LIBROS

Gabrielle Suchon, una filósofa feminista del siglo XVII

La Francia del XVII dejó personajes fascinantes y desconocidos como esta autora de un tratado sobre igualdad

Gabrielle Suchon, en un grabado de la época
Luis Alberto de Cuenca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

A veces la vida te regala la posibilidad de descubrir nuevos nombres de la literatura y el pensamiento que desconocías por completo. Y ese regalo, cuando has entrado ya desde hace tiempo en la fase de las relecturas, se agradece en lo que vale, pues alimenta tu curiosidad, te obliga a navegar por aguas desconocidas -con lo que tiene de aventura- y te proporciona jugosos temas de conversación con amigos, proclives como tú a ejercicios mentales de ese jaez. Con Gabrielle Suchon (1632-1703) me ha ocurrido exactamente eso. Su nombre ni siquiera me sonaba. Era para mí una perfecta desconocida .

Pero desde que el azar, disfrazado de María Luisa Guerrero , profesora de Literatura Francesa en la Complutense, puso en mis manos el libro de título interminable que estoy comentando, Gabrielle ha pasado de nombre ignoto a amiga íntima , pues la conversación lectora que a través de los siglos he mantenido con ella así lo ha propiciado.

Se sabe de buena tinta que escribió sin ningún tipo de intromisión masculina

El Tratado sobre la debilidad, la ligereza y la inconstancia que sin fundamento se atribuye a las mujeres de Gabrielle Suchon, que ha traducido Guerrero al castellano por primera vez y enriquecido con un sabroso y erudito estudio introductorio de medio centenar de páginas, es una especie de colofón de una obra mucho más amplia, un Traité de la Morale et de la Politique que publicó nuestra autora en Lyon en 1693. Acostumbrados a contemplar la Francia de Luis XIV a través de las imágenes -muy hermosas, por cierto- que nos ofrece la reciente serie de televisión Versalles , enriquece no poco nuestra percepción de la época el hecho de que, al mismo tiempo que las Mesdames de turno desplegaban en la Corte todo su potencial de seducción para acceder al favor regio, había otras mujeres como Gabrielle Suchon que encadenaban cientos y cientos de horas de reflexión y de trabajo intelectual para producir obras como el Traité citado, cifra, símbolo y muestra fehaciente de lo que una mujer culta era capaz de perpetrar entonces en el terreno de la filosofía.

Al cabo, las femmes savantes de Molière existieron de verdad en tiempos del Rey Sol, pero sin la caracterización burlesca con que aparecen en la pieza del comediógrafo.

Reclusión y clásicos

Se sabe de buena tinta que Gabrielle Suchon escribió sus obras sin ningún tipo de ayuda o intromisión masculina y sin ningún consejero intelectual procedente del otro sexo, lo cual ya dice mucho de ella, inserta en una sociedad en la que era muy difícil para una mujer mantenerse fuera del marco del machismo dominante. Gabrielle situó su pesquisa conceptual en la estela de obras como Égalité des hommes et de femmes (1622), de Marie de Gournay, editora de Montaigne, su padre adoptivo, y heredera del espíritu de los Essais . Junto a De l’égalité des deux sexes (1673), de François Poullain de la Barre, fueron las dos obras que influyeron más en la filosofía feminista de Suchon, que para no perder autonomía y libertad decidió permanecer soltera de por vida, como explica en su opúsculo de senectud Du célibat volontaire (1700).

Téngase en cuenta que nuestra autora pasó más de veinte años de su vida, entre 1645 y 1666, en un convento de monjas dominicas de Semur-en-Auxois, en Borgoña, donde había nacido. El training en soledad que le supuso esa reclusión, motivada por el fallecimiento de su padre, facilitó su inmersión en la sabiduría de los clásicos grecolatinos , que eran para ella como de la familia, y en los estudios bíblicos, en los que fue una auténtica especialista.

Pero todo lo que hizo en la vida tuvo un leitmotiv : propiciar con todo tipo de argumentos la igualdad entre hombres y mujeres y derribar los viejos tópicos de la literatura misógina . Entre ellos, el que postula que las mujeres son, por naturaleza, más débiles, ligeras e inconstantes que los hombres. Después de leer el Tratado ... presente no nos queda la menor duda acerca de la radical estupidez de semejante tópico.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación