El Bellas Artes de Bilbao logra reunir dos inusuales lunetos de Paret separados hace dos décadas

Las obras forman parte de la exposición «110 años 110 obras» con la que se conmemora el aniversario del museo

«Triunfo del Amor sobre la Guerra», de Paret A.M.
Adrián Mateos

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A finales del siglo XVIII, Luis Paret y Alcázar cumplió en Bilbao parte del destierro que le impuso el monarca Carlos III por ejercer como alcahuete para el infante don Luis. El madrileño alcanzó durante esta etapa una madurez artística que plasmó en obras de corte religioso y paisajístico. Entre ellas, dos particulares lunetos a los que denominó «Triunfo del Amor sobre la Guerra» (1784), los cuales muestran sendos desnudos infantiles enfrentados y enmarcados con guirnaldas de flores. Lienzos que fueron separados en la década de los 90 y que el Museo Bellas Artes de Bilbao ha logrado reunir de nuevo gracias a una donación de la coleccionista Alicia Koplowitz .

Hasta ahora, la pinacoteca vizcaína poseía solo uno de los lunetos, que ya forman parte de la exposición «110 años 110 obras» con la que se conmemora el aniversario del centro. Dos décadas después, la donación de Koplowitz ha permitido reunir de nuevos las piezas, que fueron lanzadas al mercado por separado: «Es una de esas afortunadas casualidades que no son frecuentes en el mundo de los museos», asevera la conservadora Manuela Mena en el libro que el Bellas Artes ha publicado para la ocasión.

El director del Museo de Bellas Artes de bilbao, Miguel Zugaza EFE

Los lienzos, de aproximadamente 81x160 centímetros, son sensiblemente más grandes de las pinturas de caballete de Paret. La reciente limpieza realizada por el Departamento de Conservación del Bellas Artes ha permitido detectar una banda de color gris añadida en una restauración antigua que recorre todo el perímetro de las obras, lo que indica que probablemente fue incorporada cuando los separaron de su montaje original. En este sentido, el museo apunta a que estaban encastrados en la pared de una habitación dentro de marcos de estuco blanco y con motivos decorativos dorados, según el gusto del siglo XVIII.

Más libertad

Asimismo, la técnica pictórica también difiere de la de sus pequeños cuadros de estilo rococó. «Aquí Paret se muestra más libre y enérgico , seguramente por el hecho de que los lunetos fueron pensados para ser colocados en lo alto, enfrentados y con una vista en perspectiva de abajo a arriba», subrayan desde el museo, que hacen hincapié en que la pincelada es más «delicada y transparente». El uso de las mismas tonalidades y recursos confirman que ambas obras fueron realizadas a la vez y destinadas a un mismo ámbito.

En lo que respecta a la temática, las dos piezas presentan desnudos infantiles enmarcados con guirnaldas de flores. Los niños se encuentran a punto de realizar las acciones que lo relacionan: el de la derecha soltaría la paloma que «volaría» hacia el que se encuentra dormido en el luneto de la izquierda, que, al despertar, «lanzaría» la flecha con las tres rosas ensartadas. El color de la piel y la postura más decorosa del primero lleva a pensar que se trata de una representación de Venus niña , que porta la corona de laural como símbolo del triunfo del Amor sobre Marte, encarnado en el otro niño.

El Museo Bellas Artes ha ampliado con esta donación su colección del artista madrileño, ahora compuesta por ocho pinturas: El Divino Pastor (1782), Vista de Bermeo (1783), Triunfo del Amor sobre la Guerra (dos lunetos en pendant) (1784), Vista de El Arenal de Bilbao (1783-1784), Escena de aldeanos (fragmento) (1786), Vista de Fuenterrabía (fragmento) (1786) y La Virgen María con el Niño y Santiago el Mayor (1786).

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