«Aunque el dueño de la finca se comprometa a reconstruir la ermita esto no soluciona nada, la pérdida patrimonial es ya irreparable»
Una portavoz de la recién creada Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología (PEPA) denuncia que «cada día en España se arrasan o dañan yacimientos arqueológicos de forma casual o intencional»
La arqueóloga Andrea Menéndez conocía bien la ermita de Santa María de Brovales que ha sido demolida con una retroexcavadora en Jerez de los Caballeros (Badajoz). Hace unos años dirigió las excavaciones que se llevaron a cabo en la iglesia de San Juan Bautista de la vecina localidad de Burguillos del Cerro. En aquella intervención se documentaron fases y elementos de enorme interés que también se apreciaban a simple vista en Santa María de Brovales, como la reutilización de materiales de época romana y una primera fase visigoda . Son solo dos ejemplos de la inmensa riqueza patrimonial y arqueológica que atesora este entorno. Uno de ellos, sin embargo, ha quedado reducido casi en su totalidad a escombros. «Es una página de la Historia que se ha arrancado de cuajo sin la oportunidad de ser leída» , se lamenta.
Ignacio Bernaldo de Quirós , propietario de la finca privada donde estaba ubicada, ha declarado al diario ' Hoy ' que no sabían que no se podía derribar la ermita aunque estuviese en ruinas y que desconocían que era un inmueble protegido. Según publica el periódico del grupo Vocento, decidió tirar las paredes y gran parte de la iglesia «por precaución, porque estaban cada vez peor» e insiste en que no se ha actuado de mala fe. «Ayudaremos a reconstruirla» , dice Bernaldo de Quirós.
Pero no es tan fácil. El responsable del derribo de la iglesia «no entiende que el daño es irreparable , que ese conocimiento que hubiese proporcionado el estudio de la ermita, y el contexto arqueológico donde se asentaba, se ha perdido para siempre », remarca Menéndez.
A juicio de esta arqueóloga, miembro de la recién creada Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología (PEPA) , lo ocurrido es un cóctel de descaro y de ignorancia del dueño, que ha dispuesto de este bien patrimonial a su antojo, dejando en pie la espadaña y la puerta oeste del templo y arrasando con todo lo demás. « Falta mucha educación y concienciación en la importancia que tiene el patrimonio, que es de todos», considera Menéndez. Sobre todo, añade, se desconoce el importante valor de una antigua construcción, aunque esté en ruinas, o unos restos arqueológicos que no se aprecian a simple vista. «Una ermita en medio de un campo puede tener el mismo valor patrimonial que la catedral de Burgos», sostiene.
En riesgo
El caso de Santa María de Brovales es «sangrante», como otros que tristemente salen a la luz con cierta frecuencia en los medios de comunicación, pero la arqueóloga denuncia que en España existe una gran cantidad de bienes abandonados cuyo destino, si no se le pone remedio, es «ir perdiendo poco a poco la información que nos pueden proporcionar sobre nuestro pasado» hasta su total desaparición.
Muchos de ellos están catalogados y se conoce su importancia desde el punto de vista arqueológico. Sin embargo, existen otros aún sin catalogar, más expuestos todavía. « Cada día en España se arrasan o dañan yacimientos arqueológicos de forma casual o intencional », denuncia Menéndez.
La arqueóloga insiste en que «falta información y concienciación, que la gente conozca, valore y cuide su patrimonio y que deje de considerarse a los arqueólogos como entes exóticos con los que no hay más remedio que contar para cumplir un trámite o figuras molestas que no permiten avanzar en una obra. La arqueología no es un problema, es la solución para documentar, conocer y preservar nuestro patrimonio».
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