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Uno de los túneles subterráneos cercano al castillo donde se cree está enterrado el tren - efe
segunda guerra mundial

El georradar confirma la existencia del tren con oro nazi oculto bajo tierra en Polonia

Podría ser un convoy perdido hace 70 años en las cercanías de Walbrzych en el que trasnportaban oro requisado

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Menos de un mes. Ese es el tiempo que ha necesitado el gobierno polaco para corroborar la existencia de un tren blindado enterrado a más de 100 metros de profundidad bajo las montañas de la ciudad de Walbrzych (al sureste de Polonia). Un convoy que, según desvelaron a principios de agosto dos cazatesoros que permanecen todavía en el anonimato, podría haber pertenecido a los nazis y haber desaparecido misteriosamente en 1945 con una carga de hasta 300 toneladas de oro, joyas y antiguas reliquias saqueadas por los soldados de Adolf Hitler.

Aunque, de momento, el Ministerio de Cultura ha señalado que no se ha accedido al interior de las galerías y desconoce si el tren pertenecía realmente al Tercer Reich, lo cierto es que el mundo está cada vez más cerca de ser testigo de un hallazgo que algunos ya han equiparado al descubrimiento del pecio del Titanic

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Con todo, desde el organismo gubernamental se pide cautela, pues todavía se desconoce la carga del convoy y su nacionalidad. De hecho, tan solo se ha podido corroborar («al 99%», según el secretario de Estado de Cultura, Piotr Zuchowski) que hay un convoy bajo tierra. A su vez, se cree que podría estar en un tramo de cuatro kilómetros ubicado entre las ciudades de Wroclaw –Breslavia- y Walbrzych (según ha informado Radio Wroclaw).

«Por el momento no se puede verificar su contenido […] No sabemos que hay dentro del tren, probablemente equipo militar, pero también es posible que contenga joyas, obras de arte y documentos de archivo», ha señalado el representante polaco, quien también ha afirmado que el tren mide 100 metros de largo y cuenta con protección militar. «El hecho de que esté blindado indica que puede contener una carga especial», ha completado. Por otro lado, el político también ha destacado que, de ser cierto que está cargado con riquezas, se buscará a sus legítimos dueños para devolvérselas.

Estas declaraciones se han sumado a las ofrecidas el pasado miércoles por el teniente de alcalde de la ciudad de Walbrzych, Zygmunt Nowaczyk, quien corroboró el hallazgo, aunque hizo hincapié en que solo sabían que era un convoy blindado, pero desconocían lo que podía albergar en su interior. «El tren es de naturaleza militar. No hay mención de los objetos de valor: de momento, solo equipo militar». Por otro lado, el representante señaló que ya habían sido avisados tanto el ministerio del tesoro del país, como el de cultura.

Una leyenda con 70 años

El descubrimiento, que fue tomado en un principio con escepticismo por la comunidad arqueológica, podría confirmar la leyenda que, desde 1945, ronda por esta región polaca. Según la misma, en pleno final de la Segunda Guerra Mundial, los nazis decidieron marcharse de la ciudad de Walbrzych ante el pavor que les generaba el avance del Ejército Rojo. Y es que, venían con el cuchillo entre los dientes clamando venganza tras todas las barbaridades cometidas por los alemanes contra la U.R.S.S.

Como harían posteriormente en tantas otras ocasiones, los nazis cargaron (presuntamente) todas las riquezas saqueadas en la zona en un tren blindado para llevarlas hasta el Tercer Reich. Sin embargo, se dice que el tren desapareció sin dejar rastro bajo las montañas ubicadas cerca del castillo de Ksiaz (a unos 100 kilómetros del punto desde el que salió el convoy). Hasta ahora, y a pesar de investigaciones de historiadoras como Joanna Lamparska (quien ha realizado varias estudios tratando de desvelar los misterios relacionados con la Baja Silesia), nunca se había terminado de tomar en serio esta habladuría.

Según ha explicado Lamparska en su blog personal, el hecho podría haber caído en el olvido si no hubiera sido por un minero alemán que, según se cree, le confesó todo lo sucedido a un polaco antes de salir de la zona. Concretamente, le señaló que un tren con un tesoro de grandes dimensiones había sido estacionado en una vía muerta durante los últimos días de la lucha. Desde entonces el mito ha ido aumentando hasta niveles insospechados, pues se ha llegado a determinar que el convoy podría contener los accesorios perdidos de la Sala de Ámbar de Federico I de Prusia, la octava maravilla del mundo.

Túneles desconocidos

Además de toda esta información, Lamparska siempre ha sostenido que este tren desapareció cerca de un gigantesco complejo de túneles ideado bajo las montañas de Walbrzych (cerca del castillo de Ksiaz). Y es que, esta es una zona en la que el mismo Adolf Hitler ordenó construir una serie de corredores secretos (denominados «Proyecto Riese») con un fin desconocido. Aunque las teorías que tratan de desvelar para qué fueron ideados son varias, destacan las que afirman que podría haber sido un refugio antiaéreo, un almacén de armas o un laboratorio secreto en el que diseñar nuevas bombas similares a las V-2 o aviones Me 262.

Tal y como puede leerse en el dossier que facilita en su página Web el memorial oficial de Wlodarz (que alberga uno de estos complejos subterráneos), la construcción de estos corredores comenzó en noviembre de 1943 y fue «uno de los más grandes trabajos de minería de la Segunda Guerra Mundial». La afirmación no es exagerada, pues se idearon para poder albergar hasta un total de 20.000 personas y su construcción necesitó miles de metros cúbicos de hormigón armado. Una parte de estos corredores está abierta al público en la actualidad.

No obstante, y tal y como determina Lamparska, nunca se terminó de edificar, pues fue descubierto y tomado por los soviéticos en 1945. En la actualidad se desconoce si el tren pudo escapar de allí antes de la llegada de los enemigos. «Solo se sabe que se perdió en la ruta entre Swiebodzicami y Szczawienkiem, probablemente a unos 3 km de la ciudad, desde la que partió, y aproximadamente a 61 kilómetros de la ruta entre Wroclaw y Walbrzych», señala la historiadora en su blog personal.

Un hallazgo de película

La noticia del presunto hallazgo de este tren se sucedió hace aproximadamente dos semanas, momento en que dos cazatesoros (uno polaco y otro alemán) contactaron con un abogado de esta región polaca para informarle de que habían encontrado un convoy que, según afirmaban, se correspondía con el tren nazi perdido en 1945. Tras preguntarle al letrado cuánto les correspondía del «pastel» por haber realizado el descubrimiento (quien les dijo que 10%, según la ley), este informó al gobierno de lo que, presuntamente, habían hallado sus clientes.

Aunque los dos improvisados arqueólogos han preferido mantenerse en el anonimato por miedo a la fiebre del oro que se pueda generar en Polonia, Zuchowski ha desvelado en su última rueda de prensa que hicieron el descubrimiento gracias a un hombre que había participado en su camuflaje allá por la Segunda Guerra Mundial y que, en su lecho de muerte, les dibujó un mapa para poder encontrarlo.

Problemas de seguridad

A pesar de que el hallazgo es cada vez más palpable, el gobierno polaco hizo un llamamiento el pasado viernes a los cazatesoros y aficionados de la Segunda Guerra Mundial para que dejen de buscar por su cuenta el tren. El Ministerio de Cultura señaló que, de ser un túnel desconocido, podría no haberse abierto en siete décadas y la población podría «hacerse daño».

Esta petición se sumó, además, a la realizada por Zuchowski, quien –en un intento de persuadir a la población de iniciar una búsqueda por sus propios medios- recordó que, de ser un tren militar (y debido a la carga que podría guardar) podría estar minado, tener trampas explosivas para evitar su apertura, o contener materiales peligrosos. «Llamamos a todos a que esperen a que hayamos terminado los trámites necesarios para introducirnos en el lugar en el que está el tren», explicó el político.

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