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Paula Rojo, durante su visita a la casa de ABC - INMA FLORES

EurovisiónPaula Rojo: «Por ir a Eurovisión no me tengo que convertir en 'Paula brillantina'»

La exconcursante de «La Voz» inicia su periplo sin el respaldo de un sello discográfico presentando un tema íntimo y amable para representar a España en el famoso festival. «A veces, lo sencillo es lo que más llega», asegura

MADRID Actualizado: Guardar
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Paula Rojo aterriza en la carrera por Eurovisión tras una ruptura. Después de cinco años de intenso noviazgo con la discográfica Universal, la artista asturiana ha puesto tierra de por medio. «Hemos decidido seguir por caminos distintos», explica con su dulce sonrisa mientras curiosea con mucha atención la redacción de ABC. «Ahora soy una 'indie', ¿quién me lo iba a decir?».

Paula Rojo es, más bien, un pájaro libre. O una rara avis en el mundo de la música: pese a saltar a la fama tras participar en «La voz» (2011) y sumar miles de seguidores y dos discos a su espaldas, ella siempre ha tenido los pies en el suelo. «Si mi entorno personal era perfecto antes, ¿por qué lo tengo que cambiar?.

No puedo apartarme de mi familia y de mis amigos. No todo en la vida es trabajo», señala con esa expresión de inocencia y calidez que embelesa tanto como la música que crea. Es una férrea defensora de la sencillez y la autenticidad. Sabe que su candidatura no cae en el cliché de lo comúnmente definido como «eurovisivo», pero no por ello va a apartarse de su esencia. «Me gusta el country, me gustan las canciones que cuentan cosas y creo que es la manera con la que debo afrontar cualquier reto», dice luciendo sus botas camperas. Las rupturas nunca son fáciles, y menos si te dejan sin discográfica. Pero la tormenta siempre da paso a la calma. Como su canción favorita del festival...que también tiene esencia country.

- De «La Voz» a Eurovisión. ¿Cómo te tentaron para embarcarte en esta nueva aventura?

- TVE me propuso hace unas semanas enviar una canción y decidí apostar por «Lo que nunca fue», ya que era el tema que mi equipo y yo planeamos como primer single del nuevo disco que estoy a punto de sacar. Este trabajo es un buen ejemplo de lo que va a definir mi carrera a partir de ahora y por eso no dudé en presentarla para Eurovisión.

- Pero tu nombre ha sonado muchas otras veces en el pasado...

- Sí, aunque realmente nunca he estado en la carrera hasta este año. Ahora, siento que ha llegado el momento idóneo para mí y por eso he decidido dar el paso, aunque me produce mucho respeto. Veo Eurovisión como algo muy grande.

- ¿Respeto o miedo?

Muchas veces hemos llevado canciones que la gente ve idóneas para el festival y quedamos mal

- No hay que tener miedo a lo que te gustaría hacer. Y yo quiero pisar ese escenario. Pero hay mucha responsabilidad, mucha presión... Lo comparo como cuando me presenté al casting de «La Voz». También me aterraba y no me veía capaz. Pero tuve la corazonada de que iba a salir bien, y así fue. Y ahora también, porque esta aventura ya me ha aportado muchas cosas positivas. Estoy aprendiendo, conociendo nuevas cosas y viviendo desde dentro el mundo eurofan.

- El mundo eurofan a veces es difícil y peligroso. ¿Te dan miedo las críticas que puedan hacerte los seguidos más acérrimos del festival?

- Yo quiero que todo lo que viva en este proceso sea positivo y las críticas no dejan de ser opiniones. Yo soy la primera que me río de mí misma y, por tanto, no me ofenden. Los cantantes somos personajes públicos y es la otra cara de esta profesión. Además, yo también opino libremente de lo que me gusta y lo que no.

- Eres la candidata con más seguidores de los seis preseleccionados. ¿Eso es algo positivo de cara a tu posible elección como representante para Eurovisión?

- No me había planteado que fuera la más famosa de los seis, la verdad. Yo me veo como una más. Mi música no es eurovisiva, pero precisamente por eso me he lanzado a esta carrera. Muchas veces hemos llevado canciones que la gente ve idóneas para el festival y quedamos mal. Es lo bonito de Eurovisión, que no deja de sorprenderte.

- Entonces no ves como una ventaja ser la más famosa...

