La rendición de los bribones: el coro de Huelva descorcha el concurso del Falla con una alegoría feminista

La rendición de los bribones

• Autor: Manuel Fernández y Manuel Alvarado

El concurso del Carnaval de Cádiz 2024 ya está aquí. Un vídeo en recuerdo a los carnavaleros fallecidos en 2023 —Willy, Pepi Mayo, Julio Pardo...— ha servido de preámbulo para la primera actuación de la noche, el debut del coro onubense de los Manolos (Manuel Fernández y Manuel Alvarado), con la contribución del gaditano Antonio Rodríguez 'El Maera'.

'La rendición de los bribones' es un grupo de nueva creación que hunde sus raíces en Huelva. En su carnaval, fueron primer premio en 2020 y 2023. En su primera actuación en el Falla, dejaron buenas sensaciones a pesar de que arrastraban el hándicap de actuar los primeros en una de las sesiones más esperadas de la fase preliminar. El regreso del Selu y la actuación de la chirigota de 'El Sheriff', pregonero del carnaval 2024 son lo más destacado de la noche de hoy.

La presentación de este coro ha desvelado el tipo, de carácter alegórico: unas abejas obreras —las mujeres en primera fila— que identifican al machista, al zángano, al bribón. Numerosas alusiones al techo de cristal. Para acabar esta pieza, en la que predominan las voces femeninas en los coros y la potencia de los bajos equilibrando la armonía, sentencian: «Es hora de la rendición».

Para los tangos, una larga intro. También austera en el despliegue del punteo de los laúdes. Se queda baja la primera parte, pero lo compensa un oportuno pellizco justo antes del colofón. La primera letra, de gran belleza. «Un chico de Huelva que por la Tacita bebía los vientos» y «no temía al Levante». «Hoy el Teatro Falla es testigo de aquel amor» y «los primeros amores nunca se olvidan».

El segundo, al machismo, mejor interpretado, aunque toda la actuación adolecía de falta de potencia. «Nos cortaron las alas con esa tijera llamada 'cojones'». A la victoria de la selección femenina en el mundial de fútbol, a través de la esperanza de una niña que quería ser futbolista y encontraba los obstáculos del patriarcado.

Los cuplés, menos simpáticos que la música. El primero, al precio del aceite. El segundo, a la borrasca Bernard que asoló Cádiz en octubre del pasado año. Y un remate inesperado: la parienta se va con su vecino. El estribillo, que se ha hecho largo y un tanto infantil, dedicado a la dicotomía entre bribones y abejas que «en carnavales pegan zumbíos».

El mensaje feminista ha dominado el popurrí, que ha sonado, como la presentación, mucho mejor que las partes clásicas. La segunda cuarteta, con música de Antílopez (la canción «Una vez visto»), que si en los últimos años pudiera pedir derechos autor… La tercera, la mejor, a sus ocho amores, las provincias de Andalucía. Coreografía para la cuarta, divertida. La última, de menos a más, con un alegato al carpe diem «sin miedo al qué dirán». Será difícil verlos en cuartos, pero han caído bien. Había ganas de carnaval en Cádiz.