MÚSICA

Una forma de tristeza que revolucionó el jazz

«Kind of Blue» fue la cumbre del sexteto de jazz más grande de la Historia. En la muerte de su baterista, Jimmy Cobb, recordamos este disco legendario

Miles Davis (trompeta), John Coltrane (saxo tenor), Cannonball Adderley (saxo alto), Bill Evans (piano), Paul Chambers (contrabajo) y Jimmy Cobb (batería) estuvieron juntos durante siete meses
Andrés Ibáñez

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El sexteto, que ha sido muchas veces descrito como el grupo más grande de la historia del jazz, se formó en el mes de mayo de 1958. Estaba constituido por Miles Davis (trompeta), John Coltrane (saxo tenor), Cannonball Adderley (saxo alto), Bill Evans (piano), Paul Chambers (contrabajo) y Jimmy Cobb (batería). Estuvieron juntos durante siete meses, y luego se reunieron a principios de 1959 para grabar el disco Kind of Blue . Luego Evans y Miles se separaron y no volvieron a tocar juntos nunca más. El libro de Ashley Kahn , Miles Davis y Kind of Blue (Alba), cuenta con todo detalle e innumerables fotos la génesis y la grabación del disco de jazz más famoso de la historia. Cualquiera interesado en el tema lo disfrutará.

Kind of Blue fue el final del grupo y su único disco oficial, pero podemos oír al grupo en otras grabaciones anteriores. Es la preparación, el advenimiento de un milagro, en el que intervinieron a partes iguales el talento y el azar, la inspiración y esos pequeños accidentes que parecen conspirar siempre con el talento y la inspiración. Red Garland , el pianista del grupo, tenía serios problemas de drogas y llegaba siempre tarde a los clubes. Miles le sustituyó por Bill Evans, que era entonces un pianista muy joven pero que ya había dado muestras de un inmenso talento en varios discos a trío y en aventuras tan exuberantes como The Jazz Workshop de George Russell del año anterior, por ejemplo en su solo espectacular de «Concerto for Billy the Kid» (donde «Billy el niño» era, claro está, el propio Bill Evans).

Uno de los nuestros

No todos estaban felices con esta elección. Primero, porque Bill Evans era blanco; segundo, porque no poseía el swing y el ataque seco y agresivo de Garland o de otros pianistas de la época, como Wynton Kelly. A Cannonball, por ejemplo, no le gustaba al principio, y sentía que los acariciantes acordes de Bill Evans eran demasiado soñadores. Originales, sí, pero de poca ayuda para el solista. Para suavizar tensiones, Miles (o quizá para acentuarlas, nunca fue Miles famoso por su buen temperamento ni por intentar ser amable ni diplomático) solía llamar a Bill Evans «el blanquito» . Cuando tocaban en los clubes , muchos miembros negros de la audiencia les preguntaban por qué tocaban con un blanco. El grupo siempre cerraba filas: «Miles le ha elegido, es uno de los nuestros».

La carrera de Miles Davis está llena de jalones, de puntos de partida, de revoluciones. Con esta obra abrió el jazz a nuevos mundos de expresión

Lo cierto es que Bill Evans era el centro secreto del grupo. Miles escribió más tarde que «había planificado este álbum alrededor del piano de Bill Evans». Buscaba en el arte de Bill Evans un refinamiento, una sutileza, un uso del silencio, que eran quizá lo que ponía tan nervioso a un músico tan extrovertido y poco intelectual como Cannonball Adderley. Bill Evans ha contado cómo a veces Miles le llamaba por teléfono en medio de la noche y le pedía que tocara un poco para él con el auricular descolgado. Miles estaba enamorado del estilo de Bill Evans . Quería extraer todos sus secretos, los ingredientes de una forma nueva de improvisar en el jazz. No es que Miles buscara nada «blanco». Más bien lo contrario: quería encontrar las raíces africanas y «orientales» del jazz modal . Pero encontraba el jazz modal en Bill Evans. Este tipo de contradicciones son consustanciales al jazz, y una de sus grandes riquezas.

Sin embargo, en el disco Kind of Blue , Bill Evans parece extrañamente retraído, como asustado. Un blanquito intimidado con pinta de estudiante universitario (los pantalones anchos, el pelo cortado a cepillo, las gafas), tocando en un grupo de fabulosos músicos negros . Su presencia está por todas partes, pero no logra hacer ningún solo digno de ese nombre. El único solo de piano del disco es el de Wynton Kelly en «Freddie Freeloader», magnífico pero fuertemente anclado en la tradición del blues y el bop .

Músicos monstruosos

No hay un después de Kind of Blue , pero sí un antes. El grupo se reunió en el estudio para grabar unos cuantos temas («Fran-Dance», «On Green Dolphin Street», «Stella by Starlight» y «Love for Sale»). Son todos obras maestras de la música, en especial «Stella...», con un solo de Coltrane que bastaría por sí solo para justificar la existencia de los seres humanos sobre la tierra . Más tarde se reunieron en el Hotel Plaza, en un concierto que también está grabado. Hay que escuchar estos testimonios para entender lo que es el jazz. En «Oleo», por ejemplo, Cannonball sopla uno de los solos más grandes de la historia. Al mismo tiempo, vemos que también músicos monstruos de este calibre pueden andar perdidos, quedarse sin nada que decir en mitad de un coro o no saber cómo retomar el tema. «Oleo» es uno de los grandes testimonios de lo que significa improvisar y tocar en grupo en el jazz. En cuanto a «Love for Sale», es una obra maestra absoluta , y contiene el mejor solo que Bill Evans ejecutara para el grupo, mejor incluso que el asombroso solo de Coltrane, que es aún mejor que el fascinante solo de Cannonball. Pero todas estas piezas son «standards», temas escritos por otros o bien canciones tomadas de películas o de musicales. Miles iba en busca de otra cosa: un disco de temas originales y también una nueva forma de improvisar: el famoso «jazz modal».

Jimmy Cobb

La carrera de Miles está llena de jalones , de puntos de partida, de cambios, de revoluciones. Con su primer disco, Birth of the Cool , creó de un plumazo el estilo cool y el jazz, mayoritariamente blanco, de la costa oeste. Con Milestones ya parecía haber ido más allá del estilo armónico del bop . Con Round About Midnight había llevado el arte de la balada a una nueva profundidad oscura y metafísica. Con Kind of Blue abandonaría definitivamente la armonía funcional que había dominado el jazz hasta entonces y abriría el jazz a nuevos mundos de expresión.

Miles es melancolía. Coltrane es romántico. Jimmy Cobb, el último que quedaba vivo, es una maravilla de «swing» elegante y preciso

Mucho se ha discutido quién es el autor de las composiciones del disco. Miles aseguró siempre que él había sido el único compositor, luego que había colaborado con Bill Evans en algunos temas. Es evidente que «Blue in Green» es un tema de Bill Evans: tiene la esencia de su estilo armónico. También «Flamenco Sketches» es puro Bill Evans. El tema surge de una pieza que había grabado el pianista unos años antes, «Peace Piece» , un vamp de dos acordes, que aquí se amplia a unos cuantos más, para los cuales Evans escribió las escalas (los «modos») en que debía improvisarse: Do, La bemol, Si bemol, Re dominante, Sol menor. El carácter «flamenco» viene de la parte en Re dominante, que alterna con Mi bemol dominante, y sobre la cual Bill Evans escribió una escala flamenca con una segunda aumentada. Otra originalidad de esta pieza es que no tiene un número definido de compases: el solista improvisa sobre cada escala el tiempo que desea , e indica sutilmente cuándo desea pasar a la siguiente.

Variedad de estilos

Una de las razones del inmenso atractivo de Kind of Blue , un título que podríamos traducir como «Un poco triste» , pero también, autorreflexivamente, «Un cierto tipo de blues» (dos de los cinco temas son blues), es la gran variedad de temperamentos y estilos de los integrantes del grupo. Miles es soledad, austeridad, distancia, melancolía. Coltrane es romántico, soñador, imaginativo, extravagante, señorial, poderoso, fascinante. Cannonball es caprichoso, bromista, pícaro, saltarían. Bill Evans, elegancia, contemplación, atmósfera. Es difícil comprender cómo pueden funcionar tan bien todos juntos. Paul Chambers es uno de los grandes contrabajistas de la historia del jazz. Jim Cobb, recientemente fallecido y el último miembro del grupo que quedaba vivo, una maravilla de swing elegante y preciso. Escuchen su golpe de chaston al final del tema en «Freddie Freeloader» o el sutil cambio de acentuación cuando entra Coltrane en «Love for Sale».

En cuanto al jazz modal... ¿Existe o no existe? En mi opinión es más un deseo que una realidad. Más un sueño de un jazz posible que un jazz posible. Esta es otra de las razones de que Bill Evans no logre improvisar en estas escalas, en estos «modos». ¿Qué puede hacerse en una simple escala sin cambios armónicos? Cannonball, por ejemplo, no se ciñe a los grados de la escala en «Sketches...» Quizá por eso, también, el disco es un milagro, algo que puede hacerse una vez y ya no se repetirá.

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