ABC EN ARCO'22
Germán Gómez: así que pasen 30 años
El fotógrafo es el autor de la obra de la portada del número especial de ABC Cultural que celebrará las tres décadas de nuestra revista, que podrá verse junto a otras piezas en nuestro estand en ARCO
Germán Gómez (Gijón, 1972) vuelve a verter café en su taza y continúa la conversación: «Es algo que necesito antes de fotografiar a un modelo, sobre todo si no lo conozco: pasar tiempo con él como ahora contigo. Se lo digo claramente: tenemos que comer unos días, tomarnos algo. Y lo cumplen a rajatabla. Suelen ser muy respetuosos: “Si el artista dice que tiene que ser así, es que hay que hacerlo así –explica entre risas– . Sin embargo, con vosotros no hubo tiempo de nada. Un ratito con cada uno. Y con el asunto del virus, ni ofreceros café. Habría sido maravilloso».
Ese 'vosotros' que somos 'nosotros'
Ese «vosotros» se refiere a «nosotros»: treinta de las personas que hoy, treinta años después, visibilizan a las muchísimas más que en tres décadas funcionan y han funcionado como una única cabeza en la elaboración de ABC Cultural en su compromiso con la cultura semana tras semana, mil quinientos números mediante : críticos como César Antonio Molina , Fernando Castro Flórez, Luis Alberto de Cuenca, Andrés Ibáñez o Mercedes Monmany ; columnistas y escritores como Edu Galán, Marina Sanmartín o Inés Martín Rodrigo ; responsables como Laura Revuelta o Jesús García Calero; fotógrafos, diseñadores, redactores... Con fragmentos de sus rostros, uno por persona, ha compuesto este fotógrafo otro nuevo que será portada del numero con el que nuestra revista, en pocas semanas, conmemorará la efemérides.
A lo largo de su trayectoria, Gómez se ha servido de la fotografía como herramienta desde la que generar su propio retrato desde el retrato de otros : «He buscado a otras personas para contar distintos capítulos de mi vida. La fotografía es mi medio de expresión. Es mi manera de escribir. Si supiera hacerlo, posiblemente sería guionista. Pero no: soy fotógrafo, soy un comunicador. Tal vez un comunicador para mí mismo . Comunico lo que siento y la única forma que sé para hacerlo es plásticamente. ¡Ojalá fuese escribiendo –bromea–: me saldría más barato y el resultado ocuparía menos espacio! ».
Pese a esa necesaria vinculación entre artista-modelo, Gómez no le ha temido nunca al encargo («de hecho, lo disfruto»). El de ABC Cultural lo entiende como uno «institucional», que además se adaptaba bien a la manera en la que en la actualidad manipula la foto, cuyo resultado es algo más escultórico que asociado al dibujo, como hasta hace poco. Durante tres días fueron sucediéndose por su estudio en el centro de Madrid, muy cerca de la Gran Vía, los convocados, que se enfrentaban a la cámara en tres tomas : de frente y ofreciendo sendos perfiles. A partir de ahí, con treinta positivados sobre la mesa, se tenía que obrar la magia.
Esa línea vertical
«¡La de vueltas que le di! Eran treinta rostros, de hombres y mujeres. Los combinaba y no funcionaban. Pensé en superponerlos, pero no encajaban. Sin embargo, me daba cuenta de que los masculinos, por su lado, empastaban muy bien, y los femeninos, por el suyo, también. Así fue como llegué a la conclusión de que había que diseñar un rostro que fuera mitad masculino y mitad femenino , atravesado por una línea vertical. Y todas esas partes conformaban un único retrato». Componerlo, luego, fueron otras tantas horas: sacar la guillotina para cortar cuadrículas perfectas pero nunca del mismo tamaño; probar, encajar y pegar. Reposar y volver. Dar con la solución.
– Pero resolvió rápido.
