El Bellas Artes exhibe por primera vez tres retratos de Goya desaparecidos tras la Guerra Civil
Las obras se conocían únicamente por las fotografías publicadas por Blanco y Negro en 1930
El Museo Bellas Artes de Bilbao exhibió este viernes por primera vez los tres retratos realizados por Francisco de Goya a la familia Adán de Yarza , una de las más ilustres de la provincia de Vizcaya. Las obras, que presumiblemente datan de finales del siglo XVIII, permanecían en paradero desconocido desde 1937, cuando fueron evacuadas a Francia para protegerlas de los bombardeos de la Guerra Civil. De su rastro apenas quedaban menciones de los historiadores de arte y, sobre todo, las fotografías publicadas por la revista Blanco y Negro , que han sido cedidas por ABC para su exposición.
Los retratos, pintados sobre lienzo, corresponden a Bernarda Tavira, perteneciente a una importante familia de comerciantes de Bilbao; a su hijo, Antonio Adán de Yarza; y a la mujer de este último, María Ramona de Barbachano, con la que contrajo matrimonio en 1787. Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y del Archivo del Museo Bellas Artes apuntan a que las obras fueron realizadas hacia 1790, cuando Goya ejercía como pintor de cámara del rey .
Tras el estallido de la Guerra Civil española, el Gobierno vasco tomó la decisión de sacarlas del territorio junto a otras piezas de importante valor patrimonial para preservarlas de las bombas . Finalmente, en 1937 fueron enviadas a su legítima propietaria, María Adán de Yarza, que se encontraba refugiada en Francia.
Futuro incierto
Durante las décadas posteriores, los retratos de la familia Adán de Yarza permanecieron en paradero desconocido, aunque según la pinacoteca estuvieron siempre a buen recaudo. De ellos apenas se preservaban las fotografías que publicó en 1930 la revista Blanco y Negro, así como diferentes menciones de historiadores del arte como Fernando de la Quadra Salcedo o Aureliano de Beruete y Moret . Según explicó a ABC Miguel Zugaza, director del Bellas Artes, la recuperación de los «goyas» hay que agradecérsela en buena parte a Juliet Wilson-Bareau, presente en el acto de hoy, que logró localizarlos en los años 90 con la ayuda de William Jordan.
A pesar del transcurso de los años, los retratos preservan la brillantez de Goya. José Luis Merino , encargado de realizar las labores de restauración, informó de que el trabajo más laborioso fue el de limpieza , pues no se produjeron complicaciones técnicas. El estudio pormenorizado de los cuadros permitió además encontrar paralelismos con otras obras del artista aragonés , como el tocado de una de las muchachas de «La gallina ciega» (1988), que también aparece en la pintura de María Ramona de Barbachano. Esta última posee además un abanico rematado con plumas muy semejante al que lleva una de las hijas de los duques de Osuna en el retrato familiar realizado ese mismo año.
En lo que respecta al futuro de las obras existen más interrogantes que certezas. Lo único cierto es que se exhibirán en el Bellas Artes hasta mediados de septiembre junto a la caja en la que fueron embaladas para su envío al país francés . El propio Zugaza negó cualquier posibilidad de compra, «principalmente porque no están a la venta», aunque se mostró confiado en que nunca más «podrán esconderse».
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