LIBROS

La ciencia como soporte narrativo

Las cinco historias de este libro exploran una tercera vía científica que no tiene que ver con la divulgación ni con el relato distópico

Jesús Méndez

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El científico y periodista Jesús Méndez , encargado de la edición y uno de los cinco firmantes de este volumen que va sobre ciencia pero que no es como la mayoría de las obras al uso, explica sus intenciones en el prólogo: «Pensé que hay muchos libros de ciencia ficción pero que en ellos el escenario es en general imaginario, futurista o distópico; que la ciencia -o lo que esta se encarga de estudiar- nos rodea o conforma pero no hay apenas literatura que la considere dentro de un paisaje habitual , como motor interno; que, al mismo tiempo, hay multitud de libros de divulgación científica pero en esencia son explicativos, instructivos, que escasean ejemplos que usen con convicción las armas y herramientas de la narrativa o la literatura». Es decir, Ciencia sin ficción (Debate) explora un caladero distinto de El problema de los tres cuerpos ( Liu Cixin ), de los ensayos de Yuval Noah Harari o de la vida secreta de las plantas, las aves o los pulpos.

Ciencia sin ficción. Varios autores. Edición de Jesús Méndez. Debate, 2019. 272 páginas. 18,90 euros

Esa tercera vía alumbra cinco textos de «literatura de no ficción» con la ciencia como leitmotiv, pero con argumentos muy diferentes. El bioquímico Pere Estupinyà conversa con Pedro Duque , hoy en la nave de la política, sobre su primer viaje espacial; el periodista Javier Salas escribe un alegato contra la irracionalidad de las pseudociencias; el poeta y astrofísico Sergio C. Fanjul describe un periplo desde los orígenes de la física cuántica hasta los ordenadores de última generación y posibilidades ilimitadas; la escritora Belén Gopegui plantea una conversación sobre la esencia del ser humano y la inteligencia artificial; y Jesús Méndez nos cuenta las implicaciones de la tecnología CRISPR , el germen de la revolución genética. Probablemente esta variedad -y el tono «periodístico» de los textos: los autores están familiarizados con géneros como la entrevista y el reportaje- hace que la travesía por sus páginas no desaliente a lectores no especializados.

El equipo es fiel a su propósito de utilizar un soporte narrativo para hablar de ciencia. En el fondo, Méndez y sus compañeros plantean que la ciencia puede ser literatura y, así, dejar de ser inescrutable para los no iniciados. Sin embargo, en Ciencia sin ficción no se habla solo de lo que es verificable empíricamente. Esto es evidente en el relato de la peripecia del astronauta, donde los recuerdos y las sensaciones se mezclan con apuntes históricos sobre la carrera espacial. Pero con la lectura de todos los capítulos reconoceremos que la ciencia no acaba de desprenderse nunca de un elemento ficticio (dejando al margen las patrañas de las pseudociencias que denuncia Salas). Ficción que tiene que ver con la perspectiva , con el debate , con la voluntad de saber y de mejorar las cosas.

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