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Vídeo: Desaparecen los restos del hermano de Cristóbal Colón - ABC

La «misteriosa» desaparición de los restos de Diego Colón

La urna con los huesos del hermano de Cristóbal Colón se encuentra en paradero desconocido desde el parón de La Cartuja-Pickman de 2009 a 2011

El comité de empresa denunció al entonces propietario, que niega tener información sobre la urna

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Ni la empresa de La Cartuja, ni la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ni los antiguos responsables de la colección de cerámica Pickman, ni el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla... nadie dice saber dónde se encuentran los restos de Diego Colón , que sirvieron en 2003 para identificar a su hermano Cristóbal y de cuya desaparición informa Nieves Concostrina en el último número de la revista « Adiós».

Tras el análisis genético que llevó a cabo el equipo de la Universidad de Granada dirigido por José Antonio Lorente, los restos del hermano pequeño de Colón fueron devueltos a la fábrica de La Cartuja-Pickman en Salteras, de cuyo jardín habían sido Museo Pickman, guardaron los huesos en una urna de cerámica elaborada exprofeso para tan insigne huésped, que quedó expuesta al público en la sala de exposición de la empresa, junto a las mejores piezas de la colección Pickman.

Allí se encontraba en junio de 2008, según pudo comprobar ABC durante el reportaje fotográfico que realizó para ilustrar una entrevista con el entonces propietario de la empresa, Emilio Portes Fernández. Montse Barragán, directora del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, tomó «personalmente» otra fotografía en el museo en febrero de 2010, que muestra la misma zona expositiva de la Fábrica de la Cartuja en Salteras, «ya con signos evidentes de deterioro de las instalaciones, en las que se aprecia que la urna ya no está en ese lugar», según señala a este diario. ¿Qué había sido de los restos de Diego Colón?

El lugar, sin la urna en febrero de 2010
El lugar, sin la urna en febrero de 2010 - ABC

Fallecido en Sevilla el 21 de marzo de 1515, el hermano menor del Almirante fue enterrado en Santa María de las Cuevas, en la isla de La Cartuja (Sevilla). El monasterio fue desamortizado en 1837 y adquirido en 1841 por el inglés Charles Pickman, que abrió allí la famosa fábrica de cerámica de La Cartuja. En 1930 se descubrió casualmente la cripta subterránea de la capilla de Santa Ana y 20 años después se exhumaron los restos de Diego Colón para ser sometidos a un estudio forense y antropológico en Madrid, de donde regresaron sin el cráneo ni la mandíbula.

Los huesos pasaron de oficina en oficina por las instalaciones de la empresa de cerámica, que se los llevó consigo en su traslado a la fábrica nueva de Salteras, donde acabaron enterrados en el jardín en una caja de zinc. En 2002 fueron recuperados en estado lamentable, anegados por el agua de los aspersores.

«La colección Pickman está metida en una tumba, donde deberían estar los restos de Diego Colón»
Carlos Bayarri

«Es un despropósito lo que se hace con los restos de Diego Colón, la poca sensibilidad que se ha tenido con ellos y la poca importancia que se les da», sostiene Ramón Ballesta, que recuerda que él mismo y Carlos Bayarri, conservador de la colección Pickman, llevaron en una caja de cartón los huesos hasta la Universidad de Granada para que fueran examinados. «Volvíamos diciendo: "como nos pare la Guardia Civil, a ver cómo explicamos que llevamos unos restos humanos"», rememora.

Tras una primera estancia de apenas cinco días en Granada para cotejar los restos con los de Cristóbal Colón y su hijo Hernando, Carlos Bayarri volvió a llevar los huesos de Diego para completar su estudio con un escaneo con láser en 3D. Su análisis antropológico reveló que Diego Colón fue un sujeto de tipo mediterráneo, que falleció hacia los 60 años y que padeció una grave osteoporosis, así como una artrosis generalizada y una artritis reumatoide que le anquilosaba la mano derecha. Su enfermedad le habría impedido acompañar a Colón en su último viaje.

A Bayarri, testigo de todo el proceso de análisis de ADN de los restos de Diego Colón, le parece sin embargo que «más sangrante que su desaparición es que la colección Pickman esté guardada en un almacén». En el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla custodian unas 70 piezas desde 1979 a las que se añadieron en 2014 otras 30 más tras la exposición « La Cartuja. Mucho más que loza». En el Museo de la Cerámica de Triana apenas hay algunas. El resto sigue guardado en el Centro de Depósito de La Rinconada. El antiguo conservador del museo Pickman, jubilado desde hace 11 años, se lamenta: «La colección Pickman está metida en una tumba, donde deberían estar los restos de Diego Colón».

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