España, camisa blanca

Francisco Vázquez: «La memoria histórica es estalinismo puro»

Fue alcalde de La Coruña, embajador ante la Santa Sede y senador. Es caballero de la Orden del Imperio Británico

Francisco Vázquez
Salvador Sostres

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—Ya tardabas en entrevistarme.

—Me dio su contacto el director de ABC.

—Bieito era un chavalín cuando yo llegué a alcalde. Durante la campaña me seguía para no sé qué medio y me propuso que si era elegido hiciéramos un programa de radio.

—Y lo hicieron.

—Se llamó Cita en María Pita, que es donde está el Ayuntamiento. Duró los 23 años que fui alcalde de La Coruña. Los coruñeses podían llamarme en directo y preguntarme lo que quisieran.

—Añora ser alcalde.

—Más bien añoro ser embajador.

—Siempre le envidiaré los años que vivió en el Palacio de España en Roma.

—Es la sede de nuestra Embajada ante el Vaticano. Es la Embajada más antigua del mundo. El palacio es más antiguo que la Embajada, que es 1480. Lo compró el conde de Oñate y lo convirtió en el Palacio de España.

—Ahí se decide todo.

—La ampliación del mundo hacia América, la batalla de Lepanto ante la invasión turca, sin la que hoy Roma, en lugar de la Basílica de San Pedro, tendría una mezquita. También desde el Palacio de España, a las órdenes de Felipe IV, Velázquez compró más de la mitad del Museo del Prado.

—Su señora esposa.

—El presidente Rajoy le concedió la Encomienda de Isabel la Católica a mi esposa, por los trabajos de rehabilitación del palacio que llevó a cabo durante los cinco años que estuvimos.

—Ratzinger.

—Molesta su dimensión intelectual, porque es muy difícil de contraargumentar. Es el gran intelectual del siglo XX.

—Dulce.

—Era tímido. De expresión muy dulce. Enseguida te cautivaba. En nuestra primera entrevista me demostró su gran conocimiento del Camino de Santiago.

—Bach y Sofia Loren .

—El presidente Napolitano le ofrecía cada año a Benedicto un concierto de la Orquesta Sinfónica Italiana. Él daba un discurso de agradecimiento. Oírlo desgranar la espiritualidad en la música de Bach era algo maravilloso. Casi tanto como ver entrar a Sofía Loren, que siempre acudía.

—Volviendo a España.

—Todo empieza a romperse con los caprichos del PSC con Maragall como presidente de la Generalitat.

—Banderas ajenas.

—Y además el PSOE deja de ser socialdemócrata y naufraga cuando toma banderas ajenas como el ecologismo y la ideología de género.

—La memoria histórica.

—Me doy de baja del PSOE cuando se aprueba la ley de la memoria histórica. Es más grave que lo de Cataluña. Esta ley es la mayor manifestación del totalitarismo, que siempre empieza manipulando la Historia.

—Stalin.

—Es estalinismo puro juzgar el pasado desde el presente.

—Dos Españas.

—Yo no rompo con el PSOE. Rompe el PSOE consigo mismo, con su gran proyecto de reconciliación nacional. Volvemos a las dos Españas. Ya no hay el matiz de la discrepancia, sólo frentismo.

Paracuellos, Badajoz.

—La llamada memoria histórica rompe con lo más importante de la Transición. Todos fuimos y a la vez víctimas y verdugos. A quien te diga Paracuellos puedes responderle Badajoz, y viceversa.

—Felipe.

—Fue la modernidad de España desde la izquierda. Él es la gran diferencia que hay con el PSOE actual. Hoy molesta la memoria de Felipe.

—Viejos fantasmas.

—Hoy hay una continuidad de las fuerzas políticas que eran antidemocráticas antes de la Transición.

—La Tercera España .

—Por ignorancia y por mala fe, la memoria histórica oculta la verdad. El primer gran exilio es la Tercera España que escapa de la zona republicana: Ortega, Marañón, Azorín, Salavador de Madariaga. No permitían esa democracia moderada. Huían porque les mataban.

—Rivera.

—La vocación de los partidos de centro tendría que ser el punto de equilibrio entre la derecha y la izquierda. Si la noche electoral Rivera hubiera ofrecido esa alianza, habría desbaratado todas las medidas que Sánchez ha pactado ya con los nacionalistas y que algunas se han manifestado ya en Navarra y otras se manifestarán tras la sentencia.

—Abuelo.

—Me gusta viajar con mis nietos mayores, sin sus padres, me gusta escucharles. Los llevé a ver el aniversario de la batalla de Waterloo y a los escenarios del Desembarco de Normandía. En otoño les llevo a Núremberg y a Mauthausen. Antes iremos a los toros a Pontevedra.

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