ITINERARIO CULTURAL

Ruta nocturna por la Sevilla afrancesada

La empresa francoespañola «Sevilla a la carta» celebra la Fiesta Nacional de Francia con un paseo que recuerda las huellas francófilas en la ciudad del siglo XVIII y XIX

Julia Rozetes la guía encargada de descubrir la Sevilla afrancesada J.M.SERRANO

EVA DÍAZ PÉREZ

Hay muchas Sevillas dentro de Sevilla. Por ejemplo, la que aparece paseando por el plano de Olavide y que recuerda una curiosa, singular e inquietante época de la ciudad. La propuesta es recorrer la huella afrancesada en Sevilla , descubrir dónde se celebraban las tertulias en las que se rescataba el ideario de la Ilustración, quiénes fueron los sevillanos que participaron en la Revolución Francesa como el Abate Marchena o los escenarios de la Guerra de la Independencia.

La idea era celebrar la Fiesta Nacional de Francia del 14 de julio con una ruta nocturna por una Sevilla afrancesada. La iniciativa parte de «Sevilla a la carta» , una empresa cultural francoespañola asentada en Sevilla dedicada al turismo cultural y que organiza rutas relacionadas con episodios históricos.

El itinerario parte de la Plaza Nueva, justo donde se encontraba el antiguo convento de San Francisco que fue arrasado por los franceses durante la ocupación en la Guerra de la Independencia. Fue una de las intervenciones urbanísticas que realizaron en el plano de la ciudad con el fin de higienizar y abrir el callejero con grandes plazas para que se colara la luz. Ya advirtió Antonio Burgos en su «Guía secreta de Sevilla» que la Plaza Nueva era la más francesa de la ciudad...

Julia Rozet es la guía encargada de descubrir la Sevilla afrancesada. Explica el contexto histórico recordando cómo prendieron las ideas de la Ilustración y luego las ideas revolucionarias que tienen como referencia el París del siglo XVIII. Es la Sevilla de las tertulias en las que se lee a Voltaire , Rousseau , Racine , Locke , Fenelon o Diderot . Esas serán las lecturas que se recuerden en la calle Jamerdana, en el corazón del barrio de Santa Cruz, porque allí nació Blanco White . Blanco White se reunía con Manuel María Arjona , José Félix Reinoso o Alberto Lista en la llamada Academia de Letras Humanas, así que es parada obligatoria en la ruta.

En el paseo se descubren otros lugares inspirados por la huella francesa como las academias. Hay parada en la Casa de los Pinelo , sede de las Reales Academias de Buenas Letras, de Bellas Artes y la de Medicina, que por cierto fue la primera de España.

El itinerario se detiene en la calle Pajaritos, donde estuvo la imprenta de Cromberger . Es casi una metáfora para hablar de la importancia de las prensas en los siglos XVIII y XIX como plataforma de difusión de las nuevas ideas y también con los periódicos que detallaban los acontecimientos de la guerra.

Continúa la ruta y aparece otro personaje: Olavide, el asistente de la ciudad, que en los Reales Alcázares tenía un retrato de Voltaire y recibía desde París los libros de los grandes filósofos. Julia Rozet guía a los paseantes por la ciudad y plantea un juego de pistas entregando misteriosos objetos: una faltriquera con monedas, cartas lacradas, el facsímil de un libro secreto, cajas cerradas, medallas y escarapelas. Todos los participantes reciben un objeto que tendrán que guardar hasta llegar al lugar en el que Rozet desvela el misterio: el paseante que será José Bonaparte , el que esconde al mariscal Soult o los que guardan sin saberlo detalles de la vida cotidiana. Un perfecto juego narrativo de claves históricas .

«Nos sirvió como base el estupendo libro de Manuel Moreno Alonso «Sevilla Napoleónica». Sobre todo porque nos dio pistas para buscar documentos en la Biblioteca Nacional de Francia. Así pudimos reconstruir algunos detalles de cómo fue la vida en Sevilla durante la ocupación francesa », explica Julia Rozet que ha diseñado la ruta junto a su socio en la empresa Rafael Díaz Rodríguez .

Al llegar a la Plaza de San Francisco, Julia Rozet evoca la figura de Jovellanos . La actual sede de Cajasol fue el edificio de la Real Audiencia donde ejerció como magistrado. Durante su estancia en Sevilla participó en la tertulia de Olavide en el Alcázar. Un afrancesado que, sin embargo, con la invasión de la Grande Armée pasaría a formar parte de los llamados patriotas .

La ruta descubre la huella de los patriotas y antiguos afrancesados en los miembros de la Junta Central que se instaló en el Alcázar durante la Guerra de la Independencia. Era la institución que representaba al gobierno de España y convirtió a Sevilla en capital de la España libre. Una gloria que duró hasta que las tropas de Napoleón provocan su huida y refugio en Cádiz, último baluarte de la libertad y donde fraguaría el espíritu de las Cortes.

Según las crónicas, en la Sevilla de la ocupación triunfó el rosolí, un aguardiente de canela. Así parece oler por las animadas calles del barrio de Santa Cruz que de pronto han adquirido una luz ambarina, como de noche de hace siglos. El final de la ruta es en el Archivo de Indias donde tuvo lugar una gran fiesta napoleónica en la que hubo luminarias y repicaron las campanas de la Giralda en una Sevilla afrancesada.

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