MÚSICA
Propuestas para un «disconfinamiento»
Artistas de cuatro generaciones comparten sus discos de la cuarentena y nos cuentan sus razones
Javier Andreu (La Frontera): «In the City», The Jam.
En estos momentos difíciles hay que ser positivos y levantar el ánimo. Y nada mejor que escuchar por la mañana algo que te ponga las pilas y te haga sentir activo durante todo el día. Desempolvando vinilos, encontré el otro día uno de mis discos favoritos que hace tiempo no escuchaba. In the City , de los Jam, me transporta a aquellos momentos en los que la poesía y la libertad flotaban en el aire de una ciudad vacía que ahora es Madrid. Es mi escuela de arte en estos días. Su energía es contagiosa. Completamente recomendable.
Josele Santiago (Los Enemigos): «In a Silent Way», Miles Davis.
La música, como la comida, viene de la tierra y no podemos dejar que se estropee. Compotas, mermeladas, encurtidos, escabeches… Intervalos debidamente pulsados y clasificados en tarros de cristal primorosamente etiquetados que acumulan polvo en la despensa desde tiempos inmemoriales. Ritmo y aire puro. Un trabajo armónico y minucioso, libre, alejado de las prisas y el ruido. Que supo respetar silencios, penumbras y generosidades. Las manos que liberarán esas melodías no serán las mismas que las pusieron allí. No hizo falta, las cosechas siguieron siendo excelentes. Bajemos a la despensa y saciémonos hoy en silencio. Salud.
Juan Aguirre (Amaral): «Echo in the Canyon», BSO.
Estoy haciendo arreglos con Eva por wetransfer y escuchando canciones muy variadas: 1. El tercer acto de Tosca , con Maria Callas. 2. Una sudafricana que se llama Jain, la canción «Come». 3. El grupo Caribou, y su tema «Never Come Back». 4. Y un trío que se llama Haim, «Allelujah». 5. Pero, sobre todo, la banda sonora de Echo in The Canyon . Es como un primer amor, y ver a Jakob Dylan y a Fionna Apple cambiando la línea vocal de «It Won´t Be Wrong» es algo que necesitaba estos días. 6. Al igual que el primero de los Stone Roses. 7. He vuelto a The Queen Is Dead , de los Smiths y a Johnny Marr. 8. Otro que llevo escuchando es el Let It Be de los Beatles. 9. Estoy enamorado del nuevo disco de Laura Marling. 10. Y recomiendo «Seventeen», de Sharon Van Etten.
Carla Olson (The Textones): «Living in a Ghost Town», The Rolling Stones.
He estado escribiendo canciones con Pete Brown. También estoy produciendo Americana Railroad Songs, que cuenta con Dave Alvin, James Intveld, Stephen McCarthy, Rocky Burnette y otros, y que saldrá en noviembre. También Ladies Sing Lightfoot, con Katy Moffett, Susan Cowsill, Natalie Noone, Arwen Lewis y Astrella Leitch. Estoy feliz escuchando el nuevo sencillo de los Rolling Stones «Living in a Ghost Town». Es genial saber que necesitan conectarse con sus fans tanto como nosotros con nuestros amigos, familia, y esas personas que se sienten indefensas y sin control. Siempre han sido mi punto de partida para la música en situaciones de crisis.
Edi Clavo (Gabinete Caligari): «Love Devotion Surrender», Santana, Mahavishnu y John McLaughlin.
En tiempos de tribulación y drama severo, una de mis opciones pasaría por el rock evolucionado de Santana & McLaughlin en la encrucijada estilística de 1973. Amor Devoción Entrega ; un sintagma místico para un álbum proyectivo de fusión y mantra. ¿Es jazz? ¿Es rock? ¡Qué más da! Respira entre los surcos todo el sabor de una época perdida. Sin límites ni cortapisas. Un LP de rancia estirpe, alejado de la puerilidad pop y trufado de orientalismo de guardarropía. Un ejercicio de pirotecnia instrumental de ida y vuelta; más sensual en el fraseo cálido de Santana y frío y gimnástico -perfecto- en el de McLaughlin. Música radiante, sideral, específica para disipar tinieblas.
Nina (Morgan): «Ceremonials», Florence+The Machine.
