Responder los últimos mensajes, afinar las guitarras, últimos retoques de maquillaje, repaso a las indicaciones y llamada a la calma para rebajar los nervios previos a presentar el repertorio en el Gran Teatro Falla.
También resuenan las voces en el momento de calentar. Una vez en el escenario, no hay posibilidad de fallo y todo tiene que salir perfecto. Algunos privilegiados escuchan una presentación o un pasodoble antes que el público y el jurado.
Los camerinos son, un día más desde el pasado 23 de enero cuando comenzara el COAC, un hervidero de gente entrando y saliendo llenos de emoción y de ilusión por gustar y cantarle a Cádiz y su Carnaval.
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