La obra de teatro que Edith Wharton ocultó en sus memorias llega a España
Descubierta hace dos años por dos investigadoras en el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas, «La sombra de la duda» es la única pieza dramática que escribió la autora estadounidense
Muchos son los tesoros literarios que, en los últimos años, están llegando al Harry Ransom Center de la Universidad de Texas (Estados Unidos), convertido, a golpe de talonario, en mausoleo documental de los grandes escritores del siglo XX y alrededores. Tanto es así que los investigadores acuden allí como aquellos buscadores de oro que, enfebrecidos, emprendieron expediciones que sólo en contadas ocasiones les llevaron al ansiado metal. Pero, ay, cuando aparecía... Los ojos llenos de chiribitas y el jornal asegurado, casi, de por vida, pero sobre todo el orgullo de la empresa concluida, del éxito alcanzado. Una sensación parecida a la que debieron experimentar, hace justo dos veranos, las profesoras Mary Chinery y Laura Rattray cuando, sin comerlo ni beberlo, encontraron en el mencionado centro de Austin una obra de teatro inédita de Edith Wharton (1862-1937).
El notición encerraba, además, varias sorpresas mayúsculas: el hallazgo de un texto hasta ese momento desconocido de la autora estadounidense y la naturaleza del mismo, la única pieza teatral escrita por Wharton y que ella misma se afanó en ocultar en sus memorias. ¡Albricias! La prensa de medio mundo se hizo eco de la buena nueva y las editoriales, ávidas de inéditos tanto como de lectores, empezaron a mover sus hilos para hacerse con la obra. La rareza y exquisitez de la misma hacía malpensar que su publicación se demoraría en nuestro país hasta la extenuación de los devotos de la autora de «La edad de la inocencia» , pero la espera no ha sido tanta y, desde luego, ha merecido la pena.
En apenas unos días, llegará a las librerías españolas «La sombra de la duda» (Huso Editorial) gracias al empeño del escritor Jorge Freire (Madrid, 1985), autor de «Edith Wharton. Una mujer rebelde en la edad de la inocencia» (Alrevés, 2015). «Nos hemos dado una prisa tremenda para publicarlo. Si hubiera sido una obra menor, lo habríamos dejado, pero es que es fantástica», asegura, emocionado, Freire, en conversación telefónica con este diario. Tras los recientes descubrimientos de un relato bélico («The Field of Honour») en Yale y de un manuscrito mecanografiado en italiano de la historia corta «The Duchess at Prayer» (1920) en la Universidad de Duke, ahora sí estaríamos, según Freire, ante «el último inédito» de Wharton .
Escrita en 1901, su «época oscura», según la describe Freire, «La sombra de la duda» presenta «muchos de los temas que suelen encontrarse en la obra de Wharton: chantaje, extorsión, misoginia, ácidas reflexiones sobre la clase privilegiada, filisteísmo, sororidad entre mujeres de clase baja, quema de cartas...». Freire destaca, también, cómo «el personaje masculino es, como todos los personajes de Wharton, un dontancredo con pies de barro», mientras que la protagonista femenina es «fuerte, valiente y decidida». Su argumento se resume en apenas unas líneas: al poco de fallecer su esposa Agnes tras un terrible accidente, John Derwent se casa con Kate Tredennis, enfermera y gran amiga de ésta. Su suegro, el acaudalado Lord Osterleigh, no está muy contento con el nuevo matrimonio de John y, para terminar de liar el asunto, se inmiscuye el Doctor Carruthers, quien intenta extorsionar a Kate, pues sabe que le dio una dosis mortal de cloroformo a Agnes cuando le rogó que acabase con su sufrimiento. La eutanasia , un asunto que a Wharton «siempre le había interesado», vuelve a aparecer, arrojando «nueva luz sobre sus preocupaciones».
Dramaturga
Pero si, como defiende Freire, «aunque sea primeriza, la obra es de una madurez insospechada, tiene mucho nivel», ¿por qué Wharton ocultó su existencia? «Yo creo que quiere ocultar sus fracasos. Lo consideraba un fracaso, algo que le salió mal. Que lo encontraran fue una cosa puramente azarosa. Nadie sabía que existía». Lo cierto es que, como recuerda Freire en el prólogo, Wharton intentó construirse una carrera como dramaturga hasta que publicó su primera novela. De hecho, hay indicios de la existencia de la obra que hoy nos ocupa, como una carta de 1901 en la que su amigo Walter Berry (íntimo de Henry James y objeto de deseo de Marcel Proust ) dice cuanto le «gustaría asistir al primer ensayo de la Sombra » o lo publicado por esas mismas fechas en el «Atlanta Constitution» sobre una obra de tres actos de Edith Wharton titulada «The Shadow of a Doubt» que se ensayaba en el Teatro Empire de Nueva York y podría protagonizar Elsie de Wolfe. Un año después, «The New York Times» la describe como «Mrs. Wharton, Playwright» (escritora de teatro, en su traducción literal).
Y, sin embargo, en «Una mirada atrás», su libro de memorias , ella «pasa por encima de su carrera teatral» y no llega ni a mencionar «La sombra de la duda». Según Freire, «es probable que a Wharton le costase creer en su pericia como dramaturga», lo cual se entiende si se tiene en cuenta que, lastrada por un marido maldiciente y detractor de su vena creativa, «tardó años en convencerse de su talento ». Dudas que se disiparon cuando, en 1905, «La casa de la alegría», su segunda novela, se convirtió en un éxito de ventas. Pero, claro, para entonces ya no había ni rastro de la Wharton dramaturga, que más de un siglo después «resucita» para regocijo de sus lectores. Y ojo, porque ya hay «alguien» que está «interesado» en llevar la obra a los escenarios españoles.
