De una cita a otra y tiro porque me toca

Además de la feria de arte contemporáneo por excelencia -ARCO- y sus satélites consolidados - Just y Art Madrid-, hace ya unos años que la escena madrileña se llena de otras cuatro ferias para todos los gustos y bolsillos. Y a juzgar por la repetición, parece que vienen para quedarse . Eso sí, orbitando alrededor del planeta madre en febrero, porque el año pasado -respondiendo a la situación pandémica- la división en fechas diferentes no dio muy buen resultado.

La más veterana, Drawing Room, cambia de localización después de tres ediciones en el Palacio de Santa Bárbara y se traslada al Palacio de las Alhajas , un espacio mayor que espera cubrir sus necesidades de crecimiento; pasa de 13 a 18 galerías con estand físico. Dedicada al dibujo actual en todas sus formas , ha cuidado por encima del resto la calidad de sus expositores: no existe el rincón de galerías ‘kitsch’ de relleno para sacar a flote económicamente el evento. El proyecto se presenta por primera vez bajo la dirección artística de Alejandro Martínez , galerista e historiador del arte que lanza la propuesta especial de +Masters , en la que convivirán grandes artistas de la modernidad con actuales buscando el diálogo entre ellos.

Será interesante ver cómo resuelven la cuestión de los referentes desde una perspectiva de género. En este sentido, SAM (Salón de Arte Moderno) -ahora en la Fundación Carlos de Amberes - no saca buena nota. La feria líder en mercado de vanguardias a nivel europeo presume de joyas de grandes maestros. Hombres, claro. Es de esperar la escasa presencia femenina tratándose de principios de siglo, pero ¿de verdad no han logrado destacar ni a una sola mujer? De las 15 participantes, sólo la galería Montenegro cuenta con dos en su nómina: María Blanchard y la recientemente fallecida Carmen Laffón . Si quieren un viaje al pasado, esta es su feria.

En las antípodas temporales se ubica UVNT (antes Urvanity) dedicada a las tendencias actuales -dentro y fuera del cubo blanco- en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). La iniciativa se sale del recinto ferial incluyendo instalaciones en lugares emblemáticos del centro de la ciudad realizados en muros o bien en soporte digital a través de pantallas. Su director, Sergio Sancho , asegura que han evolucionado y quieren «explorar lenguajes más frescos e integrar otros códigos estéticos», quizá por ello encontramos algunas nuevas incorporaciones que llaman la atención -para bien- como Herrero de Tejada, Galería Llamazares o Granada Gallery (en la sección Young Galleries). Las dos primeras habían pasado antes por JustMad y la última participa al mismo tiempo en Drawing. Movimientos estratégicos en el tablero ferial para encontrar el modelo más ajustado a líneas estéticas e intereses comerciales. Desde luego, hay para elegir.

En el caso de Hybrid Art Fair , no se define por el estilo o el soporte del arte que presenta, sino por tratarse de iniciativas de carácter alternativo que apoyan artistas emergentes . Tras su última edición en el Hotel Riu Plaza España, vuelven a su localización habitual en el Petit Palace Santa Bárbara donde las galerías despliegan todo su ingenio para exponer obras en las camas, las mesitas de noche o dentro de los baños de las habitaciones del hotel. Se mantiene DISPLACED, un programa de intervenciones efímeras en los lugares de tránsito de la feria con autores independientes que este año cuenta con nombres interesantes, véase Esther Merinero, Elisa Celda, Clara Cebrián o Tito Pérez Mora . Como experiencia, es la más experimental y, aunque hay propuestas que rozan el mercadillo, posibilita el acceso a obras asequibles de creadores con potencial que pueden acabar convirtiéndose en un tesoro.