Estos días, he vuelto a escuchar mucha música favorita y discos que me marcaron. Uno de mis favoritos es Ceremonials , de Florence+The Machine. Toda su música me apasiona, pero este me llegó de una manera especial. Las letras, la producción, los coros, la estética y el aire de cuento mágico que tiene FATM en general, y este disco en particular, me enamoraron desde la primera escucha. Recomiendo (está en la mayoría de las plataformas digitales) la edición deluxe , ya que de las cosas que más me sorprenden de Florence son sus bonus tracks . Para mí, es un disco muy estimulante, completo y precioso, y lo recomiendo siempre con ganas de que se disfrute lo máximo posible.
Germán (Salto): «Oar», Alexander «Skip» Spence.
Un disco que he recuperado estos días es el Oar , de Alexander «Skip» Spence. Tras haber estado internado en un hospital por haber perseguido con un objeto cortante en pleno brote a dos compañeros de su banda, Moby Grape, en 1968, se aisló en un estudio para grabar unas maquetas. El productor, al escucharlo, se quedó tan afectado por el dolor y la delirante agonía de esas grabaciones que decidió que tenía que ser la versión definitiva del álbum. En estas fechas tan catastróficas es conveniente tener un disco más alegre a mano para poner a continuación de este, que, sin embargo, recomiendo.
Álvaro Urquijo (Secretos): «Welcome Interstate managers», de Fountains of Wayne.
Yo no soy de los que escucha un único disco, me gustan canciones de todo tipo y de casi todos los estilos. En estos días, la muerte de seres queridos me tiene muy tocado. Es larga la lista de artistas que nos han dejado, pero en concreto la muerte de Adam Schlesinger, fundador de Fountains of Wayne, me pilló escuchando su Welcome Interstate Managers . Me parece un disco lleno de buenas canciones, fresco, variado y muy popero. Schlesinger era un compositor brillante de los que no hay muchos. Descubrí a Fountains of Wayne hace 6 años. Temas como «Hey Julie» o «Hackensack» (hicimos una versión en español) o hits como «Staicy’s Mom» o «Mexican Wine» hacen que sea muy completo y optimista.
Dulce Pontes: «The Mission», Ennio Morricone.
En momentos como estos una de mis fortalezas sería el Concierto nº1 para piano de Tchaikovsky. Siempre vuelvo a escuchar a mi adorada Elis Regina de la que destacaría su «Agnus Sei». Otro de mis referentes de infancia es «Dear Father» de Neil Diamond. Ennio Morricone, cómo no, entre todos. Quizás The Mission , porque esa es mi forma de estar en la música, que para mí es como una misión y no una profesión. Y también cosas nuevas, como Mario Frangulis, o como Juan Diego Flórez, cuyo timbre de voz me lleva hasta mi padre, sobre todo cuando le oigo cantar «La Flor de la Canela». Mercedes Sosa es otro puerto para mí y, cómo no, Amalia, pero es cierto que ella me produce melancolía y acabo llorando, así que prefiero escuchar sus canciones más alegres, en italiano.
Pablo Guerrero: «Harvest moon», Neil Young.
Entre mis discos olvidados, me encontré con Harvest Moon , de Young. Ya no puedo dejar de oírlo casi todos los días de mi encierro. Lo escucho a buen volumen. Ahora no molesta el sentir ruido de vida de los vecinos, que solo nos vemos en el aplauso de cada tarde. El disco, no voy a descubrir nada, me parece una pequeña joya. La voz de Young, las guitarras, los coros, la producción, las mezclas, todo acertado. Una maravilla. Me permito de paso un baño de nostalgia, una hora de paz ante esta realidad tan dura que estamos viviendo.
Pat Thomas: «Fragile», Yes.
La primera música que me impactó de joven fue la Invasión Británica de los 60, pero al entrar en la adolescencia quise algo más expansivo desde lo sonoro como el Prog Rock. A los 20, me cambié al indie-rock y a los cantantes/compositores. Desde que este virus apareció, me veo en la necesidad de salir de los confines de lo que se siente un día en una sola dimensión, con música «tridimensional» que permita a mi mente vagar. Así que este tipo de discos están saliendo de la estantería, se sienten libres, como el álbum Fragile , de Yes.
