ARTE

Ignasi Aballí, un representante «correcto» de España para una Bienal de Venecia de arte atrasada a 2022

Su propuesta, «Corrección», una nueva apuesta por el arte conceptual, coincidirá con la celebración del centenario del pabellón español en la cita veneciana

Aballí en su última entrada en la galería Elba Benitez ABC

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No hay mal que por bien no venga: El retraso, consecuencia del coronavirus, a 2022 de la próxima Bienal de Venecia permitirá por vez primera al representante del pabellón español trabajar en su proyecto con holgura, con el tiempo suficiente para ofrecer una propuesta, en teoría, sin fisuras. Hoy mismo se ha hecho público su nombre: será el catalán Ignasi Aballí (Barcelona, 1958), con el proyecto «Corrección», comisariado por Beatriz Espejo , aportación patria a la 59ª edición de la cita veneciana que, dirigida por Cecilia Alemani, y tras mover sus fechas, tendrá lugar d el 23 de abril al 27 de noviembre de 2022 , lo que, de manera extraordinaria coincidirá con el centenario del Pabellón Español de la Bienal de Venecia.

Un jurado que lanza invitaciones

La propuesta de Aballí ha sido seleccionada por un jurado compuesto por Katya García-Antón, directora de la Fundación Office of Contemporary Art Norway, Javier Hontoria , director –todavía– del Museo Patio Herreriano, Peio Aguirre , crítico de arte, editor (y último comisario español en Venecia), Beatriz Herráez , Directora de Artium , además del director de Relaciones Culturales y Científicas del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación-AECID, Guzmán Palacios , y la Directora de Programación de Acción Cultural Española (AC/E), Isabel Izquierdo , promotores de la iniciativa.

«Corrección», nombre del proyecto, es una intervención que «pone el acento en la idea de lo erróneo, lo escondido, lo impensable y lo inimaginable».

En una primera reunión llevada a cabo en enero, el jurado –que no optó una vez más por el concurso público, algo tan demandado siempre en el sector y que se repite como un mantra cada vez que hay una injerencia en el mismo– decidió invitar a seis comisarios y artistas a presentar un proyecto para el Pabellón, que llegó a reunir cinco propuestas.

En el último encuentro celebrado el pasado martes , 27 de octubre, y tras entrevistar a los finalistas, la votación final concluyó que el autor seleccionado fuera Ignasi Aballí.

En un comunicado lanzado hoy, sus miembros reconocen «la alta calidad de las cinco propuestas presentadas». Respecto a la ganadora, con la que sorpresivamente se apuesta por una comisaria joven y de corto recorrido , que por el momento no ve incompatibilidades entre su labor actual como crítica y este encargo, «se ha considerado su carácter específico y su rigor metodológico y conceptual» en una intervención que «pone el acento en la idea de lo erróneo, lo escondido, lo impensable y lo inimaginable ».

Montaje de la última propuesta de Ignasi Aballí en la Fundación Miró en 2015 EFE

Así, Corrección , de Aballí, y siempre según sus artífices, se plantea como «una intervención que trastoca la memoria en términos espaciales y que modifica el espacio de exposición, su ubicación en la Bienal y su relación con la ciudad de Venecia». El jurado, según su texto, «ha valorado la sólida y larga trayectoria de Ignasi Aballí en el arte español y también en la escena internacional, así como la labor a desarrollar por la comisaria, Beatriz Espejo, gran conocedora del trabajo del artista ».

Currículum solvente

Aballí, uno de los más interesantes creadores conceptuales y «manipuladores» del lenguaje en España, habitual de las galerías Elba Benítez (donde celebró su reciente trigésimo aniversario) y Estrany de la Mota , ha realizado grandes exposiciones individuales en espacios como el Museo Reina Sofía ( Sin principio/sin final, 2015 ), la Fundación Joan Miró ( Secuencia infinita , resultado de alzarse con el premio internacional que otorga esta institución), Artium ( This in not the end , 2012) o el MACBA ( 0-24 horas , 2005). La cita de Venecia no le es nueva, ya que ya fue seleccionado para ella en la edición 52 de 2007, al igual que ha participado en otras grandes citas extranjeras como la Bienal de Sharjah 8 (2007), la XI de Sydney (1998) o la Cuenca (Ecuador, 2016), donde obtuvo una mención de honor.

Para la selección se vuelve a optar por la invitación, y no por el concurso público, algo tan demandado siempre en el sector y que se repite como un mantra cada vez que hay una injerencia en el mismo

La resolución se anuncia con retraso (teniendo en cuenta que la edición de la bienal iba a tener lugar en la primavera de 2021, el nombre debería haberse conocido hace tiempo), pero sí por primera vez con más de un año y medio de antelación con respecto a la inauguración, lo que amplia el margen temporal para la producción del proyecto. Dicha producción ( cuyo coste no se ha hecho público , pese a la necesaria transparencia) será asumida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Unión Europea y la Cooperación-AECID y Acción Cultural Española (AC/E).

España vuelve a apostar por el arte conceptual, algo que no nos ha dado buenos resultados en Venecia, defendido en una de sus últimas entregas por Dora García , junto a Katya García-Antón ( Lo inadecuado , 2011). También por un único artista, como hizo Manuel Segade con Jordi Colomer, tras las lecturas políedricas de Dalí de Marti Manen o la dececionante y fallida aportación del comisario anterior, Peio Aguirre , que seleccionó a Itziar Okariz y Sergio Prego en 2019. Esperemos que, con la (in)«corrección» (seguro que política) que propone Aballí obtengamos mejores resultados, y ese León de Oro que se nos resiste, en un año, además especial para nuestro pabellón, que estará de aniversario.

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