MÚSICA

Omara Portuondo: «Antes de la Revolución de Castro, EE.UU. ya tenía el monopolio de la música»

La gran diva de la música cubana inició su última gran gira mundial en abril, que llega al Cartagena Jazz Festival antes de recibir el Grammy Latino honorífico en Las Vegas

Omara Portuondo, a punto de cumplir 89 años, empezó su carrera antes del triunfo de la Revolución en el Tropicana Johann Sauty
Israel Viana

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Antes de comenzar, Omara Portuondo (La Habana, 1930) se disculpa por no disponer del tiempo necesario como para responder a las preguntas de ABC Cultural con total tranquilidad: "Tenemos el tiempo justo en las oficinas de La Habana. Están abiertas únicamente hasta las 12 horas del mediodía por los problemas de combustible que está causando el bloqueo de Estados Unidos ".

A punto de cumplir 89 años, no es la primera vez que Omara mira al horizonte de Cuba con angustia. Ni la primera que ve el transporte público de la capital parado por la falta de diésel. Ni los nervios en las calles, con las colas de seis horas para comprar alimentos y las fábricas paradas. La cantante ya sufrió el Periodo Especial de 1991 , con apagones de 14 horas diarias, justo el año en que publicó su célebre Soy cubana.

Tampoco es esta la primera dictadura que vive, sino la cuarta. Nació en 1930 con la del general Gerardo Machado , admirador de Mussolini, y sufrió de joven el racismo en su propia familia. "Mi abuelo era un terrateniente español al que nunca conocí, porque a mi madre la mandaron a México para que no se casara con mi padre, que era negro. Al regresar a Cuba, se casó igualmente y la desheredó. Mi madre iba a su casa a escondidas para que mi abuela le sacara comida para mí y mis hermanos. Luego mi padre se convirtió en jugador de béisbol profesional y ya no tuvo que volver", cuenta antes de inaugurar el Cartagena Jazz Festival (1 de noviembre) y recibir el 13 el Grammy Latino honorífico , con Joan Báez, en Las Vegas.

¿Y jamás recuperó el contacto con su familia española?

Años después, cuando yo tenía 19 años, mi madre se puso grave por un cáncer. Poco antes de fallecer en 1949, mi abuelo fue a verla al hospital. Allí le vi por primera y única vez.

Cartel del Cartagena Jazz Festival de 2019, dedicado a Omara Portuondo v

Omara creció, pues, sin dinero, pero feliz. Se sentaba con su padre a escuchar la radio y a cantar habaneras como « 20 años » que aún interpreta. Ahí descubrió su vocación y comenzó sus estudios de cante y baile. A los 15 ya actuaba en Tropicana y formaba parte del histórico Cuarteto D’Aida con su hermana Haydée. Eran los años previos a la Revolución de Castro, cuando La Habana se encontraba en plena ebullición. El año que Castro y el Che Guevara llegaron al poder, en 1959, publicó su debut, « Magia negra », donde combinó la música cubana y el jazz, con versiones de Duke Ellington. Treinta discos más y colaboraciones que incluyen a Julio Iglesias y Alejandro Sanz la convirtieron en un mito en Cuba.

Una posición a la que fue catapultada, también, por el productor Ry Cooder y el director de cine Wim Wenders cuando la llamaron para protagonizar el disco y el documental de « Buena Vista Social Club ». En total, tres premios Grammy, una nominación al Oscar y más de 12 millones de copias vendidas, en un éxito sin precedentes que la llevó hasta la Casa Blanca.

¿Cómo se sintió al recibir esa invitación en 2015?

Nunca en mi vida me había imaginado que iría a la Casa Blanca. La veía en el cine y, de repente, aparezco allí como invitada de Obama, que me pareció muy inteligente y agradable al hablar con él... pero he conocido a muchos presidentes.

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También conoció a muchas de las grandes figuras más grandes de la historia del jazz y de la música latinomericana en el Tropicana.

Sí. Y a grandes artistas como Violeta Parra y Mercedes Sosa. También a Chico Buarque, Maria Bethânia y Caetano Veloso, entre otros cantantes de Brasil. En 1979 también participé con la Orquesta Aragón en el concierto del teatro Karl Marx, en La Habana, con estrellas de EE.UU. Uno de los primeros intercambios que hubo, que juntó a gente como Harry Belafonte, Billy Joel y Kris Kristofferson con Irakere, Pablo Milanés, Sara González o Elena Burke.

Si no me equivo, también conoció usted a Nat King Cole, ¿verdad?

Sí. Antes de la Revolución fueron al Tropicana muchas estrellas estadounidenses, como él. Yo tocaba en el Cuarteto D’Aida y cantaba antes que él. Era un caballero, una persona muy buena. También conocí mucho a su hija, Natalie Cole, cuya pérdida en 2015 sentí mucho. Tengo una sorpresa relacionada con ella para el año próximo…

¿Nunca pensó dejar Cuba, como hicieron Bebo Valdés, Arturo Sandoval o su propia hermana Haydée?

Jamás. Cuba es mi pueblo y me tratan con cariño, aunque siento que muchos cubanos se han olvidado de mí en los últimos cinco años. También muchas instituciones y artistas con los que colaboré... y no estoy jubilada. No sé qué pasa.

¿A qué se refiere?

En los últimos años he estado tres veces en la Embajada de España en Cuba para pedir la ciudadanía española. Quería residir con mi familia allí, pero nunca nos la dieron. No les valió que yo haya trabajado en España y Europa muchas veces y que tenga todos los documentos que lo acreditan. España no confió en mí y tengo que pedir un visado cada tres años. A ver la próxima vez. Estoy en mi última carrera… como digo yo, subiendo la cuesta.

La crisis de los misiles de 1962 le pilló de gira en Miami. ¿El bloqueo posterior afectó también a la música cubana?

Sufrimos mucho aquella crisis y la escasez de productos básicos. Fueron años difíciles, con Estados Unidos presionando a Cuba. La música también sufrió. Cuando triunfó la Revolución, ellos ya tenían el monopolio del entretenimiento y son los mayores productores de música. Ahora también dominan la música latina y seguimos sufriendo. Además nos quitaron las visas. Mi nieta, que viaja por el mundo desde pequeña cantando y tocando la percusión, no pudo venirse a la gira americana conmigo porque no se la concedieron. ¿Qué tiene que ver ella con la política?

A punto de cumplir los 89 años, usted no para de viajar y dar conciertos. ¿Qué planes tiene para el futuro?

Es cierto. Y sí que hay planes. Tengo varias cosas cerradas para 2020, pero no las digo todas porque siempre aparece alguien que quiere joderlas. Espero terminar el álbum que estoy grabando con Roberto Fonseca. Y tengo dos propuestas para hacer otros dos y un proyecto con la coreógrafa Lizt Alfonso. ¡Y ya no desvelo más!

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