–Es que no paré. Dormía y seguía dándole vueltas. Hice diez copias de cada persona. Y cortarlas era un trabajo de chinos. Fíjate, tengo obras actuales con más de diez mil teselas o piezas. Aquí el reto no era tanto el número de fragmentos, 30 en total , como el número de fotos que había que manipular para dar con el resultado».
Y ese resultado, una efigie en la que nadie es reconocible pero se reconoce perfectamente a un sujeto plural y poliédrico, como lo es nuestra publicación, se mostrará en el estand de ABC Cultural en ARCOmadrid , junto a nutrido número de obras inéditas y recientes de su autor. «La serie en su conjunto se titula ‘Rostros’ , y son retratos de personas muy cercanas a mí, gente a la que admiro y que quiero muchísimo, que llevan toda mi vida a mi lado. Ya no se trata tanto de llevar a cabo una búsqueda de mi identidad en los demás, sino de homenajear a aquellos que admiro por como son ».
Conocidos y desconocidos
Por eso también hay mujeres en este conjunto (por primera vez en su labor), como Marta Buján , con la que compartió trabajo como guía turístico cuando había que ganarse unas perrillas para poder empezar a producir obra: «Ella ahora, también consiguió su objetivo: ser profesional de eso mismo en la ONU», señala con orgullo. Gente anónima, junto a sujetos que puede que sí que reconozca el espectador, como los diseñadores Juan Vidal o Lorenzo Caprile , cuyo estudio era vecino al espacio de su antigua galería en Madrid; o el bailarín de la Compañía Nacional de Danza Álvaro Madrigal , en un impresionante collage de más de tres metros de altura, pieza central del estand.
Obras, todas ellas tratadas con la técnica que hoy define a su autor, y que nace curiosamente en EE.UU. , cuando, en ausencia de conocidos, el fotógrafo dirige la mirada hacia las arquitecturas de la ciudad de Filadelfia donde residió un año («a mi galería allí le salía más a cuenta mantenerme trabajando un año que pagar las tasas de importar las obras», cuenta como anécdota); y donde, a falta de los materiales habituales («para cualquier cosa había que ir a Nueva York, donde estaban los laboratorios fotográficos profesionales») el artista se ve obligado a incluir otros soportes como el papel japonés.
En el nuevo panteón de ‘sujetos ilustres’ que está componiendo Gómez cada tesela es un nuevo golpe de cincel sobre una fotografía que se vuelve tridimensional: «Los resultados son diferentes a los de series anteriores porque las piezas ahora son uniformes, muy cuadriculadas. La apariencia final de esas teselas es similar a un mosaico. En ‘Compuestos’ el resultado era una fractura de la fotografía que dejaba a la vista el rasgado del papel. Digamos que aquello era más dibujístico y esto más constructivo, más arquitectónico, más escultórico. Y al modelar también el soporte, los movimientos resultantes son diferentes, las sombras son diferentes, lo son los efectos en la cara. Hay una poesía distinta en un jirón que en el corte perfecto de una guillotina».
Punto de inflexión, pues, en la labor de un fotógrafo que jamás se ha autorretratado, cuyos referentes están en los grandes del arte (Velázquez, Goya, Giacometti, Durero...), y que por eso pasa varias horas a la semana recorriendo las salas del Museo del Prado , y que afirma categórico que seguirá con ‘Rostros’ hasta el final de sus días.
–¿No es muy joven para el reto que se ha puesto?
–Tengo 49 años. Pero recuerda que hace ocho tuve un accidente y casi muero. Uno no sabe nunca lo que va a durar esto...
Un accidente tonto pero que le tuvo dos meses en coma y que, al despertar, le dificultó movilidad y habla durante ocho más. Eso sí. No le quitó las ganas de trabajar. Y a todos y cada uno de los que vinieron a visitarle al hospital les compuso un retrato. Eso dice mucho del ingrediente final de las fotografías de Gómez.
Continuar vivos. Y mientras así sea, sigamos disfrutando de su labor. La próxima parada, el espacio de ABC / ABC Cultural en ARCO.
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