Jorge Luis Borges uso todos sus recursos como escritor en sus traducciones
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LIBROS

El escritor fantasma, según Javier Calvo

Basándose en su dilatada experiencia como novelista y traductor, Javier Calvo defiende en su último ensayo la importancia de esta última profesión para la literatura y para la civilización

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Se dice, entre las diferentes definiciones que podemos encontrar del término «fantasma», que puede ser una visión quimérica como la que se da en los sueños o en las figuraciones de la imaginación; una imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos; o si la adjetivamos se califica como una persona envanecida y presuntuosa. También el fantasma puede calificarse como una amenaza de un riesgo inminente o temor de que sobrevenga.

En el caso que aquí expongo y titulo, no funciona como adjetivo hacia el escritor, sino como aquello que es inexistente y sobre todo pasa desapercibido para la inmensa mayoría que se acerca a las letras, y es la traducción literaria. Para el lector común la traducción, y por lo tanto, el traductor, además de ser escritor, pasa desapercibido.

Los lectores suelen centrar su atención en el autor y en su obra, y no en quién nos la acerca a nuestro idioma y por lo tanto la hace accesible a través de esa traducción de la obra que nos interesa leer. Pero hay otros lectores que van más allá, y en este caso sí que perciben y valoran la traducción, sobre todo, si han leído primero la obra en la lengua materna escrita por el autor.

La gran desconocida

En un mundo lleno de traducciones, sigue siendo el traductor una profesión invisible, la gran desconocida que, paradójicamente, está en todas partes: en el trabajo, en el cine, en internet, en la publicidad, en los medios, en la calle. La figura del traductor se debería dar más a conocer al gran público, ya que a este se le debe explicar qué hace que una traducción literaria, por ejemplo, llegue ante nosotros y además con una calidad. En la traducción literaria juega un papel importante el editor, que hace de nexo de unión entre escritor y traductor y es el que puede ensalzar la figura de la traducción dándole la importancia que se merece, no solo en la cubierta del libro, sino haciendo partícipe al traductor de la estructura cultural y editorial de la obra. Las buenas obras editadas y traducidas, en su mayoría, son una interpretación del texto original que el traductor dota de un sentido y una construcción narrativa acorde al idioma al que está siendo traducido.

En España tenemos grandes traductores y una gran tradición de la traducción. Los traductores suelen ser en su mayoría escritores, pero también hay algunos que se dedican exclusivamente a la traducción. Dentro de aquellos que son escritores está Javier Calvo (Barcelona, 1973), curtido y respetado traductor (lo ha sido de Ted Hughes, Ezra Pound, David Foster Wallace, Chuck Palahniuk, J.M. Coetzee, Donald Ray Pollock y un largo e impresionante etcétera) acaba de publicar un nuevo texto, esta vez es un ensayo brillante y reivindicativo sobre la traducción « El fantasma en el libro» (Seix Barral).

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