Alejandro Luque y Antonio Muñoz Molina durante la presentación de «Como la sombra que se va»
Alejandro Luque y Antonio Muñoz Molina durante la presentación de «Como la sombra que se va» - juan flores
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Muñoz Molina: «Mi novela no tiene esa metaliteratura que lleva al escritor al estrellato»

El escritor jienense presenta en el Paraninfo de la Universidad «Como la sombra que se va» (Seix Barral)

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Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) ha vuelto a poner el dedo sobre la yaga en su última novela, «Como la sombra que se va» (Seix Barral). Se trata de un ejercicio en donde se mezcla magistralmente el relato que aconteció al asesino de Martin Luther King, James Earl Ray, que estuvo diez días en Lisboa, con el recuerdo metaliterario del propio escritor jienense, que también visitó la capital lusa para documentarse para su novela «Un invierno en Lisboa».

El autor de «Beltenebros» ha presentado este jueves su novela en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla entablando un fluido y certero diálogo con el periodista y escritor Alejandro Luque, gran conocedor de la obra de Muñoz Molina. Éste último confesó su sorpresa cuando leyó la historia sobre James Earl Ray, «ya que me impresionó que pasara en Lisboa diez días.

A partir de ahí me llamó la atención ciertos rasgos de un personaje muy desconocido». Además, matizó que «mientras Martin Luther King es un icono memorable, lo mató alguien sobre el que no había ninguna escritura». No obstante, Muñoz Molina aclara que «al final es un personaje que no se puede conocer porque inventó su historia».

El autor de «El jinete polaco» ha querido meterse en la piel de este personaje tan complejo aficionado a las novelas de James Bond. Tanto es así que también llegó a leerse estas novelas, así como un libro, «Psicocibernética», del cual Ray fue un fervoroso lector. «Adquieres una familiaridad extraña con un personaje que te repele y que no puedes conocer», admite el escritor andaluz.

Sin embargo, más allá de la narración de la huida de James Earl Ray después de su asesinato, lo que le da más originalidad a esta novela es que Muñoz Molina también refleja en el libro sus recuerdos cuando él mismo viajó a Lisboa:«Tuve la tentación de escribir estrictamente una novela sobre James Earl Ray porque había mucho material, pero ahí estaba también la conexión con Lisboa y al ponerme a escribir me vinieron los recuerdos de mi propia búsqueda que hice por aquella ciudad cuando escribía «“Un invierno en Lisboa”», admite.

Viaje a Memphis

Como el propio Alejandro Luque le recordó, Muñoz Molina llega a asegurar en este libro que «una novela sirve para confesarse y para esconderse». A lo que el escritor respondió que «yo no quería caer con esta novela en la metaliteratura que lleva al escritor al estrellato. Por eso puse esa parte personal mía porque era necesaria para el sentido de la obra». En ese sentido, reconoce que viajó a Memphis, en donde mataron a Luther King, «pero lejos de retratar eso como hacen los escritores de libros de viajes, que se ven como un observador al margen, yo retraté el viaje que hice a Memphis acompañado de mi mujer (Elvira Lindo)».

Por otra parte, el autor de «Sefarad» dijo que «a la literatura le pedimos cosas que nos importen mucho y para eso también le debe importar al escritor cuando lo escribe». Asimismo, afirmó que «el escritor suele crear una imagen de sí mismo, por eso la novela tiene la libertad de poner en escena cosas fundamentales de la vida». Y también recordó que «en la tradición literaria está el hilo del examen de conciencia, ya que cuando las personas actuamos mal tenemos que sentir remordimiento».

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