Santiago Muñoz Machado, en la Real Academia Española
Santiago Muñoz Machado, en la Real Academia Española - EFE

La Academia publica el primer «Diccionario del Español Jurídico»

Dirigido por Santiago Muñoz Machado, tiene como objetivo que el derecho sea claro y preciso

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El «Diccionario del Español Jurídico» es una obra magna, desarrollada por la Real Academia Española y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo precedente se encuentra en el «Diccionario de Autoridades», publicado entre 1726 y 1739. En el prólogo del libro, Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, subraya la necesidad del uso correcto del lenguaje para el entendimiento y la construcción colectiva. Que tome en cuenta la adaptación del derecho a las transformaciones de la sociedad y que evite el uso abusivo y subjetivo del lenguaje para no caer en la arbitrariedad. Y, sobre todo, en una disciplina como el derecho, que requiere precisión y claridad.

En una entrevista con ABC, el académico Santiago Muñoz Machado, director del «Diccionario del Español Jurídico», señala «la preocupación primera por parte del CGPJ de claridad y precisión del lenguaje jurídico.

La claridad, porque tiene mala fama el derecho de que no se entiende; por tanto, tienen mala fama las sentencias de que son oscuras. Y en un Estado de Derecho las leyes y las sentencias tienen que ser claras, y accesibles, y seguras, porque los ciudadanos tienen que saber cómo les piden que se comporten para poder ajustar su conducta a la ley». «En un Estado de Derecho –añade–, es importante que una ley sea precisa y clara. Porque, si no es clara, es como si no existiera. Incluso hay jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Dice que, si una ley no es clara, no se tiene que tener por ley. El legislador no puede tergiversar el lenguaje ordinario. El destinatario tiene que saber de qué se habla».

El «Diccionario de la Lengua Española» tiene por norma «dar de cada lema una definición lo más corta posible y la mayor información posible. El mínimo de palabras con el máximo de información». Y eso se ha tratado con este «Diccionario del Español Jurídico». El lenguaje jurídico es «un lenguaje muy común, que emplean todos los ciudadanos; no tiene nada de particular: las palabras son las comunes, articuladas de una forma: con locuciones o expresiones que sí son particulares. Añade y revisa muchos vocablos que ya están en el “Diccionario de la Lengua Española”. Al menos 6.000 o 7.000 palabras ya están, pero las hemos recuperado, revisado, replanteado y actualizado. Hemos añadido muchísimas que van entrando en nuestro idioma en virtud de fenómenos que se están produciendo y que determinan la aparición en cascada de los vocablos. Fundamentalmente, en el ámbito europeo, la globalización, la regulación económica, etcétera. La Academia se debía a sí misma incorporar el lenguaje político jurídico de un modo más acabado».

El 20% se ha quedado fuera

En la obra han participado como colaboradores externos más de 130 juristas que ha reclutado y coordinado Muñoz Machado. Entre ellos, historiadores, romanistas, penalistas, mercantilistas, civilistas, internacionalistas… Se han dejado fuera del Diccionario «el 20% de lo que hemos hecho, porque no cabe dentro del libro. Queríamos hacer un solo volumen por comodidad de uso. Y hemos prescindido de un índice bibliográfico». Lo usarán preferentemente los juristas, pero también los filólogos, los periodistas, los humanistas, la gente culta, las empresas, las Administraciones Públicas… De términos que aparecen en el Diccionario están llenas las tertulias, las informaciones periodísticas, las notificaciones corrientes. Están en el lenguaje común.

Los próximos proyectos serán la versión panhispánica del Diccionario en 2017 y subirlo a la red «cuando veamos que tengamos una cantidad de usuarios importantes».

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