Muere Francisco Rodríguez Adrados, gran filólogo y académico de la RAE

El director de la institución, Santiago Muñoz Machado, expresa, en nombre de la corporación, su pesar por la gran pérdida que supone el fallecimiento de Rodríguez Adrados, intelectual y humanista con proyección universal

Tulio H. Demicheli

Ayer falleció en Madrid a los 98 años de edad el filólogo y catedrático de Griego Francisco Rodríguez Adrados , uno de los más destacados helenistas españoles de la segunda mitad del siglo XX, y el mayor especialista en la literatura y las lenguas indoeuropeas e indostánicas . Adrados nació en Salamanca el 29 de marzo de 1922. Obtuvo la licenciatura de Filología Clásica en la Universidad salmantina allá por 1944 y se doctoró en la Central de Madrid (Complutense desde 1970) dos años después. Dedicó toda su vida a la docencia, siendo catedrático de Griego del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid (1949), de la Universidad de Barcelona (1951) y de la Complutense entre 1952 y 1988, año en el que se jubila, para continuar su trayectoria como catedrático emérito.

Batalla por la enseñanza

La Enseñanza Media se convirtió en una de sus mayores preocupaciones. Ya en su día, cuando el ministro de Educación y Ciencia José Luis Villar Palasí revolucionó el sistema educativo con su Ley General de Educación en 1970 -que introducía la EGB, el BUP y el COU, y suprimía los Exámenes de Ingreso y de Reválida de 4º y 6º de Bachillerato-, Adrados fue muy crítico, pues entendía que el nuevo currículo despreciaba a las humanidades -especialmente al latín y al griego, y a sus literaturas-; y que su orientación pedagógica relajaba la moral del esfuerzo y el ejercicio de la memoria, lo que traería graves deficiencias en la formación de los estudiantes, como así ocurrió.

«Insumisos escolares»

Nunca dejó de censurar ese modelo y a los que le siguieron, ya fueran promovidos por los gobiernos socialistas, como la LOGSE (1990) y la LOE (2006); o por los gobiernos del PP, como la LOCE (2002) y la LOMCE (2013), para él, insuficientes. También estuvo en contra de que se extendiera la enseñanza obligatoria más allá de los catorce años, porque eso trajo, a su juicio, consecuencias perversas, creando «insumisos escolares» (muchachos que obstaculizan las clases porque hubieran preferido trabajar a tener que estudiar ), término que acuñó en ABC.

Autor muy prolífico, Adrados ha editado y traducido al castellano la obra de numerosos clásicos griegos (Herodoto, Esquilo y Aristófanes, entre otros) y sánscritos, como los «Edictos de la Ley Sagrada» del Rey Asoka de Magadha (Apóstrofes, 2002), dedicación por la que fue distinguido con el premio Nacional a la Obra de un Traductor en 2005. Su conocimiento del mundo helénico le permitió gravitar sobre varias generaciones de estudiosos, filólogos y helenistas con un gran magisterio.

Fue autor de numerosas publicaciones en revistas especializadas y de libros sobre lingüística y literatura griegas, indoeuropeas e indostánicas antiguas; sobre lingüística y semántica españolas y sobre teoría general de la historia y de la literatura. También fue responsable de la elaboración del «Diccionario griego-español» del CSIC -el mayor proyecto lexicográfico desde el «Greek-English Lexicon», que mereció el premio Aristóteles de la Fundación Onassis en 1988-; y de la colección «Alma Mater», también del CSIC. En otra de sus más conocidas investigaciones, como filólogo y etnólogo, defendía que los vascos y su lengua proceden de Aquitania.

El 28 de abril de 1991 tomó posesión de la Silla «d» de la Real Academia Española pronunciando el discurso «Alabanza y vituperio de la lengua», que fue contestado por Emilio Alarcos. Ha sido censor de la Junta de Gobierno de la Docta Casa entre 1997 y 1999. El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado , ha expresado, en nombre de la corporación, su pesar por la gran pérdida. También era académico de la Real Academia de Historia. Fue colaborador habitual de ABC, donde abordó sus temas preferidos: Grecia, las literaturas indoeuropeas e indostánicas o la Educación.

Premio Nacional de las Letras

Actualmente era presidente de honor de la Sociedad Española de Estudios Clásicos y de la Sociedad Española de Lingüística. Dirigió la revista «Emerita» y hasta ayer fue director de honor de la «Revista Española de Lingüística». Era miembro extranjero de la Academia de Atenas y correspondiente de la Academia Argentina de Letras .

Además de obtener el premio Nacional de las Letras Españolas en 2012, fue distinguido con el Menéndez Pidal de Investigación en Humanidades, el Castilla y León de Humanidades, el Fray Luis de León de Traducción por «Lírica griega arcaica» (Gredos, 1981). Estaba en posesión de la Medalla de la Orden de los Santos Cirilo y Metodio de Bulgaria, de la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio y pertenecía a la Orden de Honor Griega «Tàgma tís timís» en la categoría «Taxiárkhis».

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