CINCO MINUTOS DE GLORIA

Mujeres, la leyenda negra

De Cleopatra a Virginia Woolf, damas frente a la Historia

Elizabeth Taylor y Richard Burton como Cleopatra y Marco Antonio

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Virginia Woolf escribió Una habitación propia , una de sus obras más reivindicadas, pensando en las mujeres de su época -y podríamos extender la coda muchos años más adelante- que no podían pisar un claustro académico dominado por hombres ; tampoco tenían independencia económica, ni podían heredar propiedades… Nada eran sin la sombra de un varón a su lado. De hecho, ella expuso el grueso de este ensayo en un college solo para damas porque encumbrarse en un aula de la vecina Universidad de Cambridge le estaba vedado.

Hace unos días, en el curso de las Conversaciones literarias de Formentor, asistí a la representación de la versión teatral del texto interpretado por Clara Sanchís . La pieza cerraba unos encuentros que habían girado en torno al título de Vírgenes, diosas y hechiceras . Ya se sabe que estas tres etiquetas se les suele colgar a las féminas según convenga, para lo bueno y lo malo. Por allí desfilaron las sombras de Susan Sontag, Colette, Marguerite Duras, Jane Austen… Y Cleopatra , a quien quería yo llegar.

Virginia Woolf expuso su ensayo en un «college» solo para damas. Cambridge le estaba vedado

La reina egipcia habló por boca de Anna Caballé quien se amparó en la biografía que sobre ella escribió Lucy Hughes-Hallet (editada por Fórcola) cuya tesis corrobora que leyendas negras ha habido muchas a lo largo de la Historia, y no solo una. La leyenda negra de Cleopatra la acompaña cual estigma lo mismo a que otras damas de porte poderoso a las que se les presupone que su valía máxima consiste en seducir como nadie. Que sus virtudes no pasan por la sabiduría, el sentido común y el rigor o el dominio del arte de la guerra (tan masculina) y otras ilustres artes sino porque los hombres sucumben ante sus encantos físicos. Ahí tienen al pobre Marco Antonio . Lucy Hughes-Hallet hace añicos ese busto cincelado entre tópicos de belleza. Cleopatra era más bien fea y además inteligente. Diremos que hace una eternidad de todo esto y que los tiempos han cambiado. No tanto. Conviene revisar la leyenda negra de las mujeres.

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