Protesta de los trabajadores a las puertas del Liceu
Protesta de los trabajadores a las puertas del Liceu - ABC

El Liceu lleva a los tribunales la huelga de trabajadores

La empresa considera ilegal y abusiva la movilización y pide al juez medidas cautelares

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La huelga convocada por el comité de empresa del Liceu entre el 8 y el 19 de noviembre llega, según la dirección del centro, en el peor momento, cuando el Gran Teatre barcelonés comienza a levantar el vuelo después de años de penurias económicas. Llega también a las puertas de un esperado estreno, el de la ópera de Berlioz «Benvenuto Cellini», todo un acontecimiento cultural; y de los dos conciertos de Riccardo Muti, otro momento álgido de la temporada, cuyas cancelaciones se traducirían en una pérdida de más de 2 millones de euros.

La ópera «Benvenuto Cellini» sería una de las afectadas por la huelga
La ópera «Benvenuto Cellini» sería una de las afectadas por la huelga - ABC

El pasado 6 de octubre, el Comité de Empresa –sin consultarlo en asamblea– decidió convocar una huelga para presionar ante la dirección por mejoras salariales cuando el coliseo todavía no ha podido remontar su tesorería a pesar de las evidentes mejoras, pero en un momento en el que no hay dinero ni para tareas de mantenimiento.

«Todos perdemos»

Se llama a la huelga cuando el prestigio internacional del teatro está en juego pero, sobre todo cuando la situación política es más delicada que nunca impidiendo a sus ejecutivos cualquier tipo de negociación con las administraciones que han rebajado sus aportaciones. En el centro del debate, la exigencia, por parte del Comité, de la restitución de las pagas extras que ellos mismos aceptaron congelar y que se retribuyeran cuando el Liceu pudiera. Ante lo enconado del conflicto, Roger Guasch, director del Teatro, decidió ayer enseñar a la prensa los documentos que han arrojado las negociaciones con el Comité, dejando al descubierto una postura en que los trabajadores –los mejor pagados del mercado teatral español– ya no piensan ni en el público ni en el teatro, sino en sus intereses personales. «Con esta huelga todos perdemos. Necesitamos más tiempo», afirmó Guasch. «Si sale adelante nos obligaría a cancelar una ópera y dos conciertos dejando el teatro sin actividad durante 42 días».

«Cuando llegué al Liceu –recuerda Roger Guasch- se había planteado una reducción salarial y un ERE; los sueldos que pagaba el Liceu eran los más elevados en comparación con otras entidades, especialmente en cargos de baja responsabilidad; aun así, acordamos una contención salarial y no una rebaja de sueldos» en un pacto, con carácter de convenio, que se firmó en julio de 2014.

La dirección del teatro calcula que la huelga comportaría pérdidas de más de 2 millones de euros

El monto de esa «deuda» (suspensión del pago de pagas extras hasta que la situación mejore) se ha ido pagando y renegociando, pero el Comité de Empresa ya no acepta las propuestas, la última del 20 de octubre, que consistía saldar lo adeudado en ocho años. Por ello el Liceu ha optado no solo por pedir la mediación de la Generalitat ante un conflicto enquistado, sino también que la huelga se suspenda como medida cautelar y que se declare «ilegal y abusiva» por sus graves consecuencias. «Por el bien de todos, del Liceu, de los trabajadores y del público», apuntó Guasch apelando al diálogo y a la responsabilidad del Comité de Empresa.

Buscar «alternativas»

Los representantes de los trabajadores, por su parte, aseguraraon en declaraciones a Europa Press que ha sido el teatro el que ha roto los compromisos adquiridos: «Dijeron que no habría despidos masivos, y han habido una veintena de despidos, y además se pactó no adeudar más de dos pagas». Según estas mismas fuentes, en el caso de que un juez decrete medidas cautelares se cumplirán., aunque buscarán «alternativas».

«Queremos tener el derecho de cobrar el sueldo íntegro, no una limosna», señalaron los trabajadores, que ven como un chantaje cifrar las pérdidas de la huelga, ya que ellos no desean que el teatro pierda dinero, pero no a cualquier precio, añadieron.

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