- ¡Pero si voy la última en las encuestas! (ríe) No tiene nada que ver. La gente valora la canción con la vista puesta en el festival y no miran tanto quién la canta. «Lo que nunca fue» es mi propuesta más honesta, la que me define. No por ir a Eurovisión tengo que convertirme en 'Paula brillantina'. Me gusta el country, me gustan las canciones que cuentan cosas y creo que es la manera con la que debo afrontar cualquier reto. A veces, lo sencillo es lo que más llega. Como pasó con la canción «Calm after the storm», de Países Bajos en 2014. Es mi canción favorita del festival... ¡y es muy similar a mi estilo!

- Esa canción, a priori, tampoco parecía eurovisiva...

- Y Ucrania ganó el año pasado con una propuesta muy diferente a lo habitual. Pero, en general, la gente que vota lo hace por lo que suena a festival. LeKlein («Ouch!») es un buen ejemplo y además tiene mucha fuerza. La canción de Mario Jefferson también es festivalera y Mirela es lo que Europa espera de nosotros. La votación ya depende del riesgo que se quiera afrontar: igual una canción te puede gustar pero no la ves para Eurovisión y por eso votas a otra. Pero yo no puedo aparentar algo que no soy, sería una estupidez.

- Entonces, ¿por qué das el paso si crees que no te van a votar?

- Porque quizá eso es lo que me haga realmente ganar. ¡Con todo el morro! (ríe)

«Lo que nunca fue» es mi propuesta más honesta, la que me define

- Tampoco te veías haciendo castings y acabaste en uno para ir a «La Voz». ¿Cómo ha cambiado tu vida en estos cinco años?

- Pues no ha cambiado tanto. Sigo junto a mi familia y mis amigos y soy muy feliz. Si mi entorno personal era perfecto antes, ¿por qué lo tengo que cambiar? ¿Porque tengo un trabajo de ensueño y poco convencional? Trabajo día a día por cuidarlo, pero no me olvido de muchas otras cosas que me hacen feliz. No todo es trabajo.

- ¿Y qué consejo das a alguien que quiere empezar en el mundo de la música?

- Mi consejo es que se ilusione con cada 'cosina' que haga, por pequeña que sea, aunque a veces parezca que todo va cuesta arriba. Y componer, porque los derechos de autor te dan mucha seguridad económica y te hacen sentir útil. Coge una historia que quieras contar y ponle una melodía, así se empieza.

- Y un artista que quiere ir a Eurovisión, ¿debe componer en español o en inglés?

- Depende de la canción y del intérprete. Yo soy contadora de historias y me salen en español. No puedo, de repente, sacar un single en inglés porque no es lo que hago yo. Hay que ser coherente con tu carrera. Barei canta en inglés y su trabajo es, principalmente, en este idioma. ¿Por qué va a cambiar?

He roto con mi discográfica porque tengo muy claro lo que quiero hacer ahora

- Una de tus grandes bazas es que tienes a una importante discográfica detrás como es Universal, así que eso puede beneficiarte de cara a...

- (Interrumpe) No, no tengo discográfica.

- ¿Perdón?

- Hemos roto (ríe). ¡Sorpresa! Desde hace un mes, soy una «indie».

- ¿Y por qué se ha producido esta ruptura?

- Es como una relación de amor. Hemos decidido seguir por caminos distintos y yo les agradeceré siempre todo el apoyo que me han dado durante estos cinco años. Yo tengo muy claro lo que quiero hacer ahora y nos hemos dicho adiós.

- ¿Y cuál va a ser tu apoyo ahora para planificar tu candidatura?

- Confío ciegamente en el equipo que me rodea, son maravillosos y muy profesionales. Aunque vuelvo a apelar a la sencillez como mi forma de trabajo. A mi candidatura le pega eso.

- ¿Por qué crees que muchos cantantes, con o sin discográfica, no se atreven a ir a Eurovisión?

- El festival sólo te puede aportar cosas buenas independientemente del puesto en el que quedes. Barei acabó la 22 el año pasado e hizo una actuación estupenda. El festival es una plataforma ideal para los artistas de «a pie», como yo, o para cantantes que tiene una gran carrera y creen que pueden aportar algo especial al concurso, como Pastora Soler hace cinco años.

- No has respondido a mi pregunta

- Pues igual esos cantantes no dan el paso porque no sienten que sea el momento. Yo me guío por corazonadas y, tal vez, ellos también. Quizá, el año que viene la acaban sintiendo y se presentan (sonríe).

- Vamos a tener la corazonada de que vas a Kiev y ganas Eurovisión. ¿Qué estarías dispuesta a hacer si logras el triunfo?

- ¡El submarinismo me aterra! Los corales y las algas ya me dan miedo, así que imagínate si me encuentro algo peor. Pero por Eurovisión, ¡lo haría! Prometido.

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