El espectro (razonado) de la escultura de Dalí

La Fundación Dalí presentae el primer tramo del catálogo de obra escultórica del artista ampurdanés

«Busto de mujer retrospectivo», de 1933 FUNDACIÓN GALA-SALVADOR DALÍ, VEGAP. FIGUERES, 2019

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Salvador Dalí, como el París de Vila Matas, no se acaba nunca. Lo saben bien en la Fundación Gala-Salvador Dalí, entidad que, después de ocho años de trabajo, ha conseguido presentar el primer tramo del «Catálogo razonado de escultura y obra tridimensional de Salvador Dalí». Un aperitivo de treinta y cuatro obras realizadas entre 1931 y 1936 que «permite definir este ámbito de la creación escultórica daliniana como una de las máximas expresiones de su creación surrealista». «Treinta y cuatro obras en ocho años», insiste el presidente de la fundación, Jordi Mercader, para subrayar la complejidad de un proceso que bordea en muchos casos la investigación detectivesca.

Un buen ejemplo es «Espectro ornamental de la erección», escultura inédita de yeso que se ha podido identificar gracias a unas fotografías que documentan su paso por la galería Jacques Bonjean de París en 1934. Las instantáneas, de hecho, son lo único que queda de ese espectro daliniano del que, por lo demás, se desconoce su paradero actual.

«Espectro ornamental de la erección», de 1933-1934 FUNDACIÓN GALA-SALVADOR DALÍ, VEGAP. FIGUERES, 2019

Algo parecido ocurre con «Objeto de funcionamiento simbólico. Zapato y vaso de leche», presentado en el catálogo como el primer objeto surrealista creado por Dalí en 1931 y que, tal y como ocurre con el fantasma ornamental y con otras piezas inéditas como«Silla atmosférica» (1933) y «Cabeza de león rugiendo con plato de huevos en la boca» (1933), se ha esfumado. Es más: de las 34 obras agrupadas en esta primera entrega, seis se dan por desaparecidas dada su naturaleza efímera y de cerca de la mitad se desconoce su paradero, tal y como explica la coordinadora del proyecto, Laura Bartolomé.

Sí que se conservan, en cambio, obras como «Busto de mujer retrospectivo» (1934), de la que Dalí llegó a realizar hasta cinco versiones diferentes; y «Babaouo» (1932), la única que se exhibe en el Teatro-Museo de Figueres y en la que pueden verse siete láminas de vidrio pintadas por Dalí colocadas en una caja de madera. Así, documentando ausencias y presencias, el catálogo empieza a explorar el trabajo escultórico de Dalí ahondando en un un tramo cronológico que, según Bartolomé, tiene «una entidad propia».

«Se trata de una etapa en la que Dalí, instalado en París, se dedicó con gran entusiasmo a la conceptualización y creación de objetos surrealistas», explica. De ahí que se haya decidido empezar por aquí y no por otras épocas de documentación más difusa como los años veinte. «Existen obras, pero no hemos encontrado las garantías suficientes para incluirlas en el catálogo», apunta Bartolomé mientras pone como ejemplo unos recipientes de cerámica supuestamente pintados por Dalí años antes de 1931.

El catálogo, consultable en internet y en constante revisión y ampliación, refleja también el momento en que el artista ampurdanés entra en contacto con otros creadores como el fotógrafo Brassaï para dar vida a las llamadas «Esculturas involuntarias», objetos retratados siguiendo las directrices de Dalí.

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