El Hércules Farnese, «herido» por la imprudencia de las obras de la futura Galería de Canalejas

Los trabajos junto a la Puerta del Sol causan grietas en la importante escultura traída por Velázquez desde Roma en 1651

Se aprecian las grietas causadas en los tobillos de la escultura del Hércules Farnese ABC
Jesús García Calero

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Ni el fornido Hércules , esa figura de fuerza mítica, ha podido resisir las vibraciones desatadas por las obras que se suceden en el arranque de la calle de Alcalá. Quienes promueven las obras y deben vigilarlas evidentemente no han calculado como debían el impacto de una reforma como esta a pocos metros de uno de los cinco museos más importantes de España.

La escultura, copia de yeso del original aparecido en Roma en 1546, mide 3,18 metros y pesa 1.200 kilos. Fue encargada por Velázquez y llegó a España en 1653 ABC

A la escultura del Hércules Farnese , que lleva 345 años sobre el mismo pedestal sin registrar problemas, acaban de salirle varias grietas de considerable tamaño , como ha podido comprobar ABC. Un daño que ahora los conservadores de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF) tienen que valorar. Y no ha sido el único destrozo, según pudo confirmar ayer este diario con el personal de la Academia.

Aún no se conoce la profundidad de los daño ABC

Maquinaria pesada

Toca esclarecer si los informes de impacto de las obras al menos tuvieron en cuenta que la RABASF estaba ahí, en Alcalá 13, antes de utilizar maquinaria pesada para abrir zanjas en las aceras. Se da la circunstancia de que en estos momentos hay dos obras en ese entorno. Por un lado las obras de la futura « Galería de Canalejas » y por otro las obras en el entorno del Ministerio de Hacienda . En la acera de los impares de Alcalá se están abriendo zanjas y agujeros con martillos neumáticos pesados que han producido enormes vibraciones en la zona. Tienen capacidad para entre 800 y 2.000 golpes por minuto.

Los trabajadores de la RABASF sintieron que algo estaba mal. Tras detectar las grietas en los últimos días, los conservadores han colocado testigos en el Hércules Farnese para comprobar si los daños van a más. Ayer fue informado el director, Fernando Terán . Según fuentes de la institución, ha habido quejas por lo que estaba sucediendo a los responsables de las obras, pero nadie ha tenido el sentido común de detener las zanjas y escuchar a la Academia sobre lo que estaba pasando.

El martillo neumático montado en excavadora que percute estos días en la acera de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ABC

Cortocircuito

Por si esto fuera poco, a medida que la máquina taladradora se acercaba a la puerta muchos otros daños se han registrado. La casa retumbaba cuando la percusión del suelo resultaba más violenta. Ha caído una lámpara en una de las salas del piso superior, producienco un pequeño cortocircuito. Hablar de chispas eléctricas en uno de los museos españoles que guarda obras de valor de primer nivel , resulta escalofriante.

Una escultura única

Además, no se trata de una escultura cualquiera. Es un vaciado en yeso, copia del Hércules Farnese que apareció en 1546 en las Termas de Caracalla, obra de Glykon, artista de origen griego que trabajó en Italia en el siglo III d. C. y que debió copiarla de un original griego de bronce mucho más antiguo. La aparición de esta escultura que hoy se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles causó sensación. Fue hallada sin piernas y se encargó al escultor Guillermo della Porta (1500-1577) que le esulpiese unas.

Diego Velázquez encargó el vaciado en Roma durante su segundo viaje, en 1650, para que Felipe IV pudiera admirar uno de los más importantes hallazgos arqueológicos de la época. El pintor sevillano pagó 180 escudos al artista Juan de Córdoba por la copia, que es hoy el único vestigio del Hércules con las piernas de Della Porta, puesto que en el siglo XVIII aparecieron las piernas originales en las Termas y le fueron colocadas a la estatua . Son las que hoy luce en Nápoles.

La monumental escultura llegó al puerto de Alicante en 1563, viajó a Madrid y se instaló en la Galería del Cierzo del antiguo Alcázar , donde estuvo hasta 1734, año del funesto incendio del antiguo palacio de los Austrias. En 1752 se traslada a la Casa de la Panadería , primera sede de la RABASF, hasta que se traslada a su ubicación actual, en 1773 . Ahí lleva desde entonces. Además, el diseño del pedestal y de la disposición del Hércules y la Flora, en la entrada de la Academia fue diseñado, junto con la fachada neoclásica del edificio, por el hermano de Juan de Villanueva, Diego.

El Hércules Farnese ha registrado grietas en la base de la roca en que apoya la piel de león de Nemea, debido a las vibraciones de las obras y las zanjas ABC

Los tesoros secretos de una escultura única

En 2006 se le hizo un estudio y limpieza a la estatua en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ello permitió conocer su estructura interna de refuerzos metálicos, a modo de esqueleto, que sostiene los casi 1.200 kilos de peso , gracias a una gammagrafía. El imponente Hércules Farnese mide 3,18 metros de alto por 1,60 de ancho y 1.65 de fondo.

En la restauración de 2006, por otro lado, también se le retiraron varias capas de pintura que era el modo en el que durante siglos se la había cuidado. En esa intervención, la Academia invirtió miles de euros que permitieron curiosos descubrimientos, como unas gotas de pintura verde que permitieron saber en qué época comenzaron a aplicarle capas de pintura para protegerla , puesto que era el color aplicado en las paredes de la Academia en determinados años.

El tobillo de Hércules, una de las zonas sometidas a mayor presión por el peso de la colosal estatua, es donde han aparecido las grietas más preocupantes

Bulas y naipes

Pero hay datos mucho más curiosos. Resulta que la limpieza permitió rescatar lo que 345 años habían olvidado en el estrecho espacio entre el pedestal y la pared, un recoveco de difícil acceso en el que, a lo largo de los siglos, fueron cayendo objetos. El primero en aparecer fue una llave de grandes dimensiones, que era la del enorme portón de la Academia. Además, había una bula papal y varios naipes datados en 1789, año de la Revolución Francesa, que los miembros del cuerpo de guardia trataron de rescatar porque el juego estaba prohibido durante el servicio. A su lado un tiento de pintor, un palo largo con el que tal vez trataron de rescatar la baraja antes de que los pillaran. Y varios clavos de forja.

Hoy, esta pieza fundamental de nuestra historia está en peligro por la imprevisión de unas obras que no han tenido el cuidado debido.

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