, un crimen y una injusticia aireada por el trovador con su única arma, su guitarra.

Ilustración de la canción «Georgia Lee», de Tom Waits Enrique Crespo

Cuéntame también algo de «Suzanne», de Leonard Cohen.

Cohen, como contador de historias que es, aparece tres veces en el libro, con «Suzanne» , «Marianne» y «It seems so long ago, Nancy» . En todas ellas hay un componente amargo, como de desolación o de resignación. Es el caso de «Suzanne», que era una bailarina y modelo muy guapa, casada con un escultor amigo del canadiense. «Suzanne» fue inicialmente un poema que tornó en canción , más un lamento por no poder alcanzar a Suzanne, tan solo fantasear con ella; pero no fue Cohen su primer intérprete, sino que se la cedió a Judy Collins , que la grabó en 1966. Un año después, Leonard Cohen le echaría valor y la grabaría en su primer disco, «Songs of Leonard Cohen» .

Uno de los aciertos del libro es que recorres la historia de la música y de sus diversos estilos —rock, pop, jazz, country, etc.— a través de las canciones dedicadas a las mujeres.

Sí. Igual que en mi libro anterior, «¿Quién cantará en tu entierro?» , la temática, el foco, es una mera excusa para poner de relieve mis gustos, mi universo musical. Ya que no hago los libros por encargo ni me voy a forrar con ellos, al menos he de disfrutar escribiendo de lo que me gusta, de la música que me gusta. No podría haber incluido, por ejemplo, canciones de heavy metal o de salsa o de new-age porque son estilos que nunca me han llamado la atención y no me sentiría cómodo escribiendo sobre ellos. Como comentábamos antes, desde «Linda», que es de los años 40, el libro recorre el soul, el rock and roll, el pop, el folk, el punk, hasta llegar al 2016 con «Joana» , de Lady Gaga que, contrariamente a lo que pueda parecer, tiene también un aire muy country-pop. Si no, no hubiera entrado en la selección.

Homenaje a Ingrid Bergman

Es muy curiosa la historia que hay detrás de la canción «Ingrid Bergman», ¿no es así?

Sí, esta es otra de las muchas curiosidades del libro, y saca a la luz una obsesión o fijación bastante difícil de adivinar: la de Woody Guthrie , uno de los padres del folk americano, hacia Ingrid Bergman . Resulta que su hija descubrió en una caja muchísimas letras y escritos de su padre (rondaban las tres mil) que no había visto la luz, y, a través de Billy Bragg , activista y folk-man británico, y de Wilco , banda americana de raíz, consiguió darle forma sonora a algunas de ellas. Una de estas fue «Ingrid Bergman», que se incluyó en «Mermaid Avenue» (1998), el primero de los tres discos que nacieron de ese ingente material.

Al igual que tu obra anterior, se trata de un libro que tiene un trabajo de documentación extraordinario. ¿Cómo ha sido ese proceso?

Así como en mi libro anterior tuve que hacer de arqueólogo musical, buscando obituarios y reseñas de entierros en hemerotecas online, la documentación para escribir «Mujeres con nombre de canción» ha sido más accesible, recurriendo a biografías y a publicaciones literarias. Al ser la mayoría de canciones pertenecientes a artistas mundialmente conocidos, ha sido cuestión de saber buscar, clasificar y luego ordenar la información para poder darle forma de una manera atractiva. Internet también ofrece un amplio abanico de datos (foros que tratan el tema, artículos periodísticos, libros con nombres para bebés basados en canciones, etc…) que puede complementar cualquier información obtenida mediante la vía literaria, siempre que haya conseguido asegurar la veracidad del contenido.

También me gustaría que hablaras de la edición, ya que creo que está muy cuidada y es uno de los puntos fuertes de este libro. Son espectaculares las ilustraciones de Enrique Crespo.

Sí, la editorial ha llevado a cabo un trabajo muy cuidadoso, dando un salto de la calidad desde mi trabajo anterior. Es un libro muy cómodo de leer y salpicado con quince ilustraciones (más la portada) de Enrique Crespo . Entre los dos fuimos poniendo en común las canciones-historias que podían ser más atractivas visualmente, y llegando a una especie de brainstorming para darle forma a la obra final, que, por supuesto estaba solamente en sus manos, nunca mejor dicho.

¿En qué nuevos proyectos andas metido?

Pues resulta que a medida que escribía «Mujeres con nombre de canción» casi me iba saliendo sin querer un spin-off del mismo (alguna pista he dado en esta entrevista…) y quizá le dé forma, pero primero toca promocionar y difundir el que tengo entre manos. Y en un futuro, cuando sea mayor, me gustaría intentar salirme del ensayo musical y arriesgarme en un género como la novela.

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