Lorenzo Lotto, el primer retratista moderno, reina en el Prado

El museo consagra, a partir del próximo día 19, una excepcional exposición al genio del Renacimiento centrada en sus retratos

«Retrato de caballero joven» (1532), de Lorenzo Lotto GALERÍA DE LA ACADEMIA, VENECIA
Natividad Pulido

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Es uno de los artistas más fascinantes y singulares del Cinquecento italiano . Pero, ¿qué hace de este genio del Renacimiento ser uno de los mejores retratistas de la Historia ? Los retratos de Lorenzo Lotto (Venecia, 1480/Loreto, 1556-57) son insólitos. Es un retratista distinto a todos. Y lo es por la variedad de tipologías, la sofisticación de sus recursos plásticos e intelectuales, la profundidad psicológica de los retratados y la simbología de los objetos incluidos en los cuadros para definir el estatus, trabajo y aficiones de sus modelos. Como en la época azul de Picasso, su obra se tiñe de melancolía . Retrata a hombres melancólicos, tristes, ensimismados (algo así como la versión masculina de las mujeres de Vermeer).

«Retrato de hombre con lámpara» (h. 1508), de Lotto KUNSTHISTORISCHES MUSEUM, VIENA

Tras su muerte, Lotto cayó en el limbo del olvido. Fue Bernard Berenson quien lo redescubrió en 1895 en una monografía seminal. Lo sitúa como el primer retratista moderno , el primero que se interesa por hurgar en la psique de los retratados. Lo consigue con miradas, gestos, objetos ... En los últimos veinte años hubo exposiciones en Washington, Bérgamo, París y Roma. Pero ninguna estaba centrada en el retrato, como la que ha organizado el Museo del Prado, patrocinada por la Fundación BBVA . Reúne 38 de los 60 que se conservan y se muestran junto con diez dibujos (la mayoría, atribuciones) y una quincena de esculturas y objetos similares a los que aparecen en sus retratos. Una versión reducida irá después a la National Gallery de Londres. Miguel Falomir añade a su condición de director del Prado la de comisario de la exposición, junto con Enrico Maria dal Pozzolo , profesor de la Universidad de Verona. Falomir subraya que coincidan en el museo «tres exposiciones completamente inéditas: los bocetos de Rubens, la pintura italiana sobre piedra y los retratos de Lotto. Un conjunto sin parangón en los grandes museos del mundo. Ha supuesto un esfuerzo extraordinario».

«Retrato de mujer como Lucrecia» (h. 1530-1532), de Lotto NATIONAL GALLERY, LONDRES

Narraciones

Son muchas las novedades que incorpora Lorenzo Lotto al mundo del retrato, explica Falomir. Así, convierte los retratos en narraciones. Nos cuentan historias . Y los espectadores tenemos curiosidad, queremos saber mucho más acerca de las vidas de los personajes retratados. Además, incorpora tipologías inéditas , como los primeros retratos matrimoniales en Italia . Es el caso de «Micer Marsilio Cassotti y su esposa Faustina» (una de las dos obras del artista que atesora el Prado). Lotto pone una nota de humor con la figura de Cupido, que mira socarronamente al hombre y porta un yugo, donde firma la obra. A su lado, un espléndido díptico queriniano del siglo V en marfil, que pertenecía al coleccionista Andrea Odoni, otro de los retratados por Lotto, al que pintó rodeado de antigüedades. Cuelga un segundo retrato matrimonial, del Hermitage, que se exhibe junto con el dibujo preparatorio. Es muy enigmático. El hombre parece llorar y tiene en su mano un papel en el que se lee «El hombre nunca». ¿Qué significa? ¿Por qué hay una ardilla?

«Retrato de hombre joven» (h. 1500), de Lotto ACCADEMIA CARRARA, BÉRGAMO

Estos formatos apaisados los utilizará Lotto después para retratos individuales que llena de objetos simbólicos. Como su célebre «Retrato de Joven» (Galería de la Academia de Venecia) . Este joven melancólico (o tísico) hojea un libro de cuentas: hay pétalos de rosa, una lagartija, un laúd, un cuerno... Esta imagen es conocida en España por ser la portada de la edición de Seix-Barral de «Bomarzo», de Manuel Mujica Láinez . Se le asociaba entonces al príncipe Pier Francesco Orsini . ¿El motivo? Antes de su restauración, se creía que era jorobado, como el protagonista de la novela.

Aunque a los 25 años se conocía a Lotto como un pintor celeberrimus , no le sonrió la fortuna . No fue pintor de Reyes ni Papas, como Tiziano . Fue nómada (Venecia, Treviso, Las Marcas, Bérgamo, Roma) y libre. Si Tiziano era el retratista de élites y poderosos, Lotto lo fue de las clases medias y desarrolló una gran sensibilidad por los pobres, los marginales, los judíos. Sus clientes eran obispos, altos funcionarios, mercaderes, artesanos... Es la otra cara del Renacimiento italiano, la democratización del retrato . «Es posible que Tiziano sea mejor retratista que Lotto, pero es seguro que sus exposiciones de retratos son mucho más aburridas », comenta Falomir. Entre 1542 y 1545 sus retratos se tornan más intensos y tizianescos, aunque sin su carácter heroico. Se oscurece la gama cromática. Es el caso de «Retrato de hombre con guantes», de la Pinacoteca de Brera (Milán).

«Micer Marsilio Cassotti y su esposa Faustina» (1523), de Lotto MUSEO DEL PRADO

Un hombre muy religioso

Inadaptado, depresivo , con un carácter difícil, Lotto nunca se casó y acabó en la miseria . No le pagaban por sus obras lo que quería. A veces cobraba en especie: pintaba a sus caseros para pagar el alquiler de la casa. Hombre muy religioso , dos años antes de morir se hizo oblato y está enterrado en el santuario mariano de Loreto. Aunque su deseo era que le enterraran en la iglesia de los santos Giovanni y Paolo de Venecia. Para ella pintó una impresionante pala de altar , «San Antonino de Florencia repartiendo limosnas», excepcional préstamo. En ella hace retratos de pobres vergonzantes. Se cree que el personaje de rojo en la parte inferior es un autorretrato . «Tiene una edad similar a la que debía tener Lotto cuando lo pintó, porta una corona de laurel (etimología latina de su nombre, Laurencio), se halla debajo de su firma y se sabe que en esa época Lotto compró un paño rojo para hacerse un traje», cuenta Falomir. En el cuadro tiene un gran protagonismo una alfombra de estilo anatolio. Fueron muy populares en el XVI. Las llaman «alfombras Lotto» . Una de ellas se exhibe junto al cuadro. Impresionante, un retrato de Cristo , del Louvre (lleva la Cruz a cuestas, pero lo retrata en primer plano, mirándonos fijamente).

«Retrato de Giovanni della Volta con su mujer e hijos» (1547), de Lotto NATIONAL GALLERY, LONDRES

Destacan la excelencia de su técnica y la originalidad de sus creaciones . Fue un soberbio pintor de manos : las hay unidas orando con un rosario, puestas sobre el bazo (órgano asociado a la melancolía) o el corazón, sobre pétalos de rosa y pequeñas calaveras (simboliza la pérdida de un ser amado)... Son muchas las referencias que se advierten en sus retratos: Antonello da Messina, Bellini, Durero, Leonardo, Rafael o Tiziano. Gracias a que se ha conservado su «Libro di Spese Diverse» (libro de contabilidad) , de sus últimos 25 años, sabemos mucho de su trabajo. Aunque gran parte de los cuadros del Renacimiento fueron mutilados y no se conservan, era frecuente que tuvieran cubiertas . En la muestra hay uno con ella, el retrato del obispo de Treviso. Junto al retrato físico, la cubierta incorpora otro espiritual, intelectual. También incluía Lotto en sus obras algunos reversos pintados . En la que abre la exposición («Retrato de joven», de la Accademia de Carrara, Bérgamo) imita el pórfido, en alusión a la tumba de Cristo, al «memento mori». También son muy curiosos sus criptorretratos , que acabarían siendo prohibidos por el Concilio de Trento. Retrata a Fray Lorenzo de Bérgamo como Santo Tomás de Aquino, a Fray Angelo Ferretti como San Pedro Mártir (con el cuchillo clavado en la cabeza) y a Caterina Cornaro, última Reina de Chipre, como la Virgen.

«Retrato de Andrea Odoni» (1527), de Lotto THE ROYAL COLLECTION TRUST, HAMPTON COURT

¿Fue un misógino?

Se veía a Lotto como un misógino, pues hizo muchos menos retratos femeninos que masculinos . Aunque los hay fantásticos en la muestra. Es el caso de Lucina Brembati (se colocó todas sus joyas, se colgó un mondadientes, la estola de visión...). Arriba, a la izquierda, pintó Lotto una luna y, en medio, las letras CI. Por eso sabemos que se llamaba Lucina. Igualmente excepcional, el « Retrato de mujer inspirado en Lucrecia » (National Gallery de Londres).

Huyó de Venecia por la gran competitividad artística que había. Firmó dos testamentos . El primero, ológrafo, es de 1531. Está considerado un autorretrato espiritual . Escogió un camafeo de su colección para sellarlo: una grulla alza el vuelo con un yugo en sus garras y el caduceo de Mercurio en el pico. Simboliza la retirada del mundo terrenal. En el segundo testamento, de 1546. confiesa sentirse «solo, sin fiel gobierno y muy inquieto de mente» . La muestra se cierra con un documental sobre los lugares de Lotto. Un pintor que tenía un deseo irrenunciable de ser libre . Y pagó un precio muy alto como artista, incluso con su fracaso.

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