Degas y Redon llevan la revancha del pastel a la Fundación Mapfre

La exposición «Tocar el color» reivindica una técnica pictórica considerada menor

El cuadro «Mujer en el jardín», del pintor Giussepe De Nittis, forma parte de la exposición «Tocar el color.La renovación del pastel», Efe

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Arrinconada por la todopoderosa pintura al óleo y a la sombra de unas vanguardias para las que las barritas de tiza siempre fueron poco más que una birria, el pastel alza la voz y se reivindica a lo grande para reclamar un lugar algo más elevado del que le ha reservado la historia. «Es una parte de la historia del arte que tradicionalmente no se pone en el foco; ha estado en una posición menor con respecto a la pintura al óleo», apunta Philippe Saunier, responsable de la colección de pasteles del Museo de Orsay de París entre 2008 y 2011 y comisario de una exposición que reúne en la Fundación Mapfre de Barcelona un centenar de obras de artistas como Degas, Boudin, Redon, Delacroix, Miró y Picasso.

La muestra, que se puede visitar hasta el 5 de enero, se presenta como excepcional y lo es tanto por el material como por la procedencia del mismo. «Los préstamos de pastel son muy difíciles. Son obras que no se exponen ni se transportan», destaca Nadia Arroyo, directora de Cultura de la Fundación Mapfre. En este caso, sin embargo, el centenar de obras proceden de nada menos que sesenta prestadores, entre ellos cuarenta museos franceses. Para Saunier, por su parte, «Tocar el color. La renovación del pastel» representa una oportunidad única para desligar estas obras de la «jerarquía de las técnicas» y legitimarlas a través de un recorrido por artistas «muy diversos» y no siempre demasiado conocidos. «El siglo XIX es la edad de oro del pastel, cuando se acuña el término “pastelista”», destaca el comisario. Fue a partir de 1880, abunda, «cuando los artistas jóvenes empiezan a utilizar la técnica» y el movimiento gana mayor «legitimidad».

En la Casa Garriga Nogués todo esto se ilustra a través de saltos temporales que conectan trabajos de Millet y Chéret y obras de Mary Cassatt, Berthe Morisot, Louise Abbéma y Louise-Catherine Breslau con el paisajismo de Camille Flers y Eugene Delacroix o el renacimiento impresionista de manos de Degas, Renoir o De Nittis. Con la llegada del simbolismo, artistas como William Degouve de Nuncques y Émile-René Ménard exprimieron a conciencia las cualidades poéticas y misteriosas que el pastel aportaba a sus obras mientras que en el cambio de siglo, destaca Saunier, cobró especial relevancia Odilon Redon, el autor que «se consagra al pastel con mayor constancia y convicción».

Menos suerte tuvo el material con la irrupción de la vanguardias y la implantación de la técnica mixta. «A un artista moderno le cuesta limitarse a un único material. Y el material determina el tema», subraya el comisario. Con todo, «Tocar el color», incluye también piezas de Gargallo, Picasso y Miró.

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