Roca Barea: «La Reforma de Lutero no supuso progreso, sino retroceder al feudalismo en Alemania»

El espacio Miguel Delibes de Alcobendas acoge «Lutero y su mundo» hasta el 27 de abril, una exposición organizada por la autora de «Imperiofobia y Leyenda Negra»

Lutero en la Dieta de Worms.
CÉSAR CERVERA

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Hans Böhm, Jan Hus, Milia de Kromeriz o Girolamo Savonarola son hoy nombres vagos en la historia de Europa. Rostros desconocidos que acometieron pulsos contra la Iglesia casi idénticos a los que realizó una de las figuras más universales de todos los tiempos, Martín Lutero , el monje agustino que en 1517 inició el mayor cisma que ha conocido la cristiandad occidental. «Hubo muchos luteros antes. Lo excepcional de él es el contexto, con un Emperador como Carlos V a la cabeza de un poder extraordinario», destaca María Elvira Roca Barea , que presentó ayer una exposición dedicada al agustino en el Espacio Miguel Delibes de Alcobendas .

Contra la UE de Carlos V

En la resaca del V centenario del inicio de la Reforma, la autora del libro « Imperiofobia y Leyenda Negra » explora en una muestra de grabados, abierta hasta el 27 de abril, las relaciones de poder y el contexto que hicieron posibles la Reforma . Un ejercicio histórico que la mayoría de exposiciones han esquivado para centrarse solo en asuntos teológicos. «La religión solo fue la dinamita empleada por los nobles alemanes para oponerse al poder de Carlos y a su prematuro intento de UE», apunta.

La exposición itinerante organizada por esta célebre profesora de Harvard e investigadora del CSIC, se centra en desmitificar la idea de que la Reforma protestante trajo progreso a Europa . «Se admira a Lutero como un elemento de modernidad sin el que hubiera sido imposible un mundo democrático y civilizado. Pero es todo lo contrario: la Reforma supuso retroceder al feudalismo y perpetuar el poder de las oligarquías locales en Alemania», señala.

Tampoco es correcta la vinculación de protestantismo y tolerancia religiosa. «Desde el minuto uno el nuevo clero fue más fanático con la disidencia, entre otras cosas, porque Roma llevaba muchos siglos gestionando las herejías . La persecución orquestada por los protestantes no dejó huella ni contaba con garantías de ningún tipo, mientras que la Iglesia empleaba instituciones como la Inquisición para iniciar procesos reglamentados».

El sur de Europa, inferior

El agresivo mensaje de Lutero dio lugar a sucesivas guerras y, dado su carácter xenófobo y antisemita, ha sido empleado por los elementos más extremos del nacionalismo alemán. «El humanismo alemán originó la idea de que fuerzas extranjeras, en aquel tiempo el Papa y los españoles, estaban saqueando el país», defiende Roca, que recuerda la estrecha vinculación de aquellas ideas con el III Reich : «No es casualidad que la Noche de los Cristales Rotos fuera presentada como una celebración luterana y que los nazis concurrieran a las elecciones con una imagen del reformador».

Sí reconoce la genialidad de Lutero en el campo de la propaganda y la fabricación de mentiras. A él se le deben mitos como la inferioridad del sur respecto al norte. «El mundo católico aún hoy sigue sin comprender la lección de la importancia de la propaganda», concluye.

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