Andrew y Jamie Wyeth: asuntos de familia

Padre e hijo, grandes representantes del realismo americano, miden su genio y talento en una exposición en el Museo Thyssen

Madrid Actualizado: Guardar
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Antonio López descubrió la obra de Andrew Wyeth en 1964 en un reportaje de la revista «Life», explica Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen. Medio siglo después, coinciden en esta pinacoteca los grandes representantes del realismo madrileño y americano (con permiso de Hopper), que se miden en sendas exposiciones. Andrew Wyeth (1917-2009) es una leyenda en Estados Unidos: la revista «Time» lo nombró «artista ilustre de América», junto a Pollock; fue el primer artista vivo que expuso en la Casa Blanca (en 1970, con Nixon como presidente); el Metropolitan de Nueva York le dedicó su primera exposición individual a un creador vivo, fue el primer artista en recibir la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos...

Pero alcanzó el estatus de leyenda gracias a un lienzo, «El mundo de Cristina», pintado en 1948 y que el MoMA adquirió a los pocos meses. Es una de las obras más populares de la historia del arte americano. En ella retrató de espaldas a su amiga Christina Olson, musa de gran parte de su trabajo, tumbada en una colina con unas casas al fondo. Sus modelos siempre fueron las personas más cercanas: familiares, amigos, vecinos y hasta sus mascotas... Su lema:«Pinta lo que conoces y amas».

Iconos «made in USA»

Desgraciadamente, ese icono «made in USA» no cuelga en la exposición, organizada junto al Denver Art Museum, que el Museo Thyssen dedica a su producción y a la de su hijo Jamie (1946), una conversación artística íntima y familiar a través de 60 obras: alguna, como «Ostras Wyeth», pintada a cuatro manos. También hay retratos de uno a otro. Ambas carreras guardan muchas similitudes, como explica el comisario, Timothy J. Standring: los dos se educaron en casa, apostaron por el realismo, pero cada uno mantuvo su propia individualidad. A Andrew le interesaron siempre los temas cotidianos, mientras su hijo se inclinaba por otros asuntos. Jamie retrató a celebridades como Andy Warhol (instaló su estudio durante unos meses en su mítica Factory) y Nureyev. Hay buenos ejemplos en la muestra.

Padre e hijo pintaron los mismos paisajes: las casas, colinas y bosques de Pensilvania, la costa y las islas de Maine.... Lugares que recorrió la fotógrafa francesa Joséphine Douet, siguiendo los pasos de Andrew Wyeth, cuyo resultado puede verse en otra muestra en el Thyssen, comisariada por Guillermo Solana. Pero los Wyeth también pintaron desnudos. Tras la muerte de Christina Olson, que le provocó una crisis artística, Andrew tomó como modelo a una joven vecina, Siri Erickson. Jamie pintaba a su prima Robin. «En lo que a la pintura se refiere –comenta Jamie Wyeth–, éramos totalmente honestos el uno con el otro. Admiro tanto a mi padre que si me compararan a alguien, me gustaría que fuese solo a él».

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