CINCO MINUTOS DE GLORIA
La nueva normalidad: el lenguaje como arma de doble filo
Lo de la «nueva normalidad» acuñado por los políticos es un oxímoron como la copa de un pino
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl otro día, entre tostada y tostada del desayuno, me desperté con la siguiente reflexión a modo de bofetada: «Lo de la nueva normalidad es un oxímoron como la copa de un pino» . Y cuánta razón tiene esta sentencia mañanera que no sale de boca de ningún tertuliano radiofónico y rezuma tanta cafeína sin edulcorar que coloca, por primera vez en muchos días y de un simple plumazo verbal, los puntos sobre las íes. La deducción de la sentencia queda resumida en el siguiente planteamiento: la normalidad no puede ser considerada como algo nuevo , porque algo que es nuevo no ha alcanzado todavía el estatus de normalidad, aún le queda por atravesar el largo y tortuoso camino de la rutina. No crean que se trata de un galimatías o de un trabalenguas, sino de pura lógica y a buen entendedor...
No se dejen llevar a engaño. Una vez más, nuestros políticos y voceros de turno de oficio nos zarandean las meninges con un desconocimiento entre frívolo y supino del lenguaje o, directamente, con la tergiversación a su antojo del mismo. Me pregunto si saben en qué consiste esto del oxímoron o les suena igual que xilofón. Quién sabe. Pongamos esos puntos sobre las íes: la normalidad no ha llegado ni se la espera en los próximos meses.
Lo que vivimos desde hace siete semanas y media -y lo que nos queda- no puede ser calificado así, a no ser que ellos mismos se crean -y quieran hacernos creer- que las medidas excepcionales que ha traído la pandemia se puedan eternizar . Dejémoslo en que todo esto que estamos viviendo y soportando en nuestras propias carnes -ataques de ansiedad incluidos, y estos sí que normalizados en nuestro discurrir cotidiano- se resume en el adjetivo «nuevo». Todo lo que nos sucede desde que supimos del confinamiento resulta nuevo para nosotros: no salir a la calle, teletrabajar, ir enmascarados… Y no queremos, ni por asomo, que se convierta en normal.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión