«La lechuga»: la esperanza (y las esmeraldas) de la fe de Colombia en el Prado
«La lechuga»: la esperanza (y las esmeraldas) de la fe de Colombia en el Prado - de san bernardo

«La lechuga», una de las joyas religiosas más ricas de Hispanoamérica, llega al Prado

Considerada una de las piezas más valiosas de la Colección de Arte del Banco de la República de Colombia, la custodia de la iglesia de San Ignacio de Bogotá, conocida como «La lechuga» se exhibe en el museo madrileño

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El Museo Nacional del Prado exhibe desde hoy hasta el 31 de mayo la custodia de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá, conocida como «La lechuga», una de las piezas más valiosas de la Colección de Arte del Banco de la República de Colombia, que ha llegado a Madrid con motivo de la presencia de Colombia como invitado especial de Arco 2015, que ha cerrado sus puertas este domingo.

Tal y como ha explicado durante la presentación el director de la pinacoteca, Miguel Zugaza, se trata de un ejemplo del arte barroco de Colombia, que por primera vez se puede disfrutar fuera del país, y que se expone ahora en el museo dentro del programa «La obra invitada», según informa EP.

«La lechuga», considerada una de las joyas religiosas más ricas de Hispanoamérica, fue realizada entre 1700 y 1707 por el orfebre español José Galaz y cuenta con un total de 1.485 esmeraldas, un zafiro, 13 rubíes, 28 diamantes, 62 perlas barrocas y 18 amatistas, así como oro de 18 kilates.

Pero, tal y como ha explicado Javier Portús, jefe de Departamento de Pintura Española, su importancia no solo radica en la riqueza de los materiales, sino que también es testimonio de lo que sucedió durante el Barroco en tierra de orfebres y cómo este estilo artístico encontró nuevas dimensiones en Hispanoamérica, donde abundaban el or y las esmeraldas y donde estaba viva la cultura indígena.

Precisamente, el gerente del Banco de Bogotá ha explicado que esta pieza también establece un diálogo entre tres culturas: la africana, la americana y la europea. Además, ha destacado que el sentido religioso es el pretexto para hablar de integración cultural. «Más allá de las piedras preciosas que esta obra posee, el arte sirve aquí como ejemplo de unión entre los países».

«Historia accidentada»

En cuanto a la apariencia formal de esta obra, Javier Portús ha explicado que en conjunto es un «aparato retórico» en el que se alude a conceptos como el «sol, el vino y los ángeles». En concreto, ha indicado que la idea del sol está vinculada con una «idea eucarística», idea a la que también se unen los motivos de ángeles, que aparecen tanto en el centro de la pieza como a los pies.

Además de los aspectos formales y materiales, Portús ha destacado que esta obra posee gran interés también por la «historia accidentada» que ha sufrido, vinculada a las expulsiones de los Jesuitas de América y a los «vaivenes políticos» por los que algunas obras de estas características sufrieron la desmembración de los materiales con los que fueron hechas.

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