LITERATURA
Francisco Robles gana el Premio Ateneo con «El último señorito»
El escritor y columnista de ABC obtiene el galardón con una novela que entronca con la tradición literaria del campo andaluz
Con una novela de campo que cuenta el fin de una estirpe el escritor Francisco Robles ha obtenido el P remio de Novela Ateneo de Sevilla en una edición especial, la del cincuenta aniversario. «El último señorito» es el título de la obra con la que consiguió el prestigio galardón y cuyo fallo se conoció en el transcurso de una cena literaria celebrada el sábado en los Reales Alcázares. Además, también se entregó el Premio Ateneo Joven a Alba Ballesta por la novela «Distinta Clara» . Ambas se publicarán en septiembre por la editorial Algaida.
En «El último señorito», Francisco Robles (Sevilla, 1963), articulista de ABC y autor de «El aguador de Sevilla» o «La maldición de los Montpensier», descubre una novela que entronca con la tradición literaria del campo andaluz . El protagonista es Santiago, el último señorito, pero un terrateniente distinto, casi raro en el habitual arquetipo literario de este tipo de personajes. «No me interesan los personajes buenos o malos. Santiago es un personaje con una gran lucha interior, alguien que se va desnudando, transformando. Un señorito, hijo póstumo de un terrateniente al que los rojos mataron en la Guerra Civil, que cambia cuando va llegando la democracia y que muere durante la Transición. Simboliza esa Tercera España que no entiende nadie ”, explica.
Recorre la novela un paisaje de olivares, cortijadas, tierras albarizas y soles salvajes. «La novela se desarrolla en el campo, en un pueblo sin nombre, pero que podíamos situar entre la Marisma y la Campiña de Sevilla . Además, los tres momentos cronológicos de la historia suceden en verano: julio de 1936, los años cincuenta y la actualidad. La narración arrastra el peso del calor . Un calor simbólico con los personajes ardiendo, apasionados, buscándose», aclara el autor que consigue un galardón de 40.000 euros, ya que la dotación del premio ha subido con motivo del cincuenta aniversario.
Robles recuerda la importancia de lecturas como «Los Dueñas», de Manuel Halcón , o «Epitafio para un señorito», de Manuel Barrios . Y descubre las sombras tutelares que nutren su novela. «Desde muy joven leí a todos esos grandes autores: Halcón, Barrios, José Manuel Caballero Bonald , Julio Manuel de la Rosa , José María Requena , Manuel Ferrand , los hermanos Cuevas . Todos escritores de una gran calidad. Quiero reivindicar esta gran literatura que no ha trascendido tanto como debería ser por lo de siempre, se ha hecho desde el Sur», apunta Francisco Robles reivindicando a los autores que durante un tiempo los caprichos editoriales denominaron los narraluces y que luego quedaron incomprensiblemente olvidados.
«El último señorito» intenta renovar esa prosa meridional y deslumbrante que ha caracterizado a los escritores andaluces. Y también presenta una visión con cierta modernidad de la figura del señorito , ya lejana del don Guido de las coplas de Antonio Machado o de la «casta vieja y tahúr, triste y zaragatera», que noveló Manuel Barrios con su Pepín Jiménez en «Epitafio para un señorito».
Robles narra paisajes excesivos de calor y zonas de sombra y penumbra, donde suceden historias que hay que ocultar, como pasiones prohibidas que devienen en descendencias ilegítimas. Un tema de cierta actualidad, como destaca el escritor y periodista, ante la cantidad de casos de paternidades secretas desveladas tras pruebas de ADN practicadas con la exhumación del cadáver de importantes personajes. En la novela, esa circunstancia desata la historia a raíz de la llegada de una periodista de Barcelona que intenta contar una de esas historias para un programa de televisión. Todo eso activa el mecanismo del pasado. «En realidad, el tema de la novela es la búsqueda de la identidad . Eso es lo que mueve a los personajes. La sangre, en clave simbólica», señala trascendiendo la anécdota de actualidad.
El tiempo es probablemente el protagonista de «El último señorito». La narración entrelaza tiempos históricos , mezclándose con un aire «entre Faulkner y Julio Manuel de la Rosa», confiesa Francisco Robles que subraya que en la novela se citan la tragedia, las pasiones y también el humor, como no podía ser de otra forma en un autor con gran pluma para la ironía . No hay más que recordar el éxito de su libro «Tontos de capirote» y el tono satírico de sus artículos periodísticos.
Robles también valoró con emoción haber conseguido el premio justo en el año en el que se conmemoran los cincuenta años de un galardón que cuenta en su nómina con autores como Manuel Barrios, Carmen Conde, Caballero Bonald, Antonio Burgos, Juan Marsé, Juan Eslava Galán, Felipe Benítez Reyes o Luis del Val.
El jurado de este premio que organizan el Ateneo de Sevilla y la editorial Algaida, y en el que también ha participado la Fundación Unicaja, estuvo formado por Alberto Máximo Pérez Calero, Miguel Cruz Giráldez, Francisco Prior, José Vallecillo, Gervasio Posadas, Rafael Muñoz, Miguel Ángel Matellanes, Luis del Val y Ángel Moliní Estrada.
En cuanto al Premio Ateneo Joven de Sevilla , Alba Ballesta (Orihuela, 1991) es graduada en Traducción e Interpretación y máster en Literatura comparada. Autora de la novela «Rari nantes», XVI Premio Joven de Narrativa UCM. Entre 2015 y 2016 disfrutó de una beca de creación en la Residencia de Estudiantes, fruto de la cual es «Distinta Clara», la novela ganadora. Una obra en la que se cuenta la historia de Laia, una joven estudiante de literatura decide investigar para su máster sobre Clara Dubasenca, una poeta desconocida de la que, al parecer, solo se conoce un libro: el tercer tomo de sus obras completas.
