Los Reyes, flanqueados (de izquierda a derecha) por Juan Carlos Escotet, Juan Manuel Serrano Becerra, Victoria Prego, Francesc de Carreras, Catalina Luca de Tena, Santiago Bergareche y Bieito Rubido
Los Reyes, flanqueados (de izquierda a derecha) por Juan Carlos Escotet, Juan Manuel Serrano Becerra, Victoria Prego, Francesc de Carreras, Catalina Luca de Tena, Santiago Bergareche y Bieito Rubido - ABC

Periodismo, nada más que periodismo, solo periodismo

ABC festejó el martes tres miradas sobre España: la que alerta sobre los populismos; la que retrató la Transición; y la que captó el latido de la Monarquía

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Prego entró en ABC en 1957. Tuvo cinco hijos y un amor: ABC. Cuando inició su carrera en la revista Blanco y Negro, de la que llegó a ser director, un Rey se formaba para serlo. Tomaba clases en una nación oscura, en cuyos meandros la España monárquica de Don Juan de Borbón, padre del joven aspirante, conspiraba para traer la democracia. El ABC de Prego desempolvaría medio siglo después documentos sustantivos para entender aquella época. Pero para eso tenía que llegar la libertad. Entonces, se conspiraba para alumbrar esta democracia europea y liberal, ajena a las dictaduras contemporáneas y al totalitarismo populista, en el que al pasar de los años España acabaría doctorándose. El abuelo de aquel Rey, Alfonso XIII, había visitado en 1930 la deslumbrante Semana Santa sevillana, y un fotógrafo de ABC había captado una imagen de latidos felices.

Solo seis años antes de que España se mordiera las entrañas.

El martes, ABC sentó a su mesa a los legatarios de esta historia de éxito. A Felipe VI, el hijo, nieto y bisnieto de aquellos Reyes que hurgaron en lo mejor que teníamos. A Victoria Prego, la hija de Adolfo Prego, el periodista que amaba ABC. A Francesc de Carreras, el pensador que desmontó en un artículo luminoso el populismo que roe los tobillos de Europa. Y a Juan Manuel Serrano Becerra, el nieto del fotógrafo que plasmó como en una acuarela a un Rey en la Pascua, como él lo haría hace un año con Don Felipe. Quizá los citó la historia. La de España y la de ABC, casadas como en tantas horas.

O quizá fue una cena de Navidad la de anteayer, en la que todos vuelven a casa. Era la noche de los Cavia. Y Francesc de Carreras (premio Cavia), Victoria Prego (premio Luca de Tena) y Serrano Becerra (premio Mingote) asumieron sin rechistar que, contra lo que dicen sus biografías, ese no era el día de esconderse tras una cartulina. Era la fiesta del periodismo. El Rey dijo que del periodismo de calidad. «Y no necesariamente de aquel que lanza titulares más sonoros», remachó.

Don Felipe eligió a una compañera de vida, la Reina Letizia, que masticó la profesión antes de conocerle. Por eso, cuando le acompaña a la entrega de estos premios internacionales, se la adivina cómoda. Con Victoria Prego, su antigua compañera, charló quedamente antes de la cena en la Biblioteca de ABC, que guarda como un tesoro 113 años de historia. La Reina le contó a la galardonada, vestida con un traje de Armani, que intenta ver películas dos o tres veces por semana y admira a Scorsese y Rodrigo Cortés. El cine, como el periodismo, otra pasión.

Pero no hay ni un solo tópico de las crónicas periodísticas que traduzca el interés que despierta Doña Letizia. Ni nube de fotógrafos, columna de flashes o centro de miradas (todo se dio cita en su llegada a la casa de ABC) miden la expectación que levanta. Enfundada en un Nina Ricci de pailletes multicolor, la melena peinada con efecto wet y un maquillaje de sombras violetas, dejó boquiabiertas a las crónicas sociales. Para las políticas, su esposo y ella misma guardaron un reconocimiento que en la Redacción de ABC supo a gloria: «No olvidemos su papel investigador y divulgador de la historia, como ha demostrado ABC con su gran trabajo publicado estos días pasados en la serie "Franco contra Don Juan, los papeles secretos del régimen". Gracias y felicidades por el trabajo». Las palabras del nieto de Don Juan tenían el doble valor de provenir del descendiente de uno de los protagonistas de esos años y, además, de un lector privilegiado. Eso fue en público porque en privado, Don Felipe y Doña Letizia preguntaron a dos de sus autores, Juan Fernández-Miranda y Jesús García Calero (Esteban Villarejo completa el equipo), por su trabajo. Y se marcharon con una promesa de los periodistas: queda la mitad de la investigación por publicar.

La cena reunió también a la política contemporánea, esa que ha tenido en un ay a España durante nueve tortuosos meses en los que «los españoles -como sentenció Don Felipe- han necesitado certezas y respuestas que a menudo han buscado en los medios de comunicación». Largas noches en vela de nuestra democracia donde el populismo, glosado espléndidamente por Francesc de Carreras en su artículo, a punto estuvo de «hacerse con todo el poder del Estado y cambiar las reglas del juego político para instaurar un sistema distinto». Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, Juan Ignacio Zoido, Esperanza Aguirre, Andrea Levy, Begoña Villacís o Luis Cueto acudieron a la cena con ganas de comentar la acalorada vida parlamentaria. Y la viaria: la vicepresidenta y Aguirre intercambiaron impresiones sobre los episodios que ambas han protagonizado en la Gran Vía. Con humor, el corrillo llegó a una conclusión: menos mal que Sáenz de Santamaría compró en Primark, el templo del low cost, peor hubiera sido que el incidente se hubiera desatado ante Chanel. A escasos metros, el hombre fuerte de Manuela Carmena, Luis Cueto, escuchaba hablar -y no bien- de los cortes de tráfico. También el expresidente colombiano, Andrés Pastrana, fue el centro de atención en unos días en que su sucesor, Juan Manuel Santos, con su nuevo «plan de paz» bajo el brazo, visitaba a Mariano Rajoy. Como el presidente del TC, Francisco Pérez de los Cobos, que compartió la velada.

La recuperación de España

En un encuentro de periodistas no faltaron los chascarrillos: que si la presidenta del Congreso le había ganado la partida a Pablo Iglesias en los premios que concedieron horas antes los informadores parlamentarios; que si el Rey ve frecuentemente tertulias; que si a la Reina le gustaría que hubiera más cines en Madrid... Y empresarios como Dimas Gimeno, Rodrigo Echenique, José Manuel Vargas, Juan Abelló, José Lladó, Juan Carlos Escotet, Borja Prado o Fernando Ruiz hablaron de lo suyo: de la recuperación económica y de la creación de empleo.

Victoria Prego se había preguntado en su parlamento si se podía pedir algo más que «periodismo, nada más que periodismo, solo periodismo». Quizá la respuesta la otorgó Vargas Llosa en su deliciosa «Casa Verde»: «Ni la inundación, ni la sequía, ni las plagas detuvieron la gloria».

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