Exposición

Alcalá de Guadaíra rinde homenaje a su mejor acuarelista del siglo XX: Luis Contreras

Este pintor fue colaborador de ABC y Blanco Negro, donde ganó un concurso de portadas

Calle de Benagila, con la torre de Santiago y la del Castillo detrás ABC

Romualdo Maestre

Luis Contreras Muñoz era un pintor infravalorado, pero el trazo fino y firme de sus acuarelas, la mayoría paisajes de Alcalá de Guadaíra, nunca pasaron desapercibidos por los amantes de la pintura. Quizás, porque formaba parte de una segunda generación de plenairistas (pintura al aire libre) de Alcalá, opacados por artistas de la primera de la talla de Manuel García y Rodríguez , José Pinelo Llull , José Lafita , Nicolás Alpériz o José Rico Cejud o, entre otros muchos. El caso es que Contreras, Antonio Martín Bermudo ‘Campitos’ , Luis Cotán Delgado , Manuel Luna Rubio , Rafael González Peña y Manuel Pineda Calderón , casi todos autodidactas y nacidos o residentes en Alcalá, están encontrando ahora su hueco de forma tardía, como explica el comisario de la muestra que ahora se inaugura, Miguel Ángel Cerquera Hurtado .

Con la exposición ‘Papeles de agua’ , el Museo de Alcalá de Guadaíra rinde de alguna manera homenaje —hasta el próximo 7 de noviembre—, a su mejor acuarelista , por extensión y calidad de su obra. Luis Contreras Muñoz nació en 1879 en Alcalá la Real, llegando muy joven a su otra Alcalá, la de los panaderos. Aunque alcalaíno de nacimiento, muy pronto se convirtió en alcalareño de adopción. Al principio abrió una tienda de gorras, pero al poco tiempo, en la década de 1910, pasó a dedicarse de forma profesional y exclusiva a la pintura, lo que era un privilegio reservado a no muchos artistas en esa época.

Ermita del Águila ABC

Dio comienzo entonces su participación en una serie de exposiciones que le permitirán alcanzar fama en el ámbito regional y suramericano. En primer lugar, formó parte con asiduidad de la nómina de artistas que presentaban sus obras a las exposiciones de Bellas Artes organizadas por el Ateneo de Sevilla . Desde 1918 hasta 1930 se registra su intervención en 11 de las 13 ediciones celebradas, señala Cerquera.

El punto de inflexión tuvo lugar en 1930 con la muestra monográfica dedicada a su obra en la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País . Se pudieron contemplar en los salones de esta institución 62 acuarelas inspiradas en Alcalá de Guadaíra. A partir de este momento su figura y su obra se internacionalizaron, exponiendo en Argentina, Uruguay y Colombia, mercados en los que la pintura paisajística sevillana era muy bien acogida. De hecho, mucha obra que ha salido en subastas recientes provenía de colecciones privadas argentinas. Contreras fue también colaborador de esta Casa, donde Gonzalo Bilbao le abrió las puertas . Y de la revista Blanco y Negro , que acogía a los mejores ilustradores del momento. En ella ganó un concurso de portadas.

Certamen internacional

Pero el mayor hito cultural vivido en Alcalá de Guadaíra en la década de los años 20 estuvo encabezado por Luis Contreras y Luis Cotán . Ambos fueron capaces de organizar una muestra de Bellas Artes con motivo de las fiestas de la Virgen del Águila, emulando las ya citadas exposiciones de Bellas Artes del Ateneo. La nómina de participantes recogía a lo más granado de la pintura sevillana, así como a los nuevos valores de ella y a artistas locales. Así, observamos cómo sus contactos e influencias llegaban hasta la capital hispalense. La primera edición de esta muestra se celebró en 1922, repitiendo en 1923, 1925 y 1926. Para el comisario de la exposición esta es la semilla del Concurso Internacional de Pintura de Paisajes de Alcalá, el cual va por su 48ª edición.

Ruinas de la iglesia de San Miguel ABC

Luis Contreras falleció en 1938 cuando preparaba una exposición para el Gran Casino de Buenos Aires que no llegó a realizarse. Estaba recopilando más de doscientas acuarelas para esta muestra monográfica. La otra cara de la moneda luctuosa fue que estas pinturas permitieron subsistir a su esposa durante un período de tiempo, acabando en las casas de aquellos alcalareños y sevillanos que la ayudaron con la compra. Los mismos, o sus descendientes, que mediante el boca oreja, al tener conocimiento de la actual de ‘Papeles de agua’ , han prestado desinteresadamente sus acuarelas al Museo de Alcalá. De alguna manera, no sólo se sentían propietarios de un contreras, sino legatarios de un retratista que transmitió como era el alma de este pueblo en el tránsito de siglo.

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