Muere Motoo Abiko, cocreador de 'Doraemon' y uno de los últimos históricos del manga

Aunque su obra en solitario nunca alcanzó las inmensas cotas de popularidad del gato cósmico, fue uno de los autores de cómic más respetados y premiados de Japón

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En el mundo del cómic ha habido muchas parejas legendarias de autores: Siegel y Shuster, los creadores de Superman; Goscinny y Uderzo, los de Astérix; o Fujio F. Fujiko y Fujio Fujiko A, quienes se llamaban realmente Hiroshi Fujimoto y Motoo Abiko y que crearon en 1969 a Doraemon , el gato cósmico, uno de los personajes de 'manga' más queridos en todo el mundo y protagonista de una franquicia de tebeos, series de animación y películas que ha recaudado cientos de millones de euros. Fujimoto falleció en 1996 y Abiko acaba de morir, dejando huérfanos a Doraemon, Nobita e infinidad de otros personajes.

Nacido en 1934 en Himi, una pequeña ciudad de la costa oeste de Japón, Motoo Abiko tuvo el que posiblemente fuese el momento decisivo de su vida con 10 años, cuando su familia se mudó a Takaoka y -en el primer día de clase en su nuevo colegio- Hiroshi Fujimoto le vio dibujando en su cuaderno. Fue el comienzo de una larguísima amistad marcada por su pasión común por el 'manga', en especial por el gran maestro Osamu Tezuka. Este les animó tras ver sus primeros trabajos y, cuando en 1954 Fujimoto y Abiko se mudaron a Tokio, les ofreció cederles su antiguo apartamento en el mismo bloque de pisos donde vivían otros 'mangakas' que iban camino de convertirse en estrellas del medio, como Shotaro Ishinomori, Fujio Akatsuka o Hiroo Terada. Allí adoptaron el pseudónimo conjunto de Fujio Fujiko, con el que crearían series como 'Doraemon', 'El fantasma Q-Taro', 'Manga Michi' o ' Ninja Hattori ', además de trabajos diversos como una biografía de Mao Tse-Tung que, curiosamente, fue el primer cómic japonés publicado en España (por Grijalbo, en 1979).

Mientras que Fujimoto tenía una visión más enfocada a un público puramente infantil, Motoo Abiko -que también fue durante algún tiempo el principal ayudante de Osamu Tezuka, un autor siempre dispuesto a abrir nuevos caminos- tenía un estilo más maduro, con tendencia al humor negro. Estas diferencias creativas, sumadas a los problemas de salud que empezaban a aquejar a Fujimoto, hicieron que en 1987 decidiesen dejar de colaborar, tomando caminos separados. Aunque fue Fujimoto quien 'heredó' la franquicia de 'Doraemon' (que sigue en marcha a través del estudio creado por el autor) cuando se dividieron los derechos de sus creaciones, Abiko siguió trabajando en 'Ninja Hattori' y otras series creadas ya por su cuenta, como 'Ultra B' o 'Parasol Henbee'.

Aunque su obra en solitario nunca alcanzó las inmensas cotas de popularidad de 'Doraemon', Abiko continuó siendo uno de los autores de cómic más respetados y premiados de Japón. Con su muerte desaparece uno de los últimos representantes de la generación que convirtió el 'manga' en un fenómeno mundial.

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