La cultura sobrenatural de Japón

El «Desfile Nocturno de los Cien Demonios» se expone por primera vez en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Detalle de un rollo ilustrado del «Desfile nocturno de los cien demonios» MIYOSHI CITY

María Ruiz-Valdepeñas

Un viaje al país del Sol Naciente desde los aledaños de la Puerta del Sol. La Fundación Japón y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando han inaugurado una muestra comisariada por Daniel Sastre y Yumoto Koichi: « Yokai: iconografía de lo fantástico ». Una exclusiva selección de 82 piezas, pertenecientes al periodo Edo (1615-1868), que exploran la cultura visual nipona relacionada con las representaciones de lo sobrenatural.

«Los yokai son seres sobrenaturales japoneses que se asocian con los fenómenos inexplicables de la naturaleza. Por ejemplo, cuando se oye un ruido en la montaña, el yokai es ese monstruo inventado causante de los ruidos», explica Daniel Sastre, «a veces, también son personas con deformidades, es un concepto muy laxo en el que entra de todo un poco».

A través de varios objetos entre los que podemos encontrar kimonos, piezas de cerámica, juguetes, guardas de katana y, por supuesto, los rollos horizontales, la iconografía se centra en una obra en concreto: « El Desfile de los Cien Demonios ». Una historia japonesa muy popular que habla de la aparición de monstruos en el centro de Kioto por la noche. Si uno los ve, es un presagio de muerte. La historia acaba al amanecer; las criaturas se desvanecen con los primeros rayos de sol, ya que son «demonios» de la noche. En algunas historias, es el propio Buda el que viene a apaciguarlos.

Chaqueta de bombero acolchada con motivos de la zorra de las nueve colas MIYOSHI CITY

Obras de gran tamaño

El origen de esta exposición es un pergamino que, en palabras de Daniel Sastre, «no podemos traer por motivos de conservación, ya que es una propiedad cultural importante japonesa del siglo XIV». Ese documento ha generado toda una cultura iconográfica.

Se trata de obras de gran tamaño: pueden llegar a medir entre 6 y 16 metros. Son piezas íntimas: «uno lo va leyendo, lo va desenrollando, y al final lo que vas viendo es la distancia de tus brazos». Son obras que, por la fantasía de las representaciones y por las escenas que muestra, enseguida conectan con quien las observa. Son piezas de hace trescientos años, y sin embargo te hacen reír. Un modelo que se va repitiendo constantemente, con diferentes variaciones. No se trata de un modelo estático, sino de una copia donde cada uno va metiendo sus toques personalizados.

En cierto sentido, han utilizado esta exposición como «una excusa para educar al público español en el arte del rollo horizontal». Desde los estadios de producción —donde se pueden apreciar los «manchones» de tinta sobre el boceto—, hasta el toque final de montar el dibujo sobre la tela después de colorear la imagen. También han querido mostrar la cultura material de cómo se guardan estas obras.

La exposición forma parte de las actividades dirigidas a redescubrir la cultura japonesa, por el 150 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Japón y España. Podrá visitarse en la Real Academia de Bellas Artes (Alcalá 13) desde hoy hasta el 23 de septiembre del 2018. Además, el día 20 de agosto toda la exposición cambia por motivos de conservación. «Se cambia absolutamente todo, se pasa la hoja de todos los libros, todo lo que está colgado se descuelga, los textiles cambian... mostrando una imagen diferente en una misma exposición», aclara Daniel Sastre.

Las piezas expuestas, de gran riqueza cronológica, son propiedad de la colección personal de Yumoto Koichi. El segundo comisario ha anunciado que la muestra formará parte del Museo de los Espectros de la ciudad de Miyoshi (Japón).

La inspiración de Miyazaki

Para enriquecer la experiencia, 30 de las obras están explicadas con detalle. Historias que te cuentan experiencias personales. Por ejemplo: «Un hombre entró en una casa donde ocurrían cosas raras, él no se lo creía, y al entrar en la casa una multitud de niños pequeños le paralizaron. Intentó sacar la catana pero no le dejaban». Ese tipo de experiencias sobrenaturales se asocian a las narraciones de cuentos populares.

También encontramos breves historietas, donde los niños van venciendo sus temores. Batallas de un niño aventurero que va recorriendo el país venciendo a diferentes monstruos. Representando las famosas «batallas de flatulencias»: le dan un giro cómico venciendo a los demonios comiendo castañas y patatas. Son escenas muy populares que remontan al siglo XII.

Además, las obras 48, 49 y 53 de la exposición, sirvieron de inspiración al guionista y director Hayao Miyazaki para crear la película « El viaje de Chihiro ». Los yokai que se ven en las ilustraciones son muy similares a los espíritus que aparecen en esta película.

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