El estado cambiante

«Mudanza» completa el trío expositivo de Ángela de la Cruz (La Coruña, 1965) sobre el aspecto temporal de las cosas. Todo cambia. Todo muta. Eso significa estar vivos. La artista nos ayuda a revisar más allá de lo físico y lo aparente de las circunstancias, de los objetos o de las situaciones en la galería bilbaína Carreras Múgica.

La cita es la tercera de las exposiciones en las que la gallega centra su trabajo en el aspecto temporal de las cosas, y lo representa mediante objetos que parecen querer alejarse de lo que fueron en su origen. Mediante trampantojos plásticos, pasearemos por el espacio de la galería entre aparentes cajas de cartón dañadas por el movimiento (en realidad son de duro metal); o por lienzos que se escapan de su bastidor pasando a ser esculturas con volumen y consistencia.

Tras «Vacant», en Estocolmo, y «Traspaso», en Madrid, llegan estas nuevas obras. «Mudanza», primera individual de la artista en Bilbao, se convierte así en un recorrido que parece dotar de cierta vida o movimiento a cada una de las citas anteriores.

Con un pautado ritmo en el montaje y un espacio lo suficientemente amplio como para poder ir alterándolo con nuestro propio punto de vista, podemos recorrer, entre sillas recicladas y claras referencias a Robert Morris, esta entrega en torno al tránsito de las cosas. No olvidemos la formación filosófica de la artista: juega con que la inseguridad sea nuestra constante compañera durante toda la muestra. Quizá sea humor o –¿por qué no?– una magistral crítica con moraleja: las apariencias engañan.