El legado de cuatro grandes editores, en la Caja de las Letras

El Cervantes acoge los recuerdos elegidos por Herralde, Visor, Munárriz y De Moura

Los editores con el director del Cervantes, Luis García Montero (dcha) EFE

Juan Carlos Delgado

Los legados de los editores Jesús García Sánchez (Chus Visor), Jorge Herralde (Anagrama), Beatriz de Moura (Tusquets) y Jesús Munárriz (Hiperión) descansan en la Caja de las Letras, antigua cámara acorazada de la sede del Instituto Cervantes, como «una forma de destacar el vínculo de los mayores y asumir su legado para la literatura española y la cultura democrática», según ha señalado director de la institución, Luis García Montero, informa Efe.

El legado de García Sánchez se compone de cuatro de «los libros más significativos de Visor» como la publicación número uno, «Una temporada en el infierno» de Arthur Rimbaud; el número 1.000, un homenaje que hacen otros poetas a Antonio Machado; «Álbum de versos antiguos» de Paul Valéry; y el número 500 que «es el mejor que se ha editado porque reúne el significado de la poesía para 150 escritores». Además ha dejado en la caja de seguridad número 1206 un bolígrafo personal, sus gafas y los poemas de Benedetti. El editor que ha incluido una carta para abrir en 25 años.

Primer ejemplar secuestrado

Por su parte, Herralde ha dejado en la caja número 1205 el primer ejemplar que secuestraron a la editorial durante la dictadura franquista, en 1970, a la que siguieron otros ocho, así como una carta de Carlo Feltrinelli. «Es un recuerdo de un pasado complicado al que sobrevivimos y se puede decir que muy bien», ha señalado el editor de Anagrama.

De Moura ha depositado en la caja número 1222 «recuerdos cargados de memoria» como una fotografía de la editora con el que fuera copropietario de Tusquets, Antonio López, una hucha con monedas del momento en el que se inauguró la editorial; un catálogo del 40 aniversario de Tusquets, una pipa y una estatuilla símbolo del premio que le correspondía a una escuela de escritores de Madrid con la que colaboraba la editorial.

Munárriz, en cambio, ha optado por «mantener el suspense» y no decir lo que ha guardado en la caja número 1207, que deberá ser abierta el 23 de julio de 2040, cuando cumpla 100 años. «No creo que los cumpla pero prefiero esperar a esa fecha» para decir qué ha puesto «en representación de dos editoriales que fueron un intento por salir adelante en plena dictadura».

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