ARTE

Ceesepe: el artista, el amigo, el ángel

La semana pasada fallecía Ceesepe, uno de los creadores más destacados de la Movida. La fotógrafa Ouka Leele, que perteneció a su círculo más íntimo, le rinde homenaje

Ceesepe, fotografiado por Ouka Leele, en 1982 (imagen de su archivo personal)

Ouka Leele

Mi querido Carlos, Ceesepe , mi amigo, mi ángel... Yo... No puedo ni juntar palabras, necesito sentirte todavía dentro de ese silencio que me une a ti, todavía siento tus manos, tu voz, tu extrema dulzura...

Nos conocimos cuando tú tenías 16 años y yo 17, y éramos tan tímidos que no hablábamos y pasábamos la tarde escuchando discos que tú ponías y desde los que yo intentaba descifrar las cosas que me querías decir y no decías. Y me quedé pegada a tus ojos, a esa mirada que me transportaba a lo eterno. Y supe lo grande que eras.

Veía tus cuadernos, que me asombraban por los dibujos y los inteligentes guiones que hacías desde tan joven.

Siempre tu humor y tus divertidas ocurrencias, cuando me venías a buscar a la escuela de fotografía a la que yo iba y me decías: «Pero, nena, ¿qué haces ahí? ¡Vente con nosotros a comer lechugas!». O como estos días preguntándome si ya vivo en un edificio vegetal. Y viví mi sueño de vivir por y para el arte, y me fui con vosotros, y nos pasamos las horas dibujando y haciendo fotos. Y me decías: «¿Te das cuenta que somos como Picasso en el Bateau Lavoir?» , y me hacías creer que ya formábamos parte de la Historia del Arte.

Cuando miro un dibujo tuyo, una pintura tuya, me desplomo y reverencio tu arte. Eres la persona más sensible que he conocido, la más original, y un caballero hasta el último día . Bendigo esa hora bendita en que te vi por primera vez y esta última en que te he visto por última vez y me has vuelto a llenar de ternura y de verdad; y de humor, y de elegancia. Dicen que solo se conoce a las grandes personas en su último momento, y tú lo eres: has sido precioso hasta en la muerte. Y contigo puedo decir con todas las letras, llenas de verdad, qué gran ARTISTA.

Cuando miro un dibujo tuyo, una pintura tuya, me desplomo y reverencio tu arte

Y hay truenos y relámpagos en el cielo, y llueve y te llevas el verano contigo ; y la luz y los colores, y todo huele a flores y a tierra húmeda porque hasta el cielo canta tu vida. Hasta la última gota de tu médula se la has dado al arte y al amor, por encima de todo, al Amor.

«Vamos, cariño, huyamos de entre los muertos solos tú y yo para siempre, cosiéndonos a besos, tomaremos este camino donde quizá esté la casa soñada al este del sol y al oeste de la luna» . (De un poema de Ceesepe, de 1986).

No he conocido a nadie tan original como tú. Un trabajador incansable del arte, con una fe tan ciega en lo que hacía. Todos hemos tenido la sensación, el honor, el placer de saber que estábamos ante un prodigio, como cuando de niña soñaba cuánto me hubiera gustado conocer a Van Gogh o Gauguin. Desde el primer día supe que te tenía cerca, que era un privilegio coincidir contigo, en este tiempo, en esta ciudad. Los dos lo sabíamos. Yo quería que tu estudio, que eras tú mismo, tu cuerpo construido por ti, cada milímetro eras tú y sigues siendo tú, fuera visita obligada en Madrid, una visita de lo más castizo en la calle Mayor de tus angustias. Si ha habido alguien castizo en Madrid, has sido tú, si ha habido un artista en Madrid, eres tú. Pasear contigo por las calles siempre ha sido una experiencia alucinante, los rincones que me descubrías, las tiendecitas, los personajes todos sacados de un cuadro tuyo... Gracias por seguir paseando conmigo ahora en mis sueños.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación