Andrés Rábago, El Roto, fotografiado en su estudio madrileño
Andrés Rábago, El Roto, fotografiado en su estudio madrileño - JOSÉ RAMÓN LADRA

El Roto: «Si eres sólo un escribano de la dirección del periódico, nunca podrás hacer algo de cierta calidad»

El dibujante ha sido galardonado con el premio Mingote por una viñeta de denuncia sobre la pobreza y la situación económica

Madrid Actualizado: Guardar
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Lo primero que a Andrés Rábago (Madrid, 1947), El Roto, se le viene a la mente cuando recibe la llamada de ABC, mientras pasea a «la perrilla», es el «recuerdo de un amigo»: Antonio Mingote. El maestro de dibujantes da nombre al premio que ayer recibió y por el que se ve obligado a «emerger, a estar un poco más a la intemperie». A Rábago no le gusta la «inevitable presencia pública» que conllevan los galardones. Prefiere la quietud de su estudio, hábitat natural del dibujante de prensa y donde puede pensar «sobre los hechos que ocurren», para después reflejarlos y responder preguntas que todos nos hacemos.

La viñeta premiada denuncia la pobreza en nuestra sociedad. Admiro la capacidad de los dibujantes para plasmar sobre el papel los temas que más nos preocupan.

Hay dos elementos básicos que construyen al dibujante en prensa: su capacidad gráfica, que tiene que ser alta, y su capacidad de síntesis, que también tiene que ser importante. Aunque el espacio es generoso, dentro de lo que es un periódico, no puedes llenarlo de elementos, sino que tienes que hacerlo de una forma muy sintética. Esa capacidad de síntesis, de buscar una imagen que sea coherente, que refleje lo que ahí se dice, y una frase, una parábola, de lo que quieres decir, es lo esencial. Que no sobren líneas, ni tampoco letras.

¿Y cómo se consigue eso?

El ideal es un buen dibujo, que es el vehículo para una trayectoria más larga. Si el dibujo es malo, aunque la idea sea buena, va a decaer rápidamente. En la historia del dibujo satírico, sólo a los muy buenos dibujantes se les puede ver con interés.

Me gustaría que reflexionara sobre el arte de la viñeta, sobre ese periodismo, necesario, al que a veces no se hace el caso que merece pero cuya labor es fundamental en los medios.

Estoy tomando nota de todo lo que está diciendo para pronunciar esas palabras cuando me toque decir algo (reímos). Si mencionamos, tenemos que mencionar siempre a los muy grandes, que son los que han creado las escuelas. Si nos ceñimos a España, tendríamos que ir a Goya, a Solana, dar un salto hacia «La Codorniz», Mingote, los Herreros, y los dibujantes que han seguido, como Julio Cebrián, Máximo, Chumi Chúmez… Pero donde realmente se ha desarrollado mejor la sátira gráfica es en los países donde ha habido una cierta continuidad democrática. Tienes que tener la libertad de poder expresarte con claridad. Actualmente, hay un periodo de decadencia, quizás porque ya hay otros vehículos alternativos. Casi se ha olvidado la enseñanza del dibujo en las escuelas de Bellas Artes y se está perdiendo una tradición que requiere esfuerzo, estudio y aplicación.

¿Usted se siente libre para desempeñar ese trabajo, que es su vida?

He tenido la enorme suerte de que siempre se me ha respetado esa libertad de elección de temas. He trabajado un poco distinto de como a veces ocurre en los medios, sobre todo en los sajones, donde el dibujante es un mero apéndice del Consejo de Redacción. Sin libertad, es imposible hacer algo que merezca la pena. Si eres sólo un escribano de la dirección del periódico, nunca podrás hacer algo de calidad.

¿Cómo elige qué viñeta debe aparecer en el periódico cada día?

Es una cierta intuición, un cierto olfato. No es el seguidismo de lo que acaba de ocurrir. No es tratar de lo que ya está siendo tratado. Tampoco es tratar de lo que ya ha sido olvidado, sino lo que está latente, los asuntos que permanecen. Esos asuntos de fondo son los que más me interesan. Luego, elegir cuál vas a publicar tiene mucho que ver con lo que esté ocurriendo en ese momento.

¿Qué lectura hace de la influencia que sigue teniendo la sátira gráfica?

La influencia depende de la sintonía que se consiga con el lector. Pero eso es indiferente a la hora de realizarlo. Si estás pendiente de los «likes», de los lectores que tienes, lo normal es que acabes haciendo las cosas más evidentes, más sencillas. Hay que huir de lo aparente, buscar más allá de lo que se nos presenta como real e intentar indagar en algo que no está tan a la vista pero que es lo que da sustento a lo que está ocurriendo.

Viñeta de El Roto, publicada en «El País» el 23 de enero de 2016 y galardonada con el premio Mingote
Viñeta de El Roto, publicada en «El País» el 23 de enero de 2016 y galardonada con el premio Mingote- ABC
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