Se abre la vía diplomática para un acuerdo sobre el galeón San José

El ministro García-Margaklo viajará a Cartagena de Indias para abordar el futuro del buque hallado en la cumbre de ministros Iberoamericanos

MADRID Actualizado: Guardar
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Pocas veces en España se ha movilizado con tanta rapidez y energía el Estado en la defensa de un yacimiento del patrimonio subacuático como ahora con el galeón San José. Y muchos piensan que ya era hora. Ayer, dos días después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunciase el hallazgo del galeón San José, más su intención de excavarlo y de apoyarse en la legislación que ha patrocinado y que se aprobó en 2013 para poder repartirse los bienes con una empresa privada cuyo nombre ha decretado «secreto de Estado», los ministros de Exteriores y Cultura salieron al paso de este feo asunto que está tiñendo de tensión las relaciones bilaterales.

Santos, que ha visitado siete veces nuestro país en los últimos meses y pasó por Madrid el pasado día 2 de diciembre justo en el momento en el que, con apoyo de España, se logró la exención de los Visados Schengen

para los ciudadanos colombianos y apoyo para su proceso de paz con la guerrilla, no ofreció ni una mención a España en su anuncio del hallazgo del galeón. Dijo que es patrimonio colombiano y que solo Colombia dispondrá de él.

Pero es historia de España. El San José es un buque de Estado, un barco de guerra y la tumba de seiscientos marinos españoles (de Europa y América) que murieron en acto de servicio, por lo que reducirlo al oro resulta lamentable. Por ello el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, invocó la Convención de Unesco que estipula que este tipo de pecios es «de Estado, de guerra, no un barco privado», por lo que «hay una titularidad del Estado donde esté abanderado el pabellón» del navío. Dijo que la secretaría de Estado para la UE ha solicitado información a Colombia y que «si no se puede resolver por un acuerdo amistoso, ellos entenderán que nosotros reclamemos y defendamos nuestros derechos». Una reclamación que no pasa por una parte del botín, contraria a nuestra legislación y a la Convención de la Unesco, sino por el respeto al valor patrimonial e histórico del pecio. Algo parecido fue en lo que insistió el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, quien además recordó a las víctimas: «Hay cuerpos españoles y eso es tremendamente importante, porque tenemos que honrar a aquellos que defendieron a España hace tantos siglos».

Entre tanto, la ministra de Cultura colombiana, Mariana Garcés, comentó ayer en una emisora de radio colombiana que «en el San José no se aplicará el criterio de abanderamiento» y sus abogados han recordado que Colombia no firmó la Convención Unesco ni ha ratificado la del Mar, por lo que fían todo a la legislación colombiana, que no otorga a España interlocución. Pero ayer, desde la Habana, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle habló con Garcés sobre la necesidad de entablar conversaciones para un acuerdo amistoso. Colombia aceptó hablar del tema, a través de la Cancillería, en la cumbre de ministros de Exteriores de Iberoamérica en Cartagena, a la que acudirá García-Margallo el día 12. Fuentes políticas señalan la rapidez reactiva del Gobierno colombiano, que parece perfectamente planificada.

ABC contactó ayer a la legación colombiana en Madrid para preguntar al nuevo embajador Alberto Furmanski por el conflicto que genera este asunto, en un momento en el que las relaciones eran magníficas entre ambos países. En un principio concedieron una entrevista telefónica, pero cuando iba a tener lugar la conversación, nos comunicaron que «la Cancillería colombiana ha prohibido que comentemos este asunto tan delicado